La crisis de la informaci¨®n enfrenta a la izquierda italiana
Los socialistas acaban de celebrar en Roma un congreso sobre Poder e informaci¨®n que ha sido considerado por los observadores como ?la primera respuesta global a los graves problemas que tiene hoy planteados en Italia la crisis de informaci¨®n?. El Partido Socialista quiso dar a este congreso el m¨¢ximo de autoridad, movilizando sus mejores fuerzas culturales y pol¨ªticas. Participaron tambi¨¦n activamente representantes de las otras fuerzas, sobre todo comunistas, democristianos y republicanos.
El clima del congreso fue muy tenso y la pol¨¦mica con los comunistas fue especialmente dura. Sobre todo por lo que se refiere a una apertura de los socialistas ?a favor de los grupos privados contra la presencia p¨²blica?, como escribi¨® L'Unit¨¢, ¨®rgano oficial del PCI. Seg¨²n los comunistas, esta decisi¨®n de los socialistas de dar mayor espacio al ?mercado privado de la informaci¨®n?, hipotecando incluso una televisi¨®n nacional en manos de empresarios privados, es una ?traici¨®n del ideal socialista?, que hab¨ªa librado en el pasado tantas batallas para que ?en esta sociedad dominada por la fuerza del dinero existiese un espacio real para la libertad de prensa y un verdadero pluralismo y una verdadera socializaci¨®n de la cultura?. Para los comunistas, esta postura socialista podr¨ªa acarrear ?graves consecuencias pol¨ªticas y sociales?. Pero el responsable de la pol¨ªtica informativa del PSI, el joven Claudio Martelli, que es el brazo derecho de Craxi, l¨ªder de los socialistas, respondi¨® con mucha decisi¨®n a esta amenaza: ?No nos asustan las consecuencias pol¨ªticas de nuestra decisi¨®n e invitamos a los compa?eros comunistas a acabar con la distinci¨®n entre socialistas buenos y malos para mantener al Partido Socialista en una situaci¨®n subalterna. Somos un partido renovado con un programa bien concreto y la gente nos juzgar¨¢ por ¨¦l.?
Un debate global
A pesar de esta pol¨¦mica, los observadores reconocen al Partido Socialista el valor de haber abierto un debate global y claro en un tema tan delicado. Los socialistas dijeron abiertamente que la pol¨ªtica actual de la informaci¨®n en Italia no est¨¢ en l¨ªnea con una sociedad moderna. Que al rev¨¦s de otros pa¨ªses es el poder el que condiciona la informaci¨®n en vez de ocurrir lo contrario. Seg¨²n los socialistas, es necesario poner en acci¨®n una verdadera revoluci¨®n cultural en tres direcciones: una difusi¨®n m¨¢s correcta de la informaci¨®n, un pluralismo que refleje todas las tensiones de la democracia conflictiva y una profesionalidad m¨¢s elevada y m¨¢s actual.El congreso hizo algunas confesiones amargas, sin pelos en la lengua, como que la tutela de los partidos sobre los peri¨®dicos y sobre la radio y televisi¨®n mortifica y humilla la liberta de informaci¨®n. Que el lenguaje que usa la prensa italiana es casi un c¨®digo que entienden s¨®lo los especialistas. Por otra parte, la izquierda debe hacer un examen de conciencia serio sobre la ideolog¨ªa de los medios de comunicaci¨®n. Los periodistas tienen el derecho y el deber de mantenerse aut¨®nomos del palacio del poder. La revoluci¨®n tecnol¨®gica debe convertir a los informadores en sujetos activos y no en objetos pasivos de los nuevos medios de producci¨®n.
Pidieron tambi¨¦n los socialistas que se haga una reforma a fondo del orden de periodistas, que se facilite la llegada a la profesi¨®n a los mejores sin filtros ni privilegios pol¨ªticos, y que hay que acabar con los obst¨¢culos fascistas que a¨²n quedan en Italia e impiden la liberalizaci¨®n de los puntos de venta y bloquean los precios impidiendo a los editores el cerrar las publicaciones pasivas.
Se advirti¨® tambi¨¦n del peligro de hacer peri¨®dicos que no son ni populares ni de informaci¨®n porque quieren ser las dos cosas a la vez. Lo importante, se dijo, es cerrar los peri¨®dicos pasivos, y vender m¨¢s haciendo peri¨®dicos mejores.
El punto de mayor pol¨¦mica fue la afirmaci¨®n de Ceschia, secretario nacional de la Federaci¨®n de la Prensa, seg¨²n el cual la represi¨®n de la informaci¨®n es igual en Occidente que en los pa¨ªses del Este. El escritor Ronchey invit¨® al democristiano Ceschia a ir a un quiosco a comprar el Pravda y el New York Times para ver si tiene a¨²n el coraje de decir que sigue saliendo lo mismo de lo que pasa en el mundo leyendo uno y otro de estos des peri¨®dicos.
A los comunistas les ha disgustado mucho esta nueva actitud de los socialistas de favorecer m¨¢s que en el pasado toda la iniciativa privada en el sector de la informaci¨®n y escribieron ayer en primera p¨¢gina de L'Unit¨¢ que si los socialistas abandonan la lucha por ?la defensa del verdadero pluralismo? los comunistas ?seguir¨¢n defendiendo esta bandera?.
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