Ayer se cumpli¨® el veinti¨²n aniversario del comienzo de la era espacial
El d¨ªa 7 de octubre de 1957 -ayer se cumplieron veinti¨²n a?os-, radio Mosc¨² sorprend¨ªa al mundo con un anuncio inaudito: el nacimiento de la era espacial, tras el ¨¦xito obtenido por sus cient¨ªficos al conseguir colocar en ¨®rbita el primer sat¨¦lite artificial.El primer Sputnik (sat¨¦lite en ruso) era, para los esquemas de hoy, un aparato semi-casero de 58 cent¨ªmetros de radio y de 83 kilogramos de peso. Iba escasamente equipado con aparatos electr¨®nicos y.su ¨²nico par de transistores se encontraban a bordo con la exclusiva misi¨®n de ?permitir que los radioaficionados pudieran captar las se?ales que env¨ªa?, seg¨²n radio Mosc¨².
El anuncio sovi¨¦tico estuvo especialmente preparado, ya que se hizo coincidiendo con la celebraci¨®n en Washington del A?o Geof¨ªsico Internacional. El profesor Blangoravov, l¨ªder de los cient¨ªficos sovi¨¦ticos responsables del lanzamiento, dio un buen susto a sus colegas norteamericanos.
Pero la noticia del ¨¦xito logrado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica caus¨® sensaci¨®n en el mundo entero, as¨ª como admiraci¨®n -no exenta de cierta alarma- hac¨ªa los cient¨ªficos y t¨¦cnicos sovi¨¦ticos. Con cierto cinismo se comentaba que los rusos-alemanes estaban m¨¢s capacitados que los norteamericanosalemanes.
En Norteam¨¦rica, la desilusi¨®n y el disgusto fue enorme, ya que pese a los esfuerzos realizados no fue hasta enero de 1958 cuando EEUU consigui¨® poner en orden sus cosas para lanzar el Explorer I.
Una cuesti¨®n que preocupaba a los cient¨ªficos americanos era que para poner en ¨®rbita un sat¨¦lite de 83 kilos de peso a una altura de ochocientos kil¨®metros se requer¨ªa un cohete de gran fuerza, lo cual indicaba que la Uni¨®n Sovi¨¦tica hab¨ªa logrado avanzar enormemente en el carripo de los misiles intercontinentales, pudiendo esto significar que los sovi¨¦ticos tendr¨ªan en el futuro supremac¨ªa en la carrera de armamentos.
No fue una causalidad que un a?o despu¨¦s se creara la NASA (Agencia Naciorial Aeron¨¢utica y Espacial) y su ambicioso proyecto Mercury.
Pero el 3 de noviembre del mismo a?o, cuando Norteam¨¦rica se precipitaba en los preparativos del Explorer 1, la agencia Tass anunciaba, a trav¨¦s, de Radio Mosc¨², que el Sputnik 11 se hallaba en ¨®rbita llevando a bordo una perra llamada Laika. Este segundo sat¨¦lite conten¨ªa adem¨¢s gran n¨²mero de aparatos cient¨ªficos y su peso era de unas seis veces mayor que el Sputnik 1, calcul¨¢ndose en quinientas toneladas el peso del cohete capaz de ponerlo en ¨®rbita.
Cuando unos hombres an¨®nimos del Kremlin aprobaron el programa de los Sputniks no podr¨ªan imaginarse los avances ilimitados que hoy d¨ªa se han logrado en la carrera del espacio.
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