La Universidad de Barcelona adscribir¨¢ a los profesores que rechazaba

El pr¨®ximo martes tomar¨¢n posesi¨®n los veintitr¨¦s profesores adjuntos numerarios cuya adscripci¨®n a la primera Universidad de Barcelona hab¨ªa sido congelada por el rectorado de la misma. Con ello finaliza una batalla decisiva. El resultado es un claro fracaso de la pol¨ªtica de las universidades catalanas, basada esencialmente en una pol¨ªtica de concentraci¨®n directa del profesorado, que marginaba los procedimientos legales establecidos a nivel estatal.En la ma?ana de ayer los veintitr¨¦s profesores ?congelados? se personaron en el rectorado de la primera Universidad barcelonesa, expresando su derecho a tomar posesi¨®n, despu¨¦s de que su nombramiento hubiese aparecido ya en el Bolet¨ªn Oficial del Estado. Expresando criterios antag¨®nicos, tambi¨¦n hicieron acto de presencia un centenar de profesores no numerarios, muchos de los cuales hab¨ªan renunciado en su d¨ªa a presentarse a oposiciones.

Tras unos momentos de tensi¨®n, ?congelados? se dirigieron a la delegaci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, despu¨¦s de que el rector, Bad¨ªa Margarit, les hubiese indicado que la documentaci¨®n que les afectaba hab¨ªa sido remitida desde el rectorado a aquel centro ministerial. Posteriormente, regresaron al rectorado y consiguieron que se les convocara para tomar posesi¨®n el pr¨®ximo martes.

Paralelamente, el rectorado convocaba para el pr¨®ximo lunes a la coordinadora de profesores no numerarios. Sin duda, ¨¦stos atacar¨¢n ahora al equipo rectoral por no ser consecuente con la ?congelaci¨®n? que en su d¨ªa acord¨®. Tambi¨¦n la Aut¨®noma barcelonesa obr¨® en forma parecida.

La primera Universidad barcelonesa fue la que inici¨® el boicot a las oposiciones en julio de 1977. Por acuerdo de la junta de gobierno comunic¨® entonces al Ministerio su deseo de que no salieran a concurso las plazas de adjunto dotadas de su Universidad. Ello origin¨® una fuerte reacci¨®n en otras universidades espa?olas.

Las universidades catalanas lanzaron su pol¨ªtica universitaria partiendo de criterios m¨¢s rupturistas, muy diferentes de los que luego han caracterizado la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola y catalana. Dos hechos en ciernes pueden representar la puntilla final de lo que ya ahora reviste car¨¢cter de manifiesto fracaso: por un lado, la previsible aprobaci¨®n -previo consenso- de la ley General Universitaria, y por otro, la creaci¨®n, por parte del Ministerio, en un futuro muy pr¨®ximo, de varios centenares de plazas de profesorado numerario