Juan Carlos puede proponer en M¨¦xico la creaci¨®n de una "Iberoam¨¦rica de naciones"
Uno de los ¨¦xitos que se le atribuyen a Jos¨¦ L¨®pez Portillo en los a?os que lleva al frente de la presidencia de M¨¦xico es el de haber conseguido transmitir cierta calma, una suerte de estabilidad an¨ªmica a sus compatriotas. Quiz¨¢ la cualidad de intelectual del presidente y la aplicaci¨®n de los principios de la filosof¨ªa pol¨ªtica que ense?aba en la Universidad hayan sido factores determinantes para lograr ese relajamiento.Hace veinticuatro meses (y as¨ª lo recuerda cualquier mexicano con quien se hable), el pa¨ªs era una pura convulsi¨®n: asustaba la situaci¨®n de pr¨¢ctica bancarrota en que se encontraba la econom¨ªa, sorprend¨ªan las veleidades casi paranoicas de Luis Echeverr¨ªa, obsesionado por convertirse en el l¨ªder del mundo; hastiaban el inmovilismo del sistema pol¨ªtico, la eterna hegemon¨ªa del partido del Gobierno, la corrupci¨®n institucionalizada. Y her¨ªan dolorosamente las desigualdades, las injusticias y el hambre. Ser¨ªa enga?oso decir que estos problemas han desaparecido en tan corto espacio de tiempo. Salvo la presencia f¨ªsica del ex presidente (enviado por el Gobierno a representarle diplom¨¢ticamente en Australia) y- el fantasma de la quiebra, alejado pero no perdido; el resto de las preocupaciones mexicanas permanecen donde estaban. Sin. embargo, hay m¨¢s confianza, m¨¢s distensi¨®n, mayor optimismo para resolver las tensiones.
?Y c¨®mo no va a haber tensiones en un pa¨ªs como M¨¦xico?: 65 millones de habitantes, que ser¨¢n m¨¢s de cien en el a?o 2000. Una tasa de crecimiento demogr¨¢fico, superior al 4% anual, de las mayores del mundo, un 70% de analfabetos, diez millones de blancos que dominan a 55 millones de indios y mestizos, el 70% de la poblaci¨®n laboral desocupada o subempleada, una capital federal que tiene hoy catorce millones de habitantes, y que ser¨¢ la m¨¢s grande del mundo dentro de veinte a?os.
Con tal panorama, no es tarea f¨¢cil controlar un pa¨ªs y menos infundirle calma y confianza. Y sin embargo, a pesar de las dificultades, a ella dedica su tiempo el presidente, ayudado por su pragmatismo y moderaci¨®n y, c¨®mo no, por el petr¨®leo.
El PRI y sus equilibrios
La reforma pol¨ªtica puesta en marcha por Jos¨¦ L¨®pez Portillo recoge la mayor¨ªa de las aspiraciones de los universitarios levantiscos de 1968: amnist¨ªa, control y castigo de la corrupci¨®n libre actividad de los partidos pol¨ªticos.En buena l¨®gica, todas estas iniciativas (ya esbozadas, justo es reconocerlo, durante los ¨²ltimos meses del Gobierno Echeverr¨ªa), suponen la garant¨ªa de la perpetuaci¨®n del PRI (Partido Revolucionario Institucional).
Porque, pol¨ªticamente, todo gira en M¨¦xico alrededor del PRI: es el partido de la revoluci¨®n de Madero en 1910, surgida al grito de ?Sufragio universal y no reelecci¨®n?. Nunca ha perdido unos comicios, ni presidenciales ni de senadores, ni de diputados... Lleva en el poder m¨¢s de cincuenta a?os y tiene m¨¢s militantes que ninguna otra agrupaci¨®n pol¨ªtica en el mundo: trece millones.
Otra de las variaciones notables producidas en el M¨¦xico que hoy gobierna Jos¨¦ L¨®pez Portillo es la de su pol¨ªtica exterior. La importancia de este hecho es notable, sobre todo si se tiene en cuenta que M¨¦xico, con Brasil, es uno de los grandes colosos latinoamericanos, avecindado adem¨¢s con Estados Unidos.
