Polic¨ªas aut¨®nomas

?El anuncio de la pr¨®xima apertura de conversaciones entre las partes interesadas, la noticia de que el Gobierno est¨¢ considerando seriamente el tema de las polic¨ªas aut¨®nomas, referido en un principio a las provincias vascongadas, habr¨¢ contribuido, sin duda, a la agudizaci¨®n de esa intranquilidad, heredera directa de ese complejo de desamparo que padece hoy el hombre de la calle, el espa?ol medio.No cabe, sin embargo, la negativa a priori. Negarse a examinar cualquiera de las peticiones que los entes aut¨®nomos ahora en estado simplemente te¨®rico, s¨®lo con algunas transferencias de responsabilidad, por el momento, ser¨ªa negarse a la evidente pluralidad que compone el rostro de la sociedad espa?ola. Y, acaso equivaldr¨ªa tambi¨¦n a negar al di¨¢logo la importancia capital que como instrumento tiene en toda democracia aut¨¦ntica. (...)

No se trata de un tema espec¨ªfico de Vascongadas. El tema vasco es, hay que entenderlo as¨ª, un problema nacional, un problema con repercusiones a todo lo largo y ancho de Espa?a, que, por ello, no puede ser tratado sin que la opini¨®n p¨²blica est¨¦ debidamente informada, y sin que exista un aut¨¦ntico consenso nacional. Se hace absolutamente conveniente que el Gobierno informe con claridad y profundidad sobre este espinoso asunto de negociaci¨®n, sobre la situaci¨®n en que se encuentra tal proyecto y las implicaciones que su puesta en pr¨¢ctica puede tener. Retirar las fuerzas de orden p¨²blico, que son fuerzas nacionales, de cualquier territorio espa?ol, equivaldr¨ªa a una dejaci¨®n de la soberanla nacional y a un permiso impl¨ªcito para su sustituci¨®n.?

4 noviembre