La uItraderecha monopoliz¨® el sepelio del magistrado Mateu

(Viene de primera p¨¢gina)Los constantes gritos de este grupo de personas, tales como ?Gobierno, asesino? y ?Ej¨¦rcito, al poder?, o sus c¨¢nticos, concretamente el Cara al Sol, rompieron el clima de respeto y de recogimiento propio de la ceremonia religiosa que se celebraba en el interior del templo. La tensi¨®n aument¨® todav¨ªa m¨¢s cuando el f¨¦retro con el cad¨¢ver del se?or Mateu fue sacado del templo e introducido en el furg¨®n que deb¨ªa trasladarlo al cementerio de Nuestra Se?ora de la Almudena. Grupos de ultraderecha corrieron hasta el furg¨®n y lo rodearon, mientras segu¨ªan con sus gritos insultantes al Gobierno.

Colocados en primera fila, relegando a un segundo plano a los familiares del finado y a los representantes de la Magistratura, los grupos de ultraderecha iniciaron tras el furg¨®n el recorrido a pie hasta la plaza de Col¨®n, donde se despidi¨® el duelo. Mientras tanto, las autoridades asistentes abandonaron el templo por una puerta lateral, fuertemente protegidas por la fuerza p¨²blica. Los insultos contra dichas autoridades fueron constantes, mientras algunos individuos forcejearon con la polic¨ªa tratando de llegar hasta ellas.

El funeral corpore insepulto se inici¨® poco despu¨¦s de las once de la ma?ana. A la llegada del f¨¦retro, conducido ¨¢ la iglesia de Santa B¨¢rbara por iniciativa de los hijos del finado, una parte del p¨²blico que llenaba la iglesia y los grupos. que se encontraban en el exterior prorrumpieron en aplausos y pronunciaron diversos gritos. Uno de los oficiantes pidi¨® con energ¨ªa que se guardase silencio y compostura, ya que ?la casa de Dios es para orar y para la paz?.

La viuda e hijos del magistrado asesinado ocuparon los primeros bancos, as¨ª como varios ex ministros de Justicia, entre ellos Ra¨ªmundo Fern¨¢ndez- Cuesta. En lugar preferente del altar presid¨ªa el funeral el actual ministro de Justicia, Landelino Lavilla, acompa?ado de los altos cargos de su departamento. Al otro lado del altar se encontraban los miembros de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, el presidente del Consejo General de la Abogac¨ªa, Antonio Pedrol, el fiscal del Reino, Juan Manuel Fanjul, y los Presidentes de las audiencias Nacional, Territorial y Provincial, as¨ª como miembros de las carreras judicial y fiscal. Entre el p¨²blico asistente se encontraban varios militares de uniforme, entre ellos tres generales, algunos parlamentarios, representantes de partidos pol¨ªticos y los l¨ªderes de extrema derecha Blas Pi?ar, presidente de Fuerza Nueva, Sixto de Borb¨®n, Jos¨¦ Antonio Gir¨®n y el antiguo ministro Utrera Molina. Mientras tanto, los gritos de los que estaban fuera constitu¨ªan el tel¨®n de fondo del funeral.

Fue a la salida del funeral cuando agredieron al abogado Antonio Rato. Varias personas se acercaron a ¨¦l y le golpearon e insultaron, siendo protegido por un polic¨ªa de paisano adscrito a la Audiencia Nacional y por el abogado Antonio Mufloz Perea, yerno de Blas Pi?ar. Por otra parte, estos grupos aplaudieron el paso de los militares que sal¨ªan del funeral, a la vez que gritaban ?Ej¨¦rcito al poder? y ?dictadura militar?. Poco despu¨¦s, el senador por Madrid Manuel Villar Arregui, que tambi¨¦n asisti¨® al funeral, tuvo que ser protegido por m¨¢s de una docena de polic¨ªas armados, al ser reconocido por varias personas, quienes se dirigieron hacia ¨¦l en forma amenazadora, gritando ?fuera, fuera?.

En el cementerio de la Almudena, donde el cad¨¢ver del magistrado se?or Mateu recibi¨® cristiana sepultura, hacia la una de la tarde, volvieron a repetirse los gritos contra el Gobierno y los de ?Mateu, presente? por parte de muchos de los asistentes. Un hijo del finado dio el grito de ?Ca¨ªdos por Dios y por Espa?a?. Tras el rezo de un responso, los asistentes cantaron, brazo en alto, el Cara al Sol.