Espa?a, d¨¦cimo en el "ranking" de exportadores occidentales
M¨¢s all¨¢ de las operaciones puramente ilegales, sometidas por principio a la autoridad del juez competente, determinados sectores de la opini¨®n p¨²blica espa?ola han reaccionado con cierto esc¨¢ndalo ante la venta de armas a determinados Gobiernos dictatoriales, escasamente respetuosos con los derechos humanos. El tema salpica al propio Gobierno, que supervisa toda operaci¨®n de esta naturaleza. Centrar las realidades y los criterios comerciales en la materia puede contribuir a clarificarla. De ello informa Jes¨²s de las Heras.
Lo que en principio parece obligado y as¨ª lo exige tanto la opini¨®n p¨²blica como los propios fabricantes es que se clarifique el tema. Y esto no s¨®lo quiere decir que se arroje luz sobre los posibles casos de tr¨¢fico ilegal, sino que se fije la trayectoria futura de acuerdo con las fuerzas pol¨ªticas, algunas de las cuales ya se han pronunciado por un control parlamentario.En el sector armamentista espa?ol se barajan en este momento dos hip¨®tesis que deben ser tenidas en cuenta:
1. Los casos de tr¨¢fico ilegal son ocasionales y en cierto modo est¨¢n amparados por el secreto a ultranza que se mantiene en el tema.
2. Existe una maniobra por parte de los principales pa¨ªses exportadores de Europa, que tratan de evitar la competencia espa?ola y su auge en este mercado.
Un hecho in¨¦dito avala este segundo temor. Al hacerse p¨²blica la venta de un arma espa?ola, con su correspondiente munici¨®n, a un determinado pa¨ªs, el Gobierno comprador fue visitado por una delegaci¨®n belga que le propuso la venta de sus proyectiles, a fin de que no dependieran exclusivamente de Espa?a. Sin embargo, estos temores parecen contradecirse abiertamente con esa afirmaci¨®n generalizada de que ?Espa?a es un pigmeo en cuesti¨®n de armamento, que no preocupa a nadie?. Demasiadas contradicciones, excesivos puntos oscuros, que al final pueden terminar por favorecer a quienes se mueven en el terreno de la ilegalidad.
Barreiros se defiende
El holding Barreiros agrega, por su parte, que durante el ¨²ltimo mes y medio, coincidiendo con la publicaci¨®n de determinados negocios armamentistas poco esclarecidos, se ha detectado un cierto recelo por parte de los pa¨ªses compradores y esto dificulta la contrataci¨®n de nuestro material de defensa.
En su opini¨®n, Espa?a no s¨®lo puede comerciar con su propia fabricaci¨®n, sino que puede vender a los Gobiernos armas adquiridas en otros pa¨ªses, siempre que se haga con las oportunas autorizaciones. ?De hecho -a?ade- as¨ª se hace, porque conviene a los intereses espa?oles.?
Barreiros es un holding creado hace unos treinta a?os, que en la actualidad agrupa a 46 compa?¨ªas. Su consejo de administraci¨®n est¨¢ presidido por Valeriano Barreiros, mientras sus hermanos Graciliano y Celso ocupan las dos vicepresidencias. Entre los consejeros figura Ignacio de Liniers y Pidal.
En la planta de forja que el grupo mantiene en Orense (Inbasa) se fabrican proyectiles de artiller¨ªa para Ej¨¦rcito y Marina. Su importancia relativa es minimizada por otros empresarios, que consideran esta planta como de tono menor, aunque puede llegar a producir hasta 150.000 proyectiles anuales y, en caso necesario -s¨®lo se fabrica sobre pedido-, podr¨ªa ampliarse esa cifra.
El proyectil no se fabrica completo en esta planta, sino vac¨ªo, aunque posteriormente se monta el disparo completo despu¨¦s de adquirir los explosivos a otras industrias. Esta planta general de forja -no s¨®lo de munici¨®n-, que consume la energ¨ªa el¨¦ctrica equivalente a una ciudad de unos 20.000 habitantes, da trabajo a 550 personas.
Inicialmente, la producci¨®n de proyectiles se inici¨® con el prop¨®sito de atender primero las necesidades de las Fuerzas Armadas espa?olas y exportar luego el excedente. ?Esto permite -explica la empresa- lograr precios competitivos por medio de grandes series. A medio plazo puede llegar a efirninarse nuestra dependencia de fabricantes extranjeros.? Barreiros insiste que en cualquier caso las operaciones de venta al exterior se realizan con Gobiernos soberanos y reconocidos oficialmente por nuestro pa¨ªs.
