Un polaco en el solio de San Pedro
?Qu¨¦ significa ser obispo en Polonia, en ese peque?o pa¨ªs siempre definido por su identidad cat¨®lica entre una Alemania Protestante y una Rusia ortodoxa? Polonia: 93,5% de bautizados, m¨¢s que en Espa?a, m¨¢s que en Francia. Polonia: una naci¨®n marxista en la que en el d¨ªa de la toma de posesi¨®n de Gierek, primer secretario del partido, aparece su madre por televisi¨®n para decir que reza todos los d¨ªas por su hijo, por un hombre pol¨ªtico, marxista y ateo, para el que para presentarse ?como polaco?. es indispensable tener una madre cat¨®lica.?Qu¨¦ significa ser all¨ª un miembro del episcopado? Para Karol Wojtyla, 58 a?os, cardenal de Cracovia, significa ante todo ser el defensor de una cierta moral estricta y de todas las libertades democr¨¢ticas, desde la libertad de prensa hasta la de huelga. Significa haber aceptado el hecho de la necesaria coexistencia en unos reg¨ªmenes socialistas que detentar¨¢n el poder, indefinidamente. Significa el tener que demostrar cotidianamente que la Iglesia no se queda rezagada. detr¨¢s del Partido Comunista en la defensa de la justicia social. Significa tambi¨¦n ser la voz de la sensatez, en el amplio sentido de la palabra, y ser capaces de llamar al orden al pa¨ªs en nombre de un imperativo nacional que se da por sobreentendido.
El cardenal Karol Wojtyla naci¨® el 18 de mayo de 1920 en Wedomice,regi¨®n de Cracovia, en una familia obrera. Karol Wojtyla fue, de hecho, uno de los primeros sacerdotes obreros del mundo pues mientras estudiaba el bachillerato trabajaba en una f¨¢brica de productos qu¨ªmicos y viv¨ªa. intensamente los problemas de la condici¨®n obrera, aquellos de los que hablaba con pat¨¦ticos acentos la cat¨®lica evang¨¦lica Simone Weil. Despu¨¦s de ingresar en el seminario eclesi¨¢stico de Cracovia, donde estudi¨® teolog¨ªa, se orden¨® sacerdote en 1946. En el Colegio Evang¨¦lico de Roma se doctor¨® en filosof¨ªa y estudi¨® teolog¨ªa en la Universidad de Cracovia. M¨¢s tarde fue designado profesor de ¨¦tica de la Universidad de Lublin y de la facultad de Teolog¨ªa de Cracovia.
Obispo auxiliar de Cracovia en 1958, lleg¨® a arzobispo en 1964. Accedi¨®, en 1967, a la dignidad de cardenal.
Esp¨ªritu intelectual y refinado, se ha ocupado de la filosof¨ªa de Max Scheler, sobre el que ha publicado una interesante monograf¨ªa. Es autor, asimismo, de la obra Signos de contradicci¨®n.
Desde el punto de vista pol¨ªtico y religioso, el cardenal Wojtyla de,mostr¨® una mentalidad abierta y liberal durante el Concilio Vaticano II. En este sentido hay que resaltar que durante los debates teol¨®gicos del Concilio pidi¨® que se hablase del pueblo de Dios y no de la autoridad eclesi¨¢stica como fuente del poder de la Iglesia.
El cardenal Wojtyla, m¨¢s joven y agresivo que su superior Wyszinski, aunque b¨¢sicamente solidario de toda su pol¨ªtica, es quiz¨¢ en sus relaciones con el r¨¦gimen de su pa¨ªs mucho m¨¢s flexible que este ¨²ltimo. Sus proyectos parecen haber sido dirigidos a peque?as conquistas a muy largo plazo, en una l¨ªnea que bien podr¨ªa ser definida con las directivas de la carta de Juan Pablo I el 13 de septiembre al presidente del Consejo de Estado, Henryk Jablonsky: ?Que los hijos de la Iglesia cat¨®lica vivan en esta naci¨®n (Polonia) y en ella contribuyan a su mayor desarrollo, ¨¦xito y bienestar.? Es decir, que los cat¨®licos se comprometan en la l¨ªnea de la disciplina y no de la contestaci¨®n. Que sean ciudadanos ?comprometidos hist¨®ricamente? en un pacto y militen en la l¨ªnea dura de la disidencia.
Hombre por excelencia de diplomacia, conciliaci¨®n y pragmatismo, ha sabido exigir y plantear las m¨¢s duras batallas tanto por la libertad religiosa como por evitar toda irreversible condena del ate¨ªsmo, que consideraba contraproducente. ?Marchemos al un¨ªsono con el mundo; intentemos evitar todo esp¨ªritu monopolizador y moralizador. Que la Iglesia abandone por fin el autoritarismo en sus esquemas? y, sin embargo, ?demos a nuestros cristianos todas las armas necesarias para luchar con los peligros de la sociedad que les rodea para hacer de ellos verdaderos individuos y no s¨®lo ciudadanos del Estado al que est¨¢n sometidos?. El nuevo Papa, que se doctor¨® con una tesis sobre San Juan de la Cruz, confia tambi¨¦n en la espiritualidad como fuente vivificadora de las relaciones sociales.
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