El certificado de "¨²ltimo destino" es la ¨²nica garant¨ªa de tr¨¢fico legal
El secreto que envuelve el negocio de las armas, sea oficial o privado, no ha podido impedir que se conocieran algunos casos poco claros. La respuesta de la opini¨®n p¨²blica se ha orientado en tres direcciones: demanda de informaci¨®n sobre el tema, oposici¨®n de la marina mercante a correr con los riesgos suplementarios que supone un transporte de esta naturaleza y exigencia de que se abra un debate pol¨ªtico sobre la exportaci¨®n de armamento a determinados pa¨ªses sometidos a dictadura militar. Acerca de todo ello informa
Fuentes del SLM M han revelado que las tripulaciones de los barcos desconocen el contenido de los cargamentos, que se les escamotean las mercanc¨ªas peligrosas para evitar el pago de pluses y que se les obliga a viajar a pa¨ªses en conflicto o sometidos a embargo internacional.,Los marinos han detectado un hecho a¨²n m¨¢s grave. Barcos de desecho podr¨ªan ser utilizados, en su opini¨®n, para llevar a cabo un tr¨¢fico ilegal y ser hundidos luego en alta mar, con tripulaci¨®n incluida, para evitar cualquier indiscreci¨®n. Un sistema ciertamente seguro: se cobra al comprador a precios de fantas¨ªa, el seguro paga tambi¨¦n el accidente del barco y el mar se queda con el secreto.
Recientemente la tripulaci¨®n del Anna XII se salv¨®, mediante un mot¨ªn, de terminar en el fondo del Atl¨¢ntico. Se han detectado tambi?rn otros hundimientos sospechosos, aunque se carece todav¨ªa de pruebas definitivas para iniciar los correspondientes procesos. Como consecuencia, el SLMM ha decidido varias medidas de presi¨®n y boicot.
Derechos humanos y realidades
Una fuente cualificada, aunque no oficial, del Ministerio de Asuntos Exteriores opina que, en principio, ?nada tiene que ver la exportaci¨®n de armas a determinados pa¨ªses con la defensa de los derechos humanos. El material que se vende a un Gobierno suele estar destinado a sus fuerzas armadas y es de dif¨ªcil aplicaci¨®n en conflictos internos. Un bazooka puede servir para derribar un tanque, pero no para reprimir una manifestaci¨®n. Los derechos humanos se violan con m¨¦todos como la tortura, que no necesitan de armamento especial?.
Al margen de que la exportaci¨®n espa?ola de armas dif¨ªcilmente puede mantener a un determinado r¨¦gimen en el poder, debido a su escaso volumen, el mismo portavoz insiste en que si no existe prohibici¨®n expresa, la ideolog¨ªa de un Gobierno no es motivo para restringir los suministros de armas. ?Por ejemplo, Chile no est¨¢ embargado por la ONU, ni est¨¢ en guerra con otro pa¨ªs, ni Espa?a ha decretado un embargo, ni tiene un conflicto b¨¦lico con otra naci¨®n. ?Por qu¨¦ no se le van a vender armas? China lo hace. ?
El director de la Divisi¨®n de Productos Especiales de Chrysler Espa?a, Alvaro de Yncl¨¢n, es pragm¨¢tico. ?En todo el mundo se vende a quien paga y en este sentido Espa?a est¨¢ en mantillas. Ni es un gran pa¨ªs exportador, ni tiene infraestructura para ello. Estamos muy lejos de poder organizar, como lo hace Francia, exposiciones anuales de material b¨¦lico a las que acuden todos los jeques y gobernantes del Tercer Mundo. Resulta, por otra parte, un contrasentido reconocer a un Gobierno como legal y someterlo luego a embargo de armas. Adem¨¢s, es algo ineficaz, porque si necesita armas las va a conseguir de cualquier forma en otro mercado. ?
Otras fuentes comerciales afirman que Espa?a no vende armas fundamentalmente a las dictaduras, sino al Tercer Mundo, en general, precisamente por el escaso desarrollo de nuestra tecnolog¨ªa, que le impide competir en otros mercados. ?En estos pa¨ªses -a?aden- los cambios pol¨ªticos se suceden con rapidez y las democracias de hoy son dictaduras ma?ana. Eso no puede cortar una relaci¨®n comercial.?
