Salamanca, la mejor faena
Toda la temporada rondando ferias, algunas de las cuales reivindican la capitalidad del mundo taurino, y ha tenido que ser en Salamanca donde, lo mismo que sucedi¨® el a?o anterior, encontr¨¢ramos los m¨¢s importantes momentos de la fiesta. En Salamanca, una feria excelentemente planteada -Chopera se apunta otro tanto como experto organizador con brillantes ribetes de aficionado-, hemos visto una faena cumbre de El Viti, otra de Julio Robles Y la estricta verdad de lo que es, como lidiador y como artista, J¨®s¨¦ Mari Manzanares.
Salamanca, tierra ganadera, recupera la gran raigambre tauriria que jam¨¢s debi¨® perder. All¨ª hay afici¨®n, gusto por el toreo bueno, conocimiento del toro y de la lidia. La plaza se llen¨® durante todo el abo no y el p¨²blico rubric¨® con su en tusiasmo, hasta con su delir¨ªo, los pasajes de verdadera calidad tore ra que se produc¨ªan en el ruedo. Las faenas ya mencionadas de Robles y del Viti, que encandilar¨ªan a cualquier espectador, aunque no fuera ni remoto conocedor del abec¨¦ del toreo, ten¨ªan esa profun didad y ese m¨¦rito que s¨®lo pueden asimilar y paladear los muy aficio nados. La afici¨®n salmantina las sabore¨® a placer.La clave de, la feria la marc¨® Julio Robles en la corrida de Jos¨¦ Mat¨ªas Bernardos. Era una corrida de tantas, con los espadas dispuestos a respetarse el transcurrir de sus mediocridades, como hacen siempre. Ninguna competencia, cada cual a sujuego y en su toro. Pero se abri¨® de capote Robles. De all¨ª en adelante todo fue una lecci¨®n: lecci¨®n de toreo, lecci¨®n de pundonor. Crecido en diversidad de lances y en la brega, a los pocos segundos de iniciar la faena de muleta ya ten¨ªa al p¨²blico en pie, fuera de s¨ª. Ligado en un palmo de terreno el trasteo. todos los pases bell¨ªsimos. valientes y t¨¦cnicamente perfectos -algunos de asombro- construy¨® lo qued¨¢bamos porseguro iba aser la mejor fanea de la temporada.
Mat¨® muy mal. y eso le privo de los trofeos, pero cuando daba la .vuelta al ruedo. entre clamores. posiblemente sent¨ªa la satisfacci¨®n ¨ªntima de haber metido en la ba?era al Viti y a Manzanares, nada menos. y tenerlos a remojo par a que se fueran enterando de lo que es torear a ley y triunfar sin necesidad de, que el pueblo se repita como consigna triunfalista la novela esa de ?el serio? y ?el fino?.
Los mojados pretendieron superarle y ocurri¨® lo inaudito: que hac¨ªan quItes. En los tres toros restantes. los tres espadas entraban en sus turnos a por todas y naturalmente, faltos de entrenamiento el serio y el fino, casi nada les sal¨ªa a derechas, mientras el compa?ero respond¨®n tiraba de repertorio, se luc¨ªa y les volv¨ªa a meter la cabeza bajo el agua.
Con la muleta se les dio mejor, hasta el punto de que El Viti hizo una gran faena, y Manzanares los unipases, a su estilo, que se jalea,ron, pero que de ninguna manera .pod¨ªan conmover a una afici¨®n entendida, la cual discern¨ªa perfectamente lo que es torear (con cuanto, conlleva) de lo que es. pegar pases. En t¨¦rminos futbol¨ªsticos dir¨ªamos que Manzanares no hac¨ªa jugadas. sino que se pas¨® la tarde tirando penalt¨ªes.
Es justo hacer aqu¨ª menci¨®n de los toros, que en parte justifican el brillo de la corrida. los cuales tuvieron clase. con uno de carril. excepcional -que fue el de Manzanares- y otro de casta. por tantocon problemas -que fue el ¨²ltimo de Robles-. Al cuarto le premiaron con vuelta al ruedo y, fue una arbitrariedad. pues se trataba de un manso. Al ganadero le ovacion¨® el p¨²blico. Y tuvo que saludar en varias ocasiones. Un gran ¨¦xito de los mat¨ªasbernardos. que se empa?a -y no poco- por la presentaci¨®n pues todos eran muy astigordos y muy romos.
Una faena hist¨®rica
El desquite verdadero de El Viti se producir¨ªa dos d¨ªas despu¨¦s. en la corrida de los toros ?asesina dos?.Para ¨¦l fue un galache que, aunque terciado. ten¨ªa trap¨ªo. preciosa estampa. con una cabeza desarrollada vastifina. Noble y con casta el toro, en los primeros ayudados quedo) sometido al dominio de El Viti, el cual cre¨® una faena inolvidable. que ser¨¢ hist¨®rica, pues con ella alcanzo) la m¨¢s eleva da cota de calidad del toreo de nuestro tiempo.
Imaginaba durante el soberbio muleteo, mientras el entusiasmo Ir el asombro me ten¨ªan prendido. aquella faena. trasladada a Madrid. Doy por seguro que ser¨ªa tambi¨¦n apoteosis y que nada m¨¢s comenzada la habr¨ªa brotado de la andanada el coro de las grandes solemnidades: ? ?Torero, torero!?. Apenas encuentro parang¨®n con ninguna otra de entre las mejores, vistas en el ruedo de Las Ventas. Quiz¨¢ la de Rafael Ortega en San Isidro de 1957 (aquella que luego quedo) en silencio, pues la apag¨® Curro Romero, quien se neg¨® a matar el toro siguiente, y ese fue el acontecimiento) : quiz¨¢ una de las del maestro, Bienvenida la tarde que se encerr¨® con seis toros. el a?o 1955. La de Andr¨¦s V¨¢zque2i en el festival poco m¨¢s (o nada m¨¢s) hay donde comparar con la faena de El Viti, en estos ¨²ltimos veinte a?os de la plaza de Madrid. Lo de El Viti en Salamanca fue un soplo continuado de inspiraci¨®in. fue la genialidad. Pero tambi¨¦n el compendio de toda una larga carrera profesional. siempre en primera l¨ªnea: con frecuentes incursiones en la comodidad, hasta lindar el fraude. pero sin concesi¨®n alguna a todo lo que no fuera toreo puro. La seriedad de El Viti no importa que la tenga en la cara, la lleva en su categor¨ªa de maestro indiscutible del ¨²ltimo tercio, como demostr¨® rotundamente en esa faena cumbre. Con El Viti que se retira su decisi¨®n es irreversible se va un torero de ¨¦poca.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.