M¨¢s sobre sexo y matrimonio
Quisiera dirigirme a don Jes¨²s C. D¨ªaz. al que le publican una carta en EL PAIS el pasado 9 de septiembre, titulada ?Sexo y sacramento ?. Dice el se?or C. D¨ªaz en su carta que ?no es posible experimentar un matrimonio futuro en relaciones sexuales preconyugales?. Dice tambi¨¦n que: ?En esta uni¨®n sexual anticipada, sin el s¨ª que une a los dos c¨®nyuges, se olvida que el amor de dos seres humanos, para ser definitivamente v¨¢lido, debe ser prometido ante Dios y ante los hombres.? Por lo visto, el se?or C. D¨ªaz quiere decir que todas las parejas que se unieron por el, amor antes de que fuera creada la instituci¨®n, matrimonial no eran v¨¢lidas.?Qu¨¦ tiene que ver la sexualidad con el matrimonio? La sexualidad es algo que la naturaleza nos concede a todos los seres humanos, que forma parte de nuestro organismo, y nada de lo que la naturaleza nos ofrece podemos rechazar. Todo lo que forma parte de nuestro organismo tiene una funci¨®n que cumplir y se pone en marcha, como una maravillosa y perfecta, m¨¢quina, desde el instante en que nacemos. A nadie se le niega el derecho natural de nutrirse, defecar, ver, o¨ªr, gustar o tocar. Las piernas las usamos para andar, y las manos para asir. Con nuestros ojos podemos leer cartas como la de don Jes¨²s C. D¨ªaz, y con nuestro sexo, cumpliendo la funci¨®n que la naturaleza le ha asignado, podemos proporcionar y recibir una satisfacci¨®n. As¨ª de sencillo. ?Por qu¨¦ vamos a contradecir a la naturaleza? Lo que debemos hacer es quitarle importancia a la sexualidad, hacer uso de ella de una forma simple y normal, seg¨²n las apetencias y capacidad de cada cual, lo mismo que hacemos con los dem¨¢s elementos que constituyen nuestro cuerpo.
El matrimonio, a mi modo de ver, es otra cosa, no es algo que se reduzca a sexo, comida y atenci¨®n del hogar. El matrimonio (o Ia uni¨®n de la pareja) es respeto de una persona hacia otra. educaci¨®n, re¨ªr al mismo tiempo, realizar el acto sexual mir¨¢ndose a los ojos profundamente, ir al cine, hablar, leer, tener los mismos problemas, los mismos gustos, dar amor a las hijas e hijos... Pero el matrimonio como instituci¨®n inventada por el hombre (y al decir hombre me refiero ¨²nicamente al sexo masculino) est¨¢ basado en la violencia: aquellos seres primitivos agarraban por los pelos a la mujer que m¨¢s les gustaba y se la llevaban a su cueva. 0, bien pertrechados de armas, entraban en las ciudades y las arrancaban de sus hogares, o las compraban a sus padres, o llegaban a un acuerdo con ¨¦stos sin contar con ellas para nada, que llegaban al matrimonio, eso s¨ª, v¨ªrgenes, como exig¨ªa el adquirente, pero mutiladas. Y siempre era como ir de caza. Por eso me hace gracia cuando dicen que el matrimonides la m¨¢xima aspiraci¨®n de la mujer... ?Por qu¨¦ hubo primero que reducirlas? Creo que dentro de no muchas generaciones ser¨¢n pocas las mujeres que sientan deseos de casarse.
Estoy de acuerdo con don Jes¨²s C. D¨ªaz cuando dice que ?la sexualidad no es la ¨²n lea grandeza de un matrimonio feliz?, pero lo que es indiscutible es que es la base m¨¢s importante de cualquier uni¨®n, por eso. independientemente de lo que dije al principio del pleno derecho de cualquier ser humano para hacer uso de su sexualidad, Ia pareja que va a unirse, lo mismo que experimentan sobre sus aficiones gastron¨®micas, literarias, deportivas, art¨ªsticas, etc¨¦tera, puede perfectamente experimentar sobre su afinidad sexual; lo que no podemos hacer es esperar que todos los resultados sean ¨®ptimos, pues en todos los terrenos hay m uchas cosas que se experimentan durante un determinado tiempo favorablemente, y despu¨¦s algo falla.
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