Tarradellas podr¨ªa retrasar la transferencia de competencias a las consejer¨ªas
Varios consejeros de la Generalidad han expresado a EL PAIS su preocupaci¨®n por el hecho de que Tarradellas est¨¦ preparando un decreto de reorganizaci¨®n de la Secretaria General de la instituci¨®n preauton¨®mica. La finalidad del mismo podr¨ªa ser, seg¨²n las fuentes, retrasar una vez m¨¢s la transferencia de servicios y competencias a las consejer¨ªas de la Generalidad, con el fin de que se prolongue la inoperancia de dichas consejer¨ªas y que, en consecuencia, los representantes de los partidos no puedan acreditar su capacidad de gesti¨®n.
El proceso de consecuci¨®n de servicios para la Generalidad -mediante transferencias del Estado y de las diputaciones- es el tema sobre el cual se han hecho p¨²blicas, por parte catalana, una mayor cantidad de informaciones err¨®neas o confusionistas. Por un lado se ha afirmado que ya se hab¨ªan logrado transferencias, lo cual no es cierto, por faltar las valoraciones econ¨®micas, y, por otro, las dudas eran superadas mediante criticas imprecisas al Gobierno central, efectuadas, estas ¨²ltimas, en privado por las mismas personas que en p¨²blico cantaban alabanzas.
Criterios unipersonales
Lo cierto es que por parte de la presidencia de la Generalidad no hubo jam¨¢s inter¨¦s en tan importante tema, ya que Tarradellas siempre vio con claridad que una Generalidad con responsabilidades t¨¦cnicas importantes ser¨ªa la ant¨ªtesis de la actual, en la que predomina siempre el criterio personal de Tarradellas gracias a la sistem¨¢tica sucesi¨®n de crisis pol¨ªticas y la radical marginaci¨®n de los temas t¨¦cnicos y pol¨ªtico- administrativos. Una Generalidad realmente vertebrada no permitir¨ªa, en efecto, el extremado control por parte de una sola persona que ahora la caracteriza y la convierte en inoperante.Una prueba de lo afirmado, consiste en que, a pesar de todo, est¨¢n m¨¢s avanzados los procesos de transferencia del Estado que aquellos de las diputaciones ¨¢mbito este ¨²ltimo en el cual el poder de Tarradellas es absoluto, al haber logrado una plena compenetraci¨®n con el bunker de las corporaciones provinciales franquistas. Fue la actitud firme y coordinada de iodos los partidos -desde UCD a los comunistas- lo que hizo vencer la resistencia de Tarradellas a decretar los traspasos, argumentada entonces en base a una presunta necesidad de contar con la aprobaci¨®n de las diputaciones franquistas, que, como siempre se dijo en estas p¨¢ginas y luego demostraron los hechos, era simplemente improcedente desde el punto de vista legal. Manifestar lo mismo le cost¨® el cargo a Pere Comas, mientras Mart¨ªn Villa tuvo la inteligente postura de evitar el servir de chivo expiatorio o escudo protector de las cr¨ªticas a Tarradellas, al afirmar que la discrepancia deb¨ªa solucionarse en terreno catal¨¢n.
Superado aquel escollo, ahora aparece otro en ciernes. En efecto, el anuncio del decreto de reorganizaci¨®n de la Secretar¨ªa General va acompa?ado de una precisi¨®n delicada: dicho organismo recibir¨ªa inicialmente las competencias y servicios traspasados. Estos, pues, no ir¨ªan directamente a los consejeros, los cuales representan a los partidos vencedores el 15 de junio, con la excepci¨®n de Rahola.
Desconcierto ciudadano
La reiteraci¨®n del conflicto tiene como repercusi¨®n inmediata el incremento del desinter¨¦s y del desconcierto a nivel ciudadano, llegando ambos a ser enormes. En este marco, la Generalidad aparece como un coto cerrado de luchas preelectorales -Tarradellas, por un lado, y los partidos vencedores el 15 de junio, por el otro- y no como una instituci¨®n apta para resolver los muchos problemas c¨ªvicos pendientes. Las consecuencias nefastas que tal perversi¨®n puede acarrear son enormes, tal y como el tiempo se encargar¨¢ de probar.
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