Deporte popular
EL PASADO jueves, 30.000 madrile?os celebraron la festividad de la Almudena con un paseo en bicicleta bajo la lluvia. Intentaron, con ello, luchar por un Madrid m¨¢s limpio, m¨¢s silencioso, m¨¢s sano. Muchos otros millares hicieron calle aplaudiendo su paso. Esta misma ma?ana, otro buen n¨²mero de madrile?os se vestir¨¢ de corto para correr veinte kil¨®metros, media marat¨®n, por las calles de la barriada de Moratalaz. Algo est¨¢ sucediendo en Espa?a. Felizmente, las manifestaciones de deporte popular proliferan. El espa?ol est¨¢ relacion¨¢ndose con el fen¨®meno deportivo de forma distinta a la contemplaci¨®n m¨¢s o menos pasiva desde la grada del esfuerzo de otros.Lamentablemente, durante a?os y a?os los dirigentes deportivos han justificado su incapacidad y su torpe gesti¨®n acusando al ciudadano espa?ol de carecer de mentalidad deportiva. Con esa excusa han derrochado el dinero que se destinaba a ese sector, o lo han utilizado en fomentar el espect¨¢culo, nunca la pr¨¢ctica. Son muchos los espa?oles que se han acomodado a la grada porque no han tenido oportunidad ni est¨ªmulo para hacer otra cosa, pero por suerte los nuevos tiempos est¨¢n acabando con ese estado de cosas. No deja de ser un dato a considerar, el hecho de que todas estas manifestaciones de deporte popular que afloran en los ¨²ltimos meses se deban a iniciativas particulares, que hayan surgido a las espaldas de los organismos encargados de fomentar la pr¨¢ctica del deporte.
Pero merece la pena volver sobre la Fiesta de la Bicicleta. Treinta mil personas son un buen n¨²mero; veinte kil¨®metros sobre una bici suponen una distancia respetable. Los datos ganan importancia, adem¨¢s,si se habla de un d¨ªa lluvioso y desapacible, como result¨® el pasado jueves, y m¨¢s a¨²n si se trataba, como as¨ª fue, de la primera oportunidad en mucho tiempo de sacar la bicicleta a las calles madrile?as, atestadas de tr¨¢fico hasta el punto de hacer seriamente peligrosa la pr¨¢ctica habitual de este deporte. Todo ello hace pensar si realmente Madrid y otras grandes capitales espa?olas est¨¢n condenadas a ser unas ciudades sucias, ruidosas e insanas, o si existen a¨²n esperanzas de recuperar parte del terreno perdido. Por desgracia, es mucho lo que se ha dejado de hacer, muchos los a?os de degradaci¨®n del medio ambiente y de abandono de los beneficios del deporte, pero si a pesar de todo ello a¨²n hay gente dispuesta a pedalear durante veinte kil¨®metros, como qued¨® demostrado el jueves, quiz¨¢ a¨²n quede tiempo para recuperar en nuestras ciudades unas mejores condiciones de vida.Y, desde luego, ya no puede caber la menor duda de que existe un ampl¨ªsimo sector de la sociedad espa?ola que entiende el deporte como algo m¨¢s que sentarse ante un aparato de televisi¨®n y contemplar un partido de f¨²tbol, y que s¨®lo necesita iniciativas y facilidades para incorporar activamente el deporte a su vida cotidiana.
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