Juan Pablo II, ?continuador de Juan XXIII?
Escritor cristiano. Miembro del Comit¨¦ Central del Partido Comunista
Con el nuevo papa Juan Pablo II se ha roto el ?dominio italiano? que durante siglos ha venido condicionando la elecci¨®n de? sucesor de Pedro. Por s¨ª mismo este hecho no es decisivo; un Papa no italiano puede ser m¨¢s conservador que uno italiano. Todo depende de la persona. Pero s¨ª es significativo en la medida que la curia vaticana ha venido controlando hilos de poder decisivo que le permit¨ªan minusvalorar o Incluso marginar a otras iglesias locales y nacionales. El abanico de posibilidades de elecci¨®n se ampl¨ªa a partir de ahora y en la mente de los cristianos dejar¨¢ de identificarse obispo de Roma con Papa italiano, argumento que todav¨ªa en v¨ªsperas de este ¨²ltimo c¨®nclave se utilizaba con argumento de necesidad.
Pero lo importante es la personalidad y la figura del nuevo Papa, el cardenal polaco Wojtyla. Y lo que haya de ser su pontificado, con probabilidad duradero dada su edad, 58 a?os (s¨®lo quince cardenales de los asistentes al c¨®nclave eran m¨¢s j¨®venes que ¨¦l). Sobre la segunda cuesti¨®n nada podemos decir; s¨®lo el tiempo y la historia perfilar¨¢n al paso de sus palabras y de sus acciones el sentido de su servicio como sucesor de Pedro.
Una vez m¨¢s se han quebrado los pron¨®sticos -no figuraba en ninguna lista de papables, ni siquiera en la de la computadora de Chicago (?!)- y, por tanto, la prensa y los expertos no han hecho circular su biograf¨ªa hasta este misma tarde, una vez ha salido elegido Papa. Sobre esos datos podemos aventurar algunas hip¨®tesis adem¨¢s de los que poseemos a trav¨¦s de sus intervenciones en el Concilio Vaticano II, junto con la imagen de su figura, que hoy nos ha parecido sencilla y cargada de humanidad al dirigirse en italiano al pueblo congregado en la plaza de San Pedro.
Procede de una Iglesia de antiqu¨ªsima tradici¨®n cristiana, como es la polaca, conservadora en muy variados sentidos y que congrega a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, aun despu¨¦s de d¨¦cadas de gobiernos comunistas que, como es habitual en los pa¨ªses del Este, han tratado de extender la educaci¨®n y la propaganda ateas. Este contexto ha de haber marcado forzosamente su personalidad, pero puede haberlo hecho para reflexionar sobre aspectos muy variados de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporaneo. Por otra parte, sabemos que.es hijo de obreros, que ¨¦l Mismo ha trabajado en f¨¢brica y que ha estudiado en universidad estatal, todo lo cual ampl¨ªa su horizonte intelectual.
Se sabe que se halla en posici¨®n muy diversa de la del conservador cardenal Wyszinski, primado de Polonia; Wojtyla ha estado siempre muy cerca del grupo Znack, de inspiraci¨®n personalista, influido por el grupo Esprit fundado por Mounier. El grupo. Znack ¨²ltimamente viene colaborando con el disidente marxista ateo Adam Michnik, perseguido por las autoridades polacas, y que ha hallado en este grupo un lugar de com¨²n reflexi¨®n y encuentro cristiano-marxista.
Esta actitud del nuevo Papa es coherente con una de sus intervenciones en el Concilio Vaticano II, en la que al discutir sobre la estructura de la constituci¨®n Lumen Gentium, sobre la Iglesia, defendi¨®, junto con los sectores avanzados, el deseo de que el esquema hablara del ?pueblo de Dios?, antes de ocuparse de la jerarqu¨ªa. De aqu¨ª su sensibilidad por la participaci¨®n de los laicos, que es una de las caracter¨ªsticas resaltadas en las brel ves biograf¨ªas de urgencia facilitadas esta misma tarde.
Pero la intervenci¨®n que me parece m¨¢s significativa de las que hizo en el Concilio Vaticano II es la que se refer¨ªa al esquema de las relaciones de la Iglesia con el mundo contemporaneo, el famoso esquema trece. Con esa ocasi¨®n el entonces arzobispo de Cracovia, hablando en nombre de todos los obispos polacos, dijo lo siguiente: ?La Iglesia no tiene por qu¨¦ ense?ar a los no creyentes. Debe buscar en com¨²n con el mundo. As¨ª se evitar¨ªa el tono eclesi¨¢stico de este esquema y el que se lamentara sobre el mundo. Evitemos todo esp¨ªritu, de acaparamiento y todo esp¨ªritu moralizador. Uno de los mayores defectos de este esquema es que hace aparecer autoritaria a la Iglesia.? Este texto expresa una comprensi¨®n abierta de la inserci¨®n de la Iglesia en el mundo contempor¨¢neo que permite abrigar fundadas esperanzas en la figura de Juan Pablo II. Con fiemos que estas expectativas se confirmen y que su pontifica do contribuya al proceso de re conciliaci¨®n de la Iglesia con la modernidad que abri¨® el papa Juan XXIII.
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