El golf en Espa?a es a¨²n asunto de ricos
La negativa de Severiano Ballesteros a representar a Espa?a en la pr¨®xima Copa del Mundo, que se celebrar¨¢ en Hawai dentro de mes y medio, ha puesto de relieve, m¨¢s que un problema personal, la grave crisis que existe en el golf espa?ol. Curiosamente, un deporte que gracias al jugador santanderino ha alcanzado cotas de popularidad insospechadas, no deja de ser elitista e injusto con su tratamiento a la parcela profesional que le ha dado los triunfos, en beneficio de la amateur. Por otra parte, tampoco esos ¨¦xitos han redundado en masificar el golf en Espa?a, pues los campos existentes contin¨²an siendo inaccesibles para el pueblo.
Garrido y Pi?ero ser¨¢n los dos jugadores profesionales que formar¨¢n el equipo espa?ol participante en la Copa del Mundo. Incluso el primero plante¨® inicialmente pretensiones econ¨®micas para estar en los links del Makay Golf Course, en Princeville, isla norteamericana de Kavai, los pr¨®ximos d¨ªas 30 de noviembre, 1, 2 y 3 de diciembre. Espa?a defender¨¢ por segunda vez su t¨ªtulo conseguido en Estados Unidos, 1976, y Filipinas, 1977. En ambas oportunidades estuvo presente Ballesteros, que ahora ha declinado participar.El jugador de Pedre?a ha declarado que est¨¢ cansado para participar en dicha competici¨®n, pues su temporada, demasiado apretada de torneos, s¨®lo le deja esas fechas de descanso. La realidad es que Ballesteros ha encontrado tambi¨¦n la excusa para expresar su descontento por el abandono en que se encuentran los jugadores profesionales espa?oles y el golf a nivel popular por parte de la Federaci¨®n Espa?ola. Indudablemente, no le falta raz¨®n. Al igual que en tiempos pasados Santana fue el punto culminante del boom ten¨ªstico en el pa¨ªs, Ballesteros ha sido -ha podido ser, dir¨ªamos mejor- el hombre que ha ?obligado? a hablar a los medios de comunicaci¨®n y a la gente de golf. Gracias a ¨¦l se ha empezado a saber que el deporte antes calificado ?de viejos?, y que resulta evidentemente un magn¨ªfico ejercicio para la tercera edad, requiere una concentraci¨®n y un esfuerzo para los recorridos de varios kil¨®metros nada despreciable para cualquiera m¨¢s joven.
Sin embargo, mientras Santana consigui¨® que las pistas de tenis proliferaran e, incluso, escasearan (pero, al menos, fueran en cierta medida bastante accesibles), el golf contin¨²a siendo un coto cerrado. Los clubs de golf privados son legi¨®n y el turismo rico -siempre la dependencia de la divisa o de la peseta- no ha tenido ning¨²n problema para jugar en Marbella, Estepona, Fuengirola y dem¨¢s. El ciudadano normal, el que no tiene la posibilidad de ser socio de un Club de Campo madrile?o, pongamos por ejemplo, debe seguir viendo el golf, como algo de ?viejos ricos? y conform¨¢ndose as¨ª, porque si a¨²n es joven puede jugar al tenis haciendo cola en las pistas municipales, en Somontes o en alguna urbanizaci¨®n.
En Madrid se habla de que habr¨¢ un campo de golf municipal en Tres Cantos, pero a¨²n se debe esperar largo tiempo. Los triunfos de Ballesteros y sus dem¨¢s compa?eros profesionales, denominados en Gran Breta?a -reina hasta es momento en Europa- ?la armada invencible?, y ¨²nicos de resonancia mundial, s¨®lo han servido para que la Federaci¨®n Espa?ola de Golf presuma de c¨®mo ha subido este deporte de nivel en nuestro pa¨ªs. Pero ?qu¨¦ ha hecho este organismo por ellos y para aprovechar sus ¨¦xitos? Bien poco. El profesional espa?ol del golf, como tantos tenistas salieron de recogepelotas, ha surgido de los ?caddies?, los muchachos que llevan los palos al se?or rico. Su lucha para triunfar -si es que lo consiguen- debe ser dur¨ªsima y viven de ello pag¨¢ndose sus viajes a veces para nada. La Federaci¨®n se ocupa s¨®lo de los ?amateurs?, aunque no son nadie internacionalmente, quiz¨¢ porque s¨®lo juegan por placer. Ellos s¨ª han podido ser socios de los clubs privados.
Por todo ello, Ballesteros, que se gana su vida con los torneos y que jugar¨¢ el pr¨®ximo a?o invitado en Estados Unidos, la meca del golf, gracias a sus m¨¦ritos, es muy libre de decir no a la Federaci¨®n. Sus triunfos individuales tambi¨¦n son de Espa?a sin ir a Hawai.
Ayer, en el trofeo Colgate, series mundiales que se disputan en Wendworth (Inglaterra) Ballesteros perdi¨® por un hoyo con el neozeland¨¦s Owens en cuartos de final, jug¨¢ndose s¨®lo dieciocho hoyos por la niebla. Hoy se reanudar¨¢ el juego. En las islas Fiji, mientras tanto, el equipo femenino ?amateur? fue octavo en el Mundial.
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