Juan Pablo I muri¨® tras una jornada normal de trabajo
La muerte del papa Juan Pablo I, fallecido a los 66 a?os en la noche del jueves en su habitaci¨®n del Vaticano, mientras le¨ªa La imitaci¨®n de Cristo, de Kempis, puso fin al papado m¨¢s breve de los ¨²ltimos tres siglos. Queda as¨ª vacante, por segunda vez en dos meses, la silla de Pedro. Sepone ahora en marcha un complicado mecanismo para elegir al sucesor del Papa muerto. El c¨®nclave comenzar¨¢ probablemente dentro de quince d¨ªas, seg¨²n estipul¨® en las normas dictadas al efecto el pen¨²ltimo papa, Pablo VI.
Juan Pablo I fue encontrado muerto en su cama, en la madrugada del viernes. Su retraso en acudir a la misa que celebraba habitualmente a esa hora y una luz encendida en su habitaci¨®n, dieron origen a que su secretario privado, el sacerdote irland¨¦s John Magee, entrase en la misma y hallase el cad¨¢ver. Seg¨²n el texto oficial facilitado por un portavoz del Vaticano, la muerte le sobrevino, probablemente, a las veintitr¨¦s horas del jueves ?de resultas de un infarto de miocardio?. Es posible que hoy se d¨¦ a conocer un parte m¨¦dico explicativo de las ¨²ltimas horas del Pont¨ªfice, aunque s¨®lo la autopsia podr¨ªa determinar la causa de la muerte, hecho que no se va a producir con el cad¨¢ver.
Al parecer, el papa Luciani hab¨ªa sido intervenido quir¨²rgicamente, en cuatro ocasiones, seg¨²n ¨¦l mismo revel¨® en el curso de su ¨²ltima audiencia. ?Es corriente morir de crisis card¨ªaca en la familia Luciani?, declar¨® al conocer la noticia una prima del fallecido Papa en Bergerac.
Juan Pablo I se retir¨® a dormir la noche del jueves profundamente afectado por la muerte de un joven comunista, Ivo Zini, veinticuatro a?os, en un suceso ocurrido en Roma, cuando un grupo de j¨®venes fascistas dispararon contra j¨®venes que le¨ªan el peri¨®dico delante de una oficina del Partido Comunista. Al enterarse de la noticia, Juan Pablo I coment¨®, preocupado: ?Se matan incluso entre j¨®venes?, y se retir¨® a sus habitaciones.
Durante ese mismo d¨ªa, todo hab¨ªa transcurrido con normalidad. El Papa se hab¨ªa levantado a las cinco de la ma?ana para celebrar misa y, tras una jornada de numerosas audiencias, almorz¨® con sus m¨¢s pr¨®ximos colaboradores: el sacerdote irland¨¦s John Magee; Diego Lorenzi, que se hab¨ªa trasladado con ¨¦l desde Venecia, y el cardenal Villot. Despu¨¦s de comer, pase¨® con este ¨²ltimo por los jardines del Vaticano, completamente vac¨ªos a aquella hora: Ya por la noche convers¨®, como siempre, con el cardenal Jean Villot sobre diversos asuntos de la Iglesia. Seg¨²n fuentes vaticanas, ?monse?or Villot no observ¨® nada anormal, ning¨²n signo que hiciese pensar en la inminencia de la muerte?.
En la madrugada del viernes, ante la tardanza del Papa en acudir a la capilla Vaticana donde cada d¨ªa celebraba la Santa Misa, John Magee, secretario privado de Juan Pablo I y una de las personas que hab¨ªan almorzado con ¨¦l, acudi¨® a su habitaci¨®n. ?Entr¨® en su dormitorio -narra textualmente el anuncio del Vaticano- y al no encontrarlo en la capilla, como era habitual, lo busc¨® en la habitaci¨®n y le hall¨® muerto en la cama, con la luz todav¨ªa encendida, como si continuase leyendo.?
El cardenal Villot, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, una vez conocida la noticia, se traslad¨® a las dependencias privadas del Sumo Pont¨ªfice, acompa?ado por un equipo de m¨¦dicos y prelados. El vicario para la Ciudad del Vaticano, monse?or Canizzio Vanlirde, bendijo el cad¨¢ver.
Uno de los primeros cardenales que vio el cad¨¢ver, tras el fallecimiento de Juan Pablo I, el cardenal Carlo Confalonieri, dijo que el Papa muri¨® como hab¨ªa vivido, con la sonrisa en los labios. ?El Santo Padre -dijo el cardenal Confalonieri- estaba en la cama todav¨ªa cuando yo llegu¨¦. Ten¨ªa la cabeza ligeramente inclinada y el rostro con su sonrisa habitual. Rec¨¦, le bes¨¦ las manos y me retir¨¦ para celebrar una misa en la capilla papal... All¨ª se me unieron el cardenal vicario de Roma, Ugo Poletti, y monse?or Casaroli, encargado de los asuntos p¨²blicos de la Iglesia.?
La puerta de bronce del Vaticano fue cerrada inmediatamente en se?al de luto, ondeando a media asta la bandera del Vaticano en todos sus edificios. La primera noticia de la muerte del Papa la dio una emisora privada de radio. La gente empez¨® a despertar a los amigos por tel¨¦fono. Al principio se pens¨® en una broma de mal gusto; despu¨¦s, en un atentado. A las 7.42, un comunicado oficial del Vaticano anunci¨® el fallecimiento del Papa.
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