La guerra es lo que se lleva

Se ha inaugurado una exposici¨®n de carteles de la guerra. La guerra es la guerra civil, claro. La guerra civil 36/39 son las Term¨®pilas de estos griegos incultos que somos los espa?oles. Juli¨¢n Mar¨ªas presenta en Abc una colecci¨®n de fasc¨ªculos que divulgar¨¢n lo que fueron ambos abec¨¦s (el madrile?o-republicano y el arabigoandaluzfranquista) durante la contienda. La guerra es lo que se lleva este oto?o.-?Y qu¨¦ me dices de S¨¢enz de Tejada?- le ataco a Jos¨¦ Mario Armero, presidente de Europa Press, y con quien comparto (yo a niveles modestos, que no soy presidente de nada sino de mi propia agencia de prensa, que la llevo siempre encima) el coleccionismo de chismes, recuerdos y cosas de la guerra y la posguerra. Armero le compra a Lucio -el tierno buhonero del Rastro especializado en el tema- carteles y banderas de mucho precio. A m¨ª, Lucio me regala de cuando en cuando un emblema de Auxilio Social.

S¨¢enz de Tejada fue quiz¨¢ lo ¨²nico respetable que tuvo el bando o banda de Franco. Un Durero de la Cruzada que, de haber ca¨ªdo del otro lado, de haber sido promocionado desde Par¨ªs o Mosc¨², hoy le dar¨ªa la r¨¦plica al Guernica de Picasso. La progres¨ªa pide mucho que nos devuelvan el Guernica, del que al fin y al cabo ya tenemos todos una reproducci¨®n en casa. Pero nadie pide que nos devuelvan a S¨¢enz de Tejada, porque la derecha -ay- no sabe potenciar sus valores y vive de los valores en desguace de la izquierda.

Mar¨ªas contrast¨® bien el absurdo de los datos, las situaciones y las paradojas que explican la guerra civil o, mejor, la hacen inexplicable. Pero en el mismo viento oto?al de la moda retroguerra nos viene una exposici¨®n de Revello de Toro. Este pintor peque?o de la derecha grande parece que ha sustituido a Enrique Segura en el retratismo halag¨¹e?o y de buen tono, tipo pero-qu¨¦-rejovenc¨ªsima-que-est¨¢-la-se?ora-marquesa. Revello de Toro, despu¨¦s de retratar arist¨®cratas, toreros de Alianza Popular como Paco Camino antifranquistas de derechas como Jim¨¦nez de Parga, alguna de las nietas de Franco (yo siempre las confundo), tecn¨®cratas molieres como L¨®pez-Bravo y cosas as¨ª, presenta ahora en Madrid una exposici¨®n, digamos, de obra pura, de creaci¨®n total, que es como cuando Goya se dejaba de pintar meninas (s¨ª Goya tambi¨¦n pint¨® meninas, que no me he salido del cat¨¢logo) y emborronaba genialmente las paredes de su casa, la Quinta del Sordo, en una autopintada asombrosa y perdida. S¨®lo que Revello de Toro, a espaldas de su retratismo mondaine, se acerca al hiperrealismo de izquierdas de Anto?ito L¨®pez (el genio de verdad, no el genio de salones), al fotografismo ir¨®nico de los yanquis, de Claudio Bravo, de Toral, pintando maletas y embalajes (que, en todo caso, titula con un lirismo titanlux). O sea, que se est¨¢ traicionando a s¨ª mismo en sus buenas cualidades de portadista que pudiera pasar a m¨¢s, y pienso que este fue el caso de la guerra espa?ola, como se ve claro por la exposici¨®n de carteles b¨¦licos y hasta por los fasc¨ªculos de Abc: que el Ej¨¦rcito republicano ven¨ªa de Goya y los fusilamientos de la Moncloa, de la revuelta justiciera y permanente del pueblo espa?ol, mientras que los cruzados de la Cruzada ven¨ªan de un lirismo improvisado y subversivo, de una Espa?a inmanente e inexistente, estilizada y convencional, con toques de socialismo y justicia que le hab¨ªan tomado a la izquierda, en su propaganda, como Revello de Toro le toma hiperrealismos doloridos a Antonio L¨®pez.

La guerra es lo que se lleva. Los espa?oles estamos viviendo una reconciliaci¨®n Preciados en este oto?o tibio. Parece que las dos Espa?as se han esquematizado en carteles y fasc¨ªculos, pero cae un polic¨ªa -cartel vivo-, en el Pa¨ªs Vasco, mientras hablamos de reconciliaci¨®n en Madrid, acarician el litoral wagnerianos buques cargados de armas y, cautivo y desarmado el Ej¨¦rcito rojo, las tropas nacionales han vuelto a tomar Prado del Rey. UCD es a la democracia lo que Revello de Toro a Anto?ito L¨®pez: una imitaci¨®n vergonzante en materias sint¨¦ticas para c¨®ctel. Los carteles republicanos, Bardasano, eran mejores porque ten¨ªan la autenticidad de la derrota. No se puede ganar una guerra y encima pintar bien.