Esteban Romero se confiesa autor de la muerte del ni?o de Barcelona y de una anciana
La polic¨ªa de Barcelona difundi¨® anoche una extensa nota oficial en relaci¨®n con la detenci¨®n de Esteban Romero S¨¢nchez, supuesto autor del secuestro y posterior asesinato del ni?o de nueve a?os Rafael Morante Esteve y de una anciana de setenta a?os de edad, Francisca Massoni Sans, cuyos cad¨¢veres han sido hallados en un descampado de Ciudad Bad¨ªa, en Sabadell.La nota policial da cuenta de la denuncia presentada el d¨ªa 16 de este mes por don Jos¨¦ Morante en la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Barcelona por el secuestro de su hijo Rafael, hecho del que tuvo noticia por una llamada del secuestrador que le conminaba a entregar dos millones de pesetas.
M¨¢s adelante se relata la actuaci¨®n policial que condujo a la detenci¨®n de Esteban Romero momentos despu¨¦s de proceder a la retirada del rescate, hecho del que inform¨® ampliamente EL PAIS en su edici¨®n de ayer, jueves.
La novedad informativa reside en los p¨¢rrafos de la nota que a continuaci¨®n se reproducen:
?Al d¨ªa siguiente de su ingreso en el hospital cl¨ªnico, Esteban Romero fue dado de alta. Una vez en los locales de la brigada de polic¨ªa judicial, debidamente.interrogado, se confes¨® autor del hecho, dando ¨¦l mismo la siguiente versi¨®n: desde hac¨ªa unos quince d¨ªas conoc¨ªa a la v¨ªctima por pasar habitualmente por la puerta de la oficina en que trabajaba, sita en General Mitre, n¨²mero 185 a la salida del juicio para dirigirse a su domicilio. Tras mantener con el ni?o numerosas conversaciones acerca de su familia, posici¨®n econ¨®mica y otras circunstancias y debido a que ten¨ªa contra¨ªdas deudas que ascend¨ªan a unas 750.000 pesetas, gest¨® el secuestro e inmediata muerte del menor, que enterrar¨ªa seguidamente para exigir a cambio de su devoluci¨®n dos millones de pesetas a los familiares del mismo.
Intent¨® el hecho en dos ocasiones, pero no lo llev¨® a cabo por incomparecencia esos d¨ªas del menor, hasta que concretamente el d¨ªa 16, a las 18 horas, con la premeditaci¨®n ya descrita, esper¨® en la puerta de la oficina a que llegase el ni?o. Habl¨® con ¨¦l breves momentos y, por no encontrar oportuna esta ocasi¨®n, por haber otros menores amigos de aqu¨¦l en las proximidades, decidi¨® entonces tomar su veh¨ªculo y esperarlo en la confluencia de la calle Elisa con General Mitre.
Tras unos minutos de espera, cuando pasaba por la acera el menor lo llam¨®, le abri¨® la puerta del coche y dijo que subiese un momento para dar una vuelta a la manzana. El ni?o subi¨® instintivamente y como una vez en el interior del veh¨ªculo protestara, diciendo que quer¨ªa irse a su casa, con un martillo que previamente hab¨ªa preparado le golpe¨® en el parital derecho, dej¨¢ndole inconsciente y tumbado sobre los asientos posteriores.
Golpe¨® al ni?o con un martillo
Con la celeridad propia del nerviosismo del momento arranc¨® el veh¨ªculo, dirigi¨¦ndose nuevamente al garaje de su. oficina y entr¨® en el mismo. Al recobrar el conocimiento el ni?o y pedir socorro, con el mismo martillo le golpe¨® unas diez veces, aproximadamente, en la cabeza para darle muerte. Introducido en el maletero,y con el fin de que la sangre que manaba abundantemente de la cabeza no delatara la presencia de la v¨ªctima en el recorrido que iba a efectuar, al salirse por las juntas de la carrocer¨ªa, cubri¨® el cad¨¢ver con la arena de la obra, colocando sobre el ni?o la esterilla de los asientos traseros del veh¨ªculo, con la que se ocultaba totalmente.Tras limpiarse ¨¦l las manos y las partes exteriores del autom¨®vil que hab¨ªan resultado manchadas de sangre, se dirigi¨® al valle Hebr¨®n, carretera de Sardanyola, cuyo paraje conoc¨ªa, con el fin de enterrar a la v¨ªctima.
Al llegar a dicho lugar, ante el temor de ser visto por varios veh¨ªculos aparcados en las proximidades, opt¨® por trasladarse a Ciudad Bad¨ªa, de Sabadell, a otro descampado existente frente al polideportivo de aquella ciudad y cuya zona conoc¨ªa por ser socio del expresado club. Una vez en el lugar procedi¨® a cubrir el cad¨¢ver con una esterilla de su propiedad, asientos de veh¨ªculo, bolsas y otros efectos que encontr¨® en los alrededores y sobre todo ello con la pala que llevaba lo enterr¨®, cubri¨¦ndolo totalmente con arena.
Seguidamente regres¨® a Barcelona, y desde una cabina telef¨®nica de la calle de Fabra y Puig llam¨® a los padres del ni?o, a quienes comunic¨® el secuestro de su hijo y que si quer¨ªan recobrarlo preparasen dos millones de pesetas y que ya recibir¨ªan instrucciones.
Localizaci¨®n de los dos cad¨¢veres
A las diecisiete horas del d¨ªa siguiente al del secuestro, la Guardia Civil de Ciudad Bad¨ªa daba cuenta a dicha brigada de haber sido descubierto el cad¨¢ver de un ni?o, y trasladados al lugar inspectores y familiares, el fallecido result¨® ser el menor de referencia.Comoquiera que los inspectores que llevaban a t¨¦rmino estas investigaciones hab¨ªan practicado otras gestiones tendentes a localizar a do?a Francisca Massoni Sans, de setenta a?os de edad, cuyo secuestro hab¨ªa sido denunciado por su hija el pasado d¨ªa 18 de septiembre, utilizando el presunto secuestrador id¨¦nticos procedimientos, se tuvo la convicci¨®n de que era autor de este hecho delictivo. Por este motivo se le interrog¨® al respecto, y aunque al principio neg¨® su participaci¨®n en el mismo, ante las evidencias que le fueron mostradas, tales como un zapato de la v¨ªctima, lugar donde los hab¨ªa dejado y otros extremos, termin¨® confensando la autor¨ªa del hecho e indicando el lugar donde hab¨ªa enterrado el cad¨¢ver, que result¨® ser el mismo donde apareci¨® el ni?o.
Trasladados los inspectores a la zona, a compa?ados del juzgado de Sabadell y con la colaboraci¨®n de los bomberos y polic¨ªas municipales de la localidad, procedieron a cavar en el lugar indicado por el detenido y descubrieron los restos de la v¨ªctima.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.