Norteam¨¦rica consider¨® siempre a Echevarr¨ªa un cordial enemigo. Sin embargo, tuvo pocos problemas con ¨¦l. L¨®pez Portillo, te¨®ricamente m¨¢s alineado con el poderoso vecino del Norte, mantiene, no obstante, una postura de mayor independencia que su antecesor.
Ha sabido defender los precios de sus productos petrol¨ªferos frente a las innobles exigencias norteamericanas, aun a costa de sufrir vej¨¢menes como la detenci¨®n y deportaci¨®n de un mill¨®n de compatriotas que hab¨ªan atravesado ?sin papeles? la frontera con el Norte y la construcci¨®n de una reja met¨¢lica electrificada a lo largo de m¨¢s de sesenta kil¨®metros de l¨ªnea divisoria.
La relaci¨®n con Espa?a es, precisamente una de las claves que guarda el presidente en su faltriquera para consolidar el conjunto de su pol¨ªtica exterior. Consta que M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s entusiasta a la hora de recibir la idea, auspiciada por don Juan Carlos, de formar una Iberoam¨¦rica de naciones, de la misma manera que- tiene la seguridad de que si el Rey se decide a hacer p¨²blica su idea no lo har¨¢ en otro lugar que no sea M¨¦xico. L¨®pez Portillo (que ha demostrado hispanismo e hispanofilia sobrados) entiende que, as¨ª como las relaciones comerciales no podr¨¢n ser nunca lo deseablemente- estrechas en funci¨®n de la distancia, el alineamiento pol¨ªtico puede resultar especialmente fruct¨ªfero.
Las relaciones Espa?a-M¨¦xico
La visita de los Reyes de Espa?a a M¨¦xico va a servir para el relanzamiento de nuestros intercambios comerciales, escasos en volumen, pero de importancia creciente. T¨¦ngase en cuenta que, si en 1977 el flujo de productos entre ambos pa¨ªses sum¨® alrededor de cien millones de d¨®lares, este a?o la cifra se doblar¨¢. La balanza es ligeramente favorable a M¨¦xico, aunque este punto, en opini¨®n de los expertos espa?oles del Ministerio de Comercio, no es preocupante: lo que se busca es que los intercambios aumenten.En lo que s¨ª est¨¢ interesada Espa?a es en diversificar los grupos de productos que tradicionalmente han constituido el eje del comercio entre los dos pa¨ªses. Espa?a compra a M¨¦xico, adem¨¢s de petr¨®leo (el 8 % de las exportaciones de crudos mexicanos va a nuestras refiner¨ªas) productos alimenticios. Curiosamente, la mayor¨ªa de los garbanzos con que se hace el cocido madrile?o est¨¢n cosechados en M¨¦xico. Espa?a, por su lado, vende a M¨¦xico libros, m¨¢quinas-herramienta y otros productos.
A juicio de los expertos, Espa?a est¨¢ en buenas condiciones para cooperar con M¨¦xico en materias pesqueras, construcci¨®n de buques, investigaciones mineras y, quiz¨¢, en el campo de la incipiente petroqu¨ªmica mexicana.
Para nuestro pa¨ªs es de vital importancia la promoci¨®n del turismo mexicano, que -es de elevado poder adquisitivo. Hasta ahora ha existido una limitaci¨®n: las dificultades de las autoridades mexicanas para los vuelos charter de compa?¨ªas espa?olas. La grave situaci¨®n econ¨®mica de Aerom¨¦xico, la l¨ªnea nacional, ha obligado al Gobierno a protegerla al m¨¢ximo, con lo que el flujo de turistas mexicanos hacia Espa?a debe limitarse a la capacidad de los aviones regulares. Aun as¨ª, la presencia de turistas aztecas en nuestro pa¨ªs es cada d¨ªa mayor.
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