Lucha abierta por la sucesi¨®n de Tito
Todo parece indicar que las grandes maniobras pol¨ªticas de cara a la sucesi¨®n del mariscal Tito se est¨¢n poniendo en marcha en Yugoslavia con una virulencia inusitada. Hace unos d¨ªas, Tito design¨® a Branko Mikulic, jefe del partido de Bosnia y funcionario de carrera, para sustituirlo en la presidencia de la Liga de Comunistas Yugoslavos. Este nombramiento, que ha venido a fortalecer la posici¨®n de los adversarios de Stane Dolanc, secretario general de la Liga y portavoz del sector m¨¢s antisovi¨¦tico del bur¨® ejecutivo de la organizaci¨®n, ha coincidido con el comienzo de una fuerte pol¨¦mica p¨²blica, casi sin antecedentes en la historia del pa¨ªs, sobre el mal funcionamiento del sistema autogestionario y la grave crisis econ¨®mica que pesa sobre la Federaci¨®n.
Los ?liberales pro occidentales?, que se apoyan en Dolanc, y los usufructuarios del llamado centralismo burocr¨¢tico, representado por Mikulic y otros dirigentes, parecen ser, en realidad, los verdaderos protagonistas del debate.Desde ayer, m¨¢s de medio mill¨®n de obreros de empresas que trabajan a p¨¦rdida pasaron a ganar s¨®lo el salario m¨ªnimo garantizado por una ley de 1976 (6.000-7.000 pesetas). Entre las causas de las p¨¦rdidas de esas industrias se apuntan, oficialmente, la ?indisciplina?, la ?baja productividad? y una ?conciencia autogestionaria insuficientemente desarrollada?. Tambi¨¦n la ?influencia negativa de elementos tecnocr¨¢ticos y burocr¨¢ticos?, con lo cual la discusi¨®n econ¨®mica adquiere tintes eminentemente pol¨ªticos.
El semanario Nin, de Belgrado, acaba de publicar una ?carta abierta? al Gobierno federal, a las, Rep¨²blicas y a las autoridades comunales, en la que, a prop¨®sito de los obreros sometidos ahora al sueldo m¨ªnimo, expresa lo siguiente: ??C¨®mo se puede forzar a un trabajador de cada quince a asumir condiciones de vida tan dif¨ªciles sin hacer antes un an¨¢lisis completo de las causas de las p¨¦rdidas de sus empresas??.
Simult¨¢neamente, el influyente peri¨®dico Politika dio a conocer una declaraci¨®n de los delegados de 810 obreros de una factor¨ªa de Bjeljina (con sueldo m¨ªnimo desde hace tiempo), en la que sostienen que han sido ?enga?ados? por sus directores sobre la situaci¨®n econ¨®mica real de la f¨¢brica. Seg¨²n ¨¦stos y otros muchos trabajadores, numerosos directores y t¨¦cnicos de los centros de producci¨®n suelen presentar balances falsos al ?colectivo?.
Acusaciones mutuas
Un miembro de la ejecutiva de la Liga, tambi¨¦n de orientaci¨®n antisovi¨¦tica, dijo hace unos meses a este diario que los integrantes de los consejos obreros y los delegados del partido y de los sindicatos conocen perfectamente esas trampas, ?propias -explic¨®- del excesivo burocratismo que traba el sistema. Pero no reaccionan -agreg¨®- porque no quieren adoptar, por motivos pol¨ªticos, medidas antipopulares como la imposici¨®n del salario m¨ªnimo que adem¨¢s, supondr¨ªan la reducci¨®n de sus propios sueldos?. Los expertos de la Liga estiman que m¨¢s de la mitad de las 25.000 organizaciones de base del trabajo asociado cometen esa clase de infracciones en forma m¨¢s o menos sistem¨¢tica.Los ?apetitos pol¨ªticos? han inducido, adem¨¢s, a los ?bur¨®cratas?. seg¨²n nos reiteran portavoces de los ?liberales? a crear f¨¢bricas innecesarias en muchas zonas. As¨ª, la ?capacidad paralela? o doble de producci¨®n resulta muy superior a la demanda del mercado interno. Esta circunstancia no s¨®lo destruye el sistema autogestionario del comercio federal, sino, tambi¨¦n, la posibilidad de cr¨¦ditos para la exportaci¨®n lo que impide a los productos yugoslavos imponerse en el exterior por carencia de precios competitivos. Los ?liberales? acusan, a la vez, a los ?bur¨®cratas? de estar promoviendo el ?apetito insaciable? de las ¨¢reas ?no econ¨®micas?, como la ense?anza, la administraci¨®n del Estado y los deportes, cuyos proyectos no tienen en cuenta las posibilidades financieras de las empresas. En este momento, hay en realizaci¨®n alrededor de 30.000 ?obras sociales?. en muchos casos semiparalizadas, cuyo costo es imposible evaluar.
Por su parte, los ?bur¨®cratas? acusan a los ?liberales? de haberse apoderado de la direcci¨®n de los bancos federales de cr¨¦dito, que utilizan para recortar o anular la ?capacidad social? de las empresas, e incluso para hundirlas. Ofrecen en este terreno cifras alarmantes: en el primer trimestre de este a?o, las sociedades autogestionarias se han visto obligadas a entregar a los bancos, s¨®lo en concepto de intereses, m¨¢s de 23.000 millones de dinares (alrededor de 83.000 millones de pesetas).
La denuncia de esta grave situaci¨®n econ¨®mica por Nin y Politika -un hecho sin precedentes en el r¨¦gimen de Tito, que a¨²n sigue adscrito a las tesis de la ?dictadura del proletariado?- parece constituir s¨®lo el comienzo de una dura batalla por la sucesi¨®n.
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