Los fabricantes ponen el acento en la necesidad de clarificar de una vez los objetivos del sector. ?Hay que decidir si interesa o no mantener la exportaci¨®n de armas, sabiendo de antemano que, si se detiene, varios miles de trabajadores quedar¨ªan en paro. Si se quiere que Espa?a venda armas, es necesario respetar las reglas del comercio. Una vez cumplidas las normas legales, no se puede andar con que este pa¨ªs s¨ª nos gusta y el otro no. ?
El certificado de ¨²ltimo destino
Aunque Asuntos Exteriores insiste en la debilidad del sector y en la falta de tecnolog¨ªa para -producir armamento sofisticado ello no impide que determinados productos se coloquen en el mercado exterior, pero siempre -subrayan- en ventas directas a los Gobiernos y en la certeza de que se van a usar por sus fuerzas armadas. Estas cl¨¢usulas precautorias quedan garantizadas en el certificado de ¨²ltimo destino. Hay, sin embargo, razones que impiden la colocaci¨®n de armas en determinados pa¨ªses: a los que est¨¢n embargados por la ONU (Africa del Sur y Rodesia), a los que est¨¢n en guerra civil (L¨ªbano o Nicaragua), a aquellos sobre los que pesa una orden de embargo por parte del Gobierno espa?ol (Mauritania, Marruecos y Argelia desde el 15 de junio) o a los que se encuentran en conflicto b¨¦lico. Asuntos Exteriores reconoce que a la zona del Magreb se efectuaron, sin embargo, embarques posteriores al 15 de junio, ?aunque estaban contratados anteriormente?.
El control de este comercio es ?bastante exigente? en opini¨®n de la misma fuente. ?Toda exportaci¨®n espa?ola necesita una licencia de la Junta de Exportaci¨®n de Armas, que se re¨²ne cada quince d¨ªas. Para la concesi¨®n de la licencia es preciso presentar el certificado de ¨²ltimo destino, legalizado por el representante espa?ol en el pa¨ªs destinatario y por la embajada del comprador en Madrid. Si despu¨¦s se hace otro uso de las armas o explosivos, no se puede evitar.?
Este complicado tr¨¢mite burocr¨¢tico molesta a algunos pa¨ªses, porque al tratarse de transacciones directas entre Gobiernos, la intervenci¨®n de las embajadas se considera como un riesgo innecesario para mantener la confidencialidad. Los empresarios creen que Espa?a es el pa¨ªs europeo que mantiene una legislaci¨®n m¨¢s rigorista en esta materia.
El secreto como norma y el tr¨¢fico ilegal
Un importante exportador de armas espa?olas justifica la exigencia del secreto y de los controles especiales debido a las implicaciones pol¨ªticas que tiene este comercio. Cualquier venta al exterior est¨¢ sometida, por otra parte, a los criterios estrat¨¦gicos de Defensa, ?para que no haya retraso en el abastecimiento de las fuerzas armadas propias?.
Alvaro de Yncl¨¢n, director de la Divisi¨®n de Productos Especiales de Chrysler Espa?a, que se encarga de modernizar los tanques norteamericanos suministrados al Ej¨¦rcito espa?ol, opin¨® lo siguiente: ?Razones de defensa y de competitividad comercial imponen una reserva que practican todos los pa¨ªses. La reserva no debe tener nada que ver con el ocultismo. Tengo entendido que en Espa?a el control es bastante bueno y apenas existe tr¨¢fico ?legal, fundamentalmente porque los principales comerciantes son, hoy en d¨ªa, los Gobiernos. ?
El portavoz de Asuntos Exteriores tiene id¨¦ntico criterio: ?Ning¨²n pa¨ªs quiere que se sepa de qu¨¦ armamento dispone. Esto da lugar a algo tan viejo como el hombre, el espionaje, y a su amparo surge el tr¨¢fico ilegal. La ilegalidad puede darse porque no se cumplen las disposiciones que regulan este comercio o porque se vende a un pa¨ªs y se llevan las armas a otro. Tambi¨¦n puede darse el soborno, aunque es menos frecuente y los propios mecanismos de competencia comercial suelen encargarse de sacarlo a la luz.?
Las normas existentes en otros pa¨ªses son, ajuicio de esta fuente, muy similares a las espa?olas, ?si bien en Espa?a no existe todav¨ªa contacto a nivel parlamentario?.
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