Vidas paralelas
EL ATENTADO terrorista perpetrado ayer en las cercan¨ªas de Bilbao, que ha costado la vida a dos miembros de la Polic¨ªa Armada y ha herido gravemente a un tercero, es la posible respuesta de ETA a la convocatoria hecha por el PNV para una manifestaci¨®n popular contra la violencia el pr¨®ximo d¨ªa 28 de octubre en Bilbao. Esa brutal contestaci¨®n al llamamiento de los nacionalistas vascos en pro de la paz en Euskadi tal vez ayude a disipar las ¨²ltimas ilusiones acerca de la capacidad de los terroristas para abandonar las armas y unirse a las tareas dif¨ªciles y modestas de construir la democracia en nuestro pa¨ªs. Los hombres que asesinan tras la cobertura de unas siglas pol¨ªticas que en su d¨ªa estuvieron asociadas al antifranquismo y ahora est¨¢n vinculadas a la lucha contrarrevolucionaria y antidemocr¨¢tica no tienen, seg¨²n se ve, la menor voluntad de abandonar el crimen y el pillaje. Cada vez es m¨¢s notable la semejanza de mentalidad entre los extremistas de derecha y los extremistas de izquierda. Unos y otros van a confluir en el voto negativo a la Constituci¨®n, frente a la abrumadora mayor¨ªa de espa?oles que ven en la nueva ley fundamental el suelo sobre el que edificar la convivencia democr¨¢tica. Lo que mueve el voto negativo no es la disconformidad con algunos aspectos del texto aprobado en el Congreso y en el Senado; disconformidad plausible en una norma que nace del consenso y el equilibrio. La aprobaci¨®n de la Constituci¨®n significar¨¢ s¨®lo la conformidad con el establecimiento de un marco jur¨ªdico y pol¨ªtico suficiente para el ejercicio de las libertades ciudadanas, la realizaci¨®n de las reformas necesarias en nuestra sociedad y el funcionamiento de las instituciones de autogobierno de Catalu?a y de Euskadi. Esa es la raz¨®n, y no otra, por la que suscitar¨¢ el no de los radicales de ambos bandos. La Constituci¨®n es el fin de sus sue?os excluyentes. El paralelismo de los extremismos no acaba aqu¨ª. Las comisiones pro amnist¨ªa, cuya sincronizaci¨®n con la estrategia de ETA convierte en simple tapadera a sus planteamientos ?humanitarios?, convocan a una ?marcha sobre Burgos? para el pr¨®ximo d¨ªa 22 de octubre, para exigir la liberaci¨®n de los presos acusados de participar en atentados terroristas durante los ¨²ltimos meses. Es una burla sangrienta que esas comisiones, situadas en la estela del terrorismo, pidan la amnist¨ªa para los que han matado, y piensan continuar matando, despu¨¦s de la ley de Amnist¨ªa de octubre de 1977. De nuevo confluyen aqu¨ª los grupos de extrema derecha, que se opusieron a la amnist¨ªa de los delitos pol¨ªticos cometidos bajo la legalidad franquista, y los grupos de extrema izquierda, que con su actitud hacen verdad el pretexto de que aquella medida no har¨ªa m¨¢s que favorecer nuevos cr¨ªmenes. La iniciativa linda con lo moralmente repulsivo: montar una marcha con apariencias humanistas, pero de contenido exclusivamente pol¨ªtico, recoger lo que fue la noble bandera de la amnist¨ªa para enarbolarla ahora manchada de fango y de sangre, reivindicar para los asesinos el derecho a matar sin responsabilidad alguna.La ?marcha sobre Burgos? de los agresivos simpatizantes de ETA es una provocaci¨®n similar a la que hace unos meses pusiera en pr¨¢ctica Fuerza Nueva en el mitin de Anoeta, con el agravante en este nuevo caso de que ni siquiera van a tener la tolerancia de un gobernador civil benevolente. Si es ya repugnante el comercio pol¨ªtico que las comisiones pro amnist¨ªa quieren montar con la confusi¨®n entre el pasado de la dictadura y el presente de la libertad, su claro prop¨®sito de dar lugar a enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de orden p¨²blico, y de echar le?a al fuego sobre los sentimientos antivascos y antiespa?oles, entra de lleno en el campo de la pura y simple provocaci¨®n. No resulta dif¨ªcil prever cu¨¢l podr¨ªa ser la reacci¨®n de los miembros de la Polic¨ªa Armada y de la Guardia Civil ante unos manifestantes que piden a gritos y a pedradas la inmediata puesta en libertad de quienes han asesinado a sangre fr¨ªa, a lo largo de los ¨²ltimos meses, a varias decenas de sus compa?eros. O la respuesta de los burgaleses, muchos de cuyos parientes y amigos han tenido que emigrar del Pa¨ªs Vasco en busca de trabajo ante los insultos de los habitantes de una zona de elevado nivel de rentas que llaman imperialismo a su pobreza.
Finalmente, las noticias de que la izquierda abertzale se prepara para romper con la violencia la manifestaci¨®n convocada por el PNV, precisamente para pedir el fin de la violencia, termina de perfilar esas ?vidas paralelas? de la ultraderecha y la ultraizquierda. ?Qu¨¦ diferencia hay entre aquellos ?camisas negras? del manganello y el aceite de ricino, cuyas tristes haza?as ha recreado magistralmente Bertolucci en Novecento, y estos energ¨²menos que no tienen otro argumento que la dial¨¦ctica de los pu?os y las pistolas? Con ocasi¨®n de la matanza de Atocha, los que asistieron al entierro de las v¨ªctimas pudieron hacer suya la consigna: ?Vosotros, fascistas, sois los terroristas.? Hoy es obligado dirigirse a los asesinos de ETA y a sus simpatizantes para decirles: ?Vosotros, terroristas, sois los fascistas.?
Pero la democracia tiene derecho a defenderse. Un r¨¦gimen de libertades como el nuestro no puedo permitir por m¨¢s tiempo ver a sus servidores asesinados por la espalda, mientras los propios cr¨ªmenes de la ultraizquierda son, tambi¨¦n criminalmente, empleados por los libelos de la extrema derecha en una permanente labor subversiva y de agitaci¨®n contra el sistema democr¨¢tico. El Gobierno debe tomar medidas contra el terrorismo y sus efectos, emplear la fuerza en la defensa de la libertad y poner coto al vandalismo de estas minor¨ªas de espa?oles que, desde las metralletas o desde la injuria y la calumnia, fruto de la incultura de algunas ?plumas?, se empe?an en enfrentar a espa?oles con espa?oles.
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