Guardar el Campo del Moro
Le ruego publique las siguientes l¨ªneas cuyo ¨²nico objeto es referirme a la mala educaci¨®n de que hacen gala algunos de los guardias municipales de los jardines del Campo del Moro. Y vaya por delante que no trato de calumniar a la Polic¨ªa Municipal. Simplemente quiero hacer notar la conducta de determinados funcionarios de ¨¦sta, no ya como polic¨ªas, sino como personas. Porque dicho sea de paso, los jardines son maravillosos, pero de seguir as¨ª las cosas, acabar¨¢n por tener menos visitantes que el Kalahar¨ª. Ah¨ª van cuatro incidentes, uno por cada una de mis visitas:Primero. Una turista italiana intentaba tomar una foto del palacio Real cuando uno de los guardias, en lugar de decirle: ? Perdone, pero vamos a cerrar?, le espet¨®: ?Afuera, ya no es hora de tomar fotos, ifuera!?.
Segundo. Dos parejas, una de j¨®venes y otra de ancianos, estaban sentadas en una especie de rotonda de piedra que existe en la zona nordeste, y fueron despedidas con cajas destempladas por el primer funcionario municipal que les vio, aunque no estaban da?ando para nada los jardines.
Tercero. Una turista extranjera que se hallaba de pie, pero recostada sobre una de las piedras de la escalinata de acceso desde Virgen del Puerto, fue obligada a abandonar el lugar de muy malos modos, y sin que la interesada (ni los dem¨¢s) entendiera(n) por qu¨¦ se la trataba as¨ª.
Cuarto. Finalmente, una amiga y yo tuvimos la mala suerte de darnos un par de besos cuando pasaba una pareja de guardias, uno de los cuales, en lugar de un correcto: ?Perdonen, pero aqu¨ª no est¨¢ permitido besarse?; sali¨® con un: ?Este es un parque de visita y como sigan de besuqueo van a la calle?. Y como yo le hiciera notar que hab¨ªa otras formas m¨¢s educadas de decir lo mismo, me solt¨® un: ?Yo soy muy castellano, y si le parece mal seguimos discutiendo en otro sitio?. Lo cual lo dicen sabiendo que nadie va a recoger el guante, porque a nadie le apetece amargarse -a¨²n m¨¢s- la tarde discutiendo en la comisar¨ªa, sobre todo si va acompa?ado.
En fin, no s¨¦ si los estatutos de esos jardines son tan estrictos, y me extra?a que est¨¦ prohibido darse un beso en un parque p¨²blico. Pero como todo es posible, desde aqu¨ª rogar¨ªa a quien competa que, si hay un tan elevado e irracional n¨²mero de prohibiciones en esos jardines, al menos se hicieran saber con un m¨ªnimo de amabilidad y educaci¨®n.
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