El general Prieto y la "Operaci¨®n Galaxia"

En el peri¨®dico de su direcci¨®n, del domingo 19, he le¨ªdo un sorprendente, amplio, detallado y documentado informe sobre lo que titulan Golpe de mano contra el presidente Su¨¢rez. En dicho informe se diferencian con toda claridad dos partes; una en la que narran prop¨®sitos de los conspiradores, circunstancias del momento elegido por ¨¦stos; am¨¦n de otros datos que revelan la calidad de sus fuentes de informaci¨®n, y otra segunda en la que atribuyen a su colega El Imparcial unos hechos y prop¨®sitos sobre los que carezco de base para opinar, tanto en lo que se refiere a los mismos como a las acusaciones que ustedes hacen al peri¨®dico de referencia, en la parte que haya podido tener de ?incitaci¨®n al golpismo generalizado?.La determinaci¨®n que tome el aludido diario no me incumbe, pero para cualquier lector atento y bien intencionado, el p¨¢rrafo que me dedican, mencionando mi empleo y apellido, detalle que omiten al referirse a los que ustedes califican como conspiradores, puede inducirle a sacar unas impresiones sobre mi persona que por no ajustarse a la realidad y en aras de una mayor objetividad informativa me veo obligado a intentar aclarar, esperando de su caballerosidad y probado deseo de veracidad la publicaci¨®n de la presente.

Seg¨²n ustedes, la prensa del d¨ªa no public¨® nada referente al asunto, luego lo l¨®gico es que los ?conspiradores? y el reducido n¨²mero de autoridades que conocieran lo que se proyectaba fueran los ¨²nicos que podr¨ªan estar intranquilos. ?Es a este reducido n¨²mero de autoridades a quienes, seg¨²n ustedes, tranquiliz¨® la fotograf¨ªa m¨ªa con Carrillo, publicada aquel d¨ªa en EL PA?S? ?Por favor, se?or director, no ofenda a esas autoridades dando a entender que pod¨ªan estar preocupadas por la sencilla vida privada de un modesto general, disponible forzoso y sin mando desde hace un a?o! Considere que esas autoridades tienen una serenidad, una sensatez, una informaci¨®n, un saber qui¨¦n es cada uno, un ?oficio!, en suma, que si carecieran de ¨¦l no ocupar¨ªan los puestos que tienen. Ellas saben que soy disciplinado y la prueba es que nunca me han corregido disciplinariamente. Creo que, sin querer desde luego, ustedes les han hecho un perjuicio en su prestigio ante el hombre de la calle, a quien pueden haber sumido en incertidumbre, que a m¨ª me agradar¨ªa poder deshacer con ¨¦sta.

Dicen ustedes que ?por muchos soy se?alado como persona vecina a El Imparcial. Hasta trasladar mi residencia a Madrid, despu¨¦s de mi cese, hab¨ªan sido muy escasas mis relaciones con los integrantes de la prensa de esta capital, aunque actualmente me satisface tenerlas con muchos de los que a diario, desde ella, imparten informaci¨®n a toda Espa?a, entre los que se encuentran, indudablemente, pero no con especial exclusividad y siempre referidas a aspectos no profesionales, algunos, de los que componen la redacci¨®n de El Imparcial.

Los rumores pueden dar origen a muchas equivocaciones. Mire: el d¨ªa 20 de marzo a las 13.30 horas, en su despacho oficial, un ministro me atribu¨ªa haberles facilitado a ustedes, a EL PA?S, noticias sobre mi persona y mi cese. Nadie mejor que ustedes pueden dar fe de lo infundado de aquella aseveraci¨®n, ya que hasta el momento que escribo ¨¦sta no tengo el gusto de conocer a ning¨²n miembro de ese diario, aunque ser¨ªa un placer que al entregarla en persona en esa redacci¨®n lo tuviera.

Naturalmente, tendr¨ªa curiosidad por saber qu¨¦ significado atribuyen ustedes a la expresi¨®n ?vecino a El Imparcial?. No se me alcanza lo peyorativo del t¨¦rmino en este caso. El no saberlo, hasta que ese diario me lo explique, me impide hacerles m¨¢s precisiones al respecto.

Califican de reconfortante verme en actitud civilizada, en una fotograf¨ªa, hablando con el se?or Carrillo; ?es que me ha visto, o¨ªdo o le¨ªdo alguien, en alguna ocasi¨®n, en otra actitud?

Con relaci¨®n a dicha fotograf¨ªa y la conversaci¨®n que testifica, a la que no hubiera hecho referencia pese a la s err¨®neas interpretaciones que hubieran podido darse si no hubiera sido por la utilizaci¨®n a que ha sido sometida por ustedes, me agradar¨ªa aclarar no los t¨¦rminos de los puntos de vista de la pol¨ªtica, que cada uno expuso (cosa que la legislaci¨®n vigente me proh¨ªbe hacer p¨²blicos aunque no los ignoren quienes me conocen), sino la afirmaci¨®n clara y tajante de que s¨ª manifest¨¦ que yo ve¨ªa normal, en 1978, una conversaci¨®n entre ¨¦l y un general de la Guardia Civil que no olvida, ni se averg¨¹enza, ni se arrepiente, de haber sido voluntario, en 1941, de la Divisi¨®n Azul, y que. no lo oculta, ya que en la manga derecha de todas sus guerreras de uniforme hay constancia visible de ello.

Hablo, como habr¨¢ visto, en primera persona porque es respuesta a una alusi¨®n personal y sobre aspectos de mi vida privada y porque, como ha dicho el excelent¨ªsimo se?or ministro de Defensa, la opini¨®n del Ej¨¦rcito s¨®lo la puede expresar SM el Rey.