Camilo Jos¨¦ Cela: "La Constituci¨®n es hortera"
Camilo Jos¨¦ Cela acad¨¦mico, escritor y senador real, va a iniciar la publicaci¨®n de una serie de art¨ªculos breves en este peri¨®dico con el t¨ªtulo de P¨ªldoras desde la tercera edad. El prefiere huir del calificativo de art¨ªculos y llamarlos gotas o p¨ªldoras, y explica que ser¨¢n siempre breves y de f¨¢cil lectura y que no tendr¨¢n m¨¢s intenci¨®n que la que quiera darle el lector ?y me conformar¨ªa con que se la dieran! ?Ser¨¢ una forma -dice- de tomar contacto directo con el p¨²blico, un contacto que no ten¨ªa desde hace tiempo.?
?De qu¨¦ tercera edad habla Cela al poner nombre a sus colaboraciones? ?Hombre, desde luego, de la m¨ªa. A partir de los sesenta a?os es la tercera edad. Lo dice la gente. Y creo que esa tercera edad hay que tomarla con autocachondeo. Si no, est¨¢ uno perdido. Ahora bien, yo no me considero ni en la tercera edad ni en la segunda. Yo me considero en la infancia.??Las p¨ªldoras -sigue el escritor- ser¨¢n peque?os trozos literarios que comentar¨¢n no s¨¦ si la actualidad o la eternidad. En Espa?a es una gran tradici¨®n la presencia de la literatura en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos y ser¨ªa malo que se interrumpiese, al menos que se interrumpiese del todo. EL PAIS, y en general la prensa de Madrid, s¨ª cultiva la colaboraci¨®n. Y eso es bueno. La tem¨¢tica de estas p¨ªldoras me la ir¨¢n dando las circunstancias. A veces podr¨¢ ser una glosa a la relativa actualidad, pero no de manera obligada. Unas veces partir¨¦ de la realidad y otras de lo puramente imaginado, porque creo que la realidad empieza antes y despu¨¦s de la realidad tangible y, a mi juicio, abarca desde lo subreal hasta lo suprarreal o sobrenatural, y en lo sobrenatural est¨¢ la religi¨®n, pero tambi¨¦n est¨¢n los ovnis. A lo mejor hay cierta relaci¨®n entre los ovnis y Santa Rita de Casia, que es la patrona de los imposibles, por poner un ejemplo.?
Si en est¨¦ momento tuviera Cela que escribir una de estas p¨ªldoras, ?de qu¨¦ hablar¨ªa? ?Quiz¨¢ -responde- de lo poco que dur¨® el Papa. El Esp¨ªritu Santo no estuvo muy acertado al soplar a los cardenales del C¨®nclave el nombre del papa Luciani, salvo que lo que haya querido haya sido dar marcha atr¨¢s a tiempo. Aunque no s¨¦ si Luciani era un paso adelante o no. No entiendo de papas ni creo que entienda nadie.?
Camilo Jos¨¦ Cela ha sido, en este paso de la Constituci¨®n por el Senado, el enmendante por excelencia, el hombre que, entre otras cosas, ha intentado limpiar y dar esplendor al texto constitucional. No obstante, en sus colaboraciones breves ?no voy a tratar de enmendar nada; sino de hacer vaga y amena literatura. No creo que haya que adoptar actitudes muy trascendentes. Adem¨¢s, no hablar¨¦ excesivamente del Senado, pues procuro no tener deformaci¨®n profesional?. Incluso a?ade que tampoco se ha podido pulir tanto el texto por el que se regir¨¢n los espa?oles. ?Desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico -explica- la Constituci¨®n tiene muchos errores y es muy hortera en general, en su manera de decir. ?Por qu¨¦? Por que les sali¨® as¨ª. Pero lo importante es que tengamos Constituci¨®n; parece que estar¨¢ pronto y confio en qu¨¦ sea ¨²til.?
?Le han dado alg¨²n tipo de norma para escribir sus p¨ªldoras, desde el punto de vista de la tem¨¢tica o del lenguaje a emplear, dada la fama de mal hablado que tiene? ?En qu¨¦ cabeza cabe! Tengo libertad absoluta. No hubiera podido aceptar otra cosa. Pero tampoco pienso hacer un tratado de coprolog¨ªa.?
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