La nueva trata
Es posible que cualquier d¨ªa de estos la neonata democracia parlamentaria espa?ola consagre una de las injusticias m¨¢s pavorosas de nuestra historia. La distribuci¨®n territorial de nuestro Estado. confirmada por la Constituci¨®n del consenso, quizit pretenda sancionar la co-existencia de naciones y de colonias dentro de Espa?a. Galicia, Extremadura, Andaluc¨ªa y Castilla seguir¨¢n sufriendo entonces los efectos de un genocidio cultural, econ¨®mico y social comenzado en los d¨ªas del quinto Carlos del Iniperio. Carlos I de Espa?a coloniz¨® estas regiones ib¨¦ricas en favor de su.pol¨ªtica expansionista en otras latitudes.Desde entonces no hemos levantado cabeza. Y para demostrarlo no necesito abultar mis argumentos con estad¨ªsticas ni datos oficiales. Me basta recorrer tantos pueblos corro¨ªdos por una miseria que no puede entrar en la CEE; me basta irme a Bilbao, donde mis paisanos de Castilla siguen siendo ?maquetos? forzados por el hambre a vender su identidad cultural por un plato de lentejas; me basta regresar de Alernania, donde gallegos, extreme?os, andaluces, castellanos comparten el mismo sentimiento de amargura ante una Espa?a que los ha olvidado.
Yo cre¨ªa que la izquierda estaba de parte de los oprimidos, pero en la. ¨²ltima sesi¨®n de la comisi¨®n constitucional del Senado se le ha ca¨ªdo la careta. S¨®lo la UCD ha tenido el coraje de plantarse ante el ego¨ªsmo insolidario de unos y ante la irresponsable complicidad de otros.
Si Madrid, Euskadi y Catalu?a contin¨²an en el futuro recibiendo partidas de esclavos procedentes de Galicia, Extremadura, Andaluc¨ªa y Castilla habr¨¢ que pensar que el maravilloso instrumento de la democracia ha sido p¨¦simamente utilizado precisamente por aquellas fuerzas sociales y pol¨ªticas que hasta hoy se han batido por la defensa de los miserables. Si esta situaci¨®n pr¨¢ctica que da, adem¨¢s, elevada a la categor¨ªa de derecho positivo constitucional, el NO a la Constituci¨®n ser¨¢ el santo y se?a de la nueva resistencia a los mandarines de siempre. Esta resistencia acaso gane un consenso en la base de los pueblos oprimidos que terminar¨¢ por crearte dificultades al simulacro de consenso de la c¨²spide satisfecha. Y esto puede ser muy grave y muy poco deseable.
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