El gasto p¨²blico no puede crecer sin l¨ªmites ni control parlamentario
El gasto del sector p¨²blico constituye en estos momentos una de las preocupaciones m¨¢s importantes de los pa¨ªses con econom¨ªa de mercado. En Espa?a estamos viviendo un proceso de reforma fiscal que va a desembocar en un crecimiento constante del gasto del Estado y algunos se preguntan si el gasto espa?ol est¨¢ bien orientado, tiene una rentabilidad adecuada, es objeto de control, etc¨¦tera. Algunas de estas preguntas se las han formulado los conferenciantes que participan en el seminario internacional ?El sector p¨²blico en una econom¨ªa de mercado?, que se celebra a lo largo de todo el mes de noviembre en el Instituto de Estudios Fiscales, organizado por el Centro de Estudios y Comunicaci¨®n Econ¨®mica, y por el propio Instituto.
A lo largo de la segunda sesi¨®n celebrada la pasada semana, los conferenciantes se han dedicado a cuantificar el volumen de gasto del sector p¨²blico espa?ol, cuesti¨®n en la que no existe demasiada unanimidad, aunque en l¨ªneas generales todos est¨¢n de acuerdo en se?alar que el presupuesto del Estado representa en Espa?a una porci¨®n menor que en otros pa¨ªses industrializados con econom¨ªa de mercado. El profesor Lagares se?al¨® en su intervenci¨®n que el gasto p¨²blico espa?ol alcanzar¨¢ el a?o pr¨®ximo el mismo nivel per c¨¢pita que el logrado por los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea a principios de la d¨¦cada actual. El gasto p¨²blico total per c¨¢pita espa?ol en 1979 ser¨¢ del orden de los 1.265 d¨®lares, mientras que en Alemania era hace nueve a?os de unos 1.200 d¨®lares per c¨¢pita y en Francia aproximadamente de 1.100 d¨®lares. No obstante, como este dato no tiene en cuenla la capacidad econ¨®mica de cada pa¨ªs, este indicador no suele ser el m¨¢s adecuado para medir el nivel del gasto, que tiene un m¨¦todo m¨¢s apropiado en su comparaci¨®n con el producto interior bruto.En relaci¨®n con el PIB, el gasto p¨²blico espa?ol en 1979 se situar¨¢ en valores pr¨®ximos al 28 %, mientras que en Alemania se sit¨²a en el 44 %, en Francia era de un 42% y en Italia del 43% en el per¨ªodo comprendido entre 1974 y 1976. La media de los pa¨ªses de la OCDE manten¨ªa en este per¨ªodo de tiem po un nivel del gasto p¨²blico equivalente al 41,40 % del producto interior bruto.
Para Lagares, esta relaci¨®n tampoco resulta demasiado satisfactor¨ªa porque no tiene en cuenta factores como la estructura social y la demograf¨ªa. Ponderando diversos elementos, tales como la estructura de la producci¨®n nacional, la estructura de edades, el dinamismo de la poblaci¨®n y otros, ha llegado a la conclusi¨®n de que el gasto p¨²blico espa?ol se encuentra situado a un nivel pr¨®