?Incluso en los casos de tr¨¢nsito de armas por territorio espa?ol, cuando se trata de materiales que se importan y se reexportan, es necesaria la autorizaci¨®n expresa de la Junta de Exportaci¨®n de Armamento. Si el material no toca territorio espa?ol hace falta asimismo un permiso para la operaci¨®n financiera, que normalmente suele concederse porque supone un determinado ingreso de divisas.? Barreiros a?ade tambi¨¦n, como las dem¨¢s empresas, que la legislaci¨®n espa?ola es similar a la de cualquier otro pa¨ªs europeo.
Una industria tercermundista
Dejando ya al margen cuestiones de tipo presuntamente ilegal, interesa centrar otros aspectos.
Las exportaciones espa?olas de armamento no son gran cosa, si se las compara con las del resto de los principales pa¨ªses. Pero el incremento experimentado en los ¨²ltimos a?os ha sido tan importante que ha permitido a Espa?a encaramarse al d¨¦cimo puesto del ranking de los pa¨ªses occidentales. La diferencia con los principales exportadores de armamento -Estados Unidos, URSS, Francia o Gran Breta?a- sigue siendo, sin embargo, abrumadora. Esta actividad ha cobrado, pese a todo, importancia comercial y diplom¨¢tica y, ¨²ltimamente, est¨¢ sometida a cuestionamientos pol¨ªticos que hacen necesario conocer con detalle sus dimensiones reales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha ofrecido una colaboraci¨®n valiosa, aunque muy gen¨¦rica, al solicitar informaci¨®n al respecto. En Espa?a nuestra industria de armamento ni siquiera resuelve nuestras necesidades. No hemos alcanzado en este sector el nivel medio de la industria en general.?
Las cifras verdaderas de este comercio siguen siendo de dif¨ªcil acceso y no siempre coincideates. Datos facilitados por fuentes empresariales solventes, que vienen a coincidir con bastante aproximaci¨®n con los que obran en poder de Asuntos Exteriores, arrojan el siguiente balance: en el per¨ªodo enero-septiembre de este a?o, Estados Unidos export¨® 13.300 millones de d¨®lares, y 11.190 millones de d¨®lares en 1977. Se desconoce con exactitud el monto de las exportaciones de la URSS, Checoslovaquia y otros pa¨ªses del Este, pero las fuentes fiables los sit¨²an entre los m¨¢s significados.
Seg¨²n algunas fuentes, entre Estados Unidos y la URSS suministran las dos terceras partes del total mundial. Estados Unidos, en primer lugar, con un 39 %, y luego, la URSS, con un 28 %. Hace tan s¨®lo cuatro a?os, Estados Unidos vend¨ªa casi la mitad de las armas que se compraban en el mundo, exactamente un 46 %. La raz¨®n de esta disminuci¨®n porcentual y relativa estriba, por un lado, en que muchos pa¨ªses, principalmente del Tercer Mundo, han iniciado una fuerte carrera para dotarse de su propio armamento y, de otra parte, la actividad de otros, como Espa?a, poco introducidos en el mercado, pero lanzados a mejorar su situaci¨®n.
De todas formas, el volumen mundial del comercio armamentista no ha dejado de crecer. En los ¨²ltimos siete a?os las exportaciones de Estados Unidos se han multiplicado, Gran Breta?a las ha duplicado, Francia las ha sextuplicado, Gran Breta?a las ha multiplicado por 3,6 y la Rep¨²blica Federal de Alemania por cien.
Despu¨¦s de las dos grandes potencias siguen los dos grandes de Europa occidental, Francia y Gran Breta?a, con armas exportadas en 1977 por un valor de 3.500 millones de d¨®lares. A continuaci¨®n, Alemania occidental e Italia, con 1.500 millones de d¨®lares; B¨¦lgica, Suecia y Holanda, entre 1.500 y mil millones; Suiza, con 335 millones; Espa?a, con 160 millones de d¨®lares exportados en 1977. El a?o anterior la exportaci¨®n de armamento ascendi¨® a 96 millones de d¨®lares, el doble que un a?o antes. Es decir, la exportaci¨®n espa?ola queda muy lejos de la norteamericana e, incluso, de la francesa, pero es considerable su porcentaje de incremento anual.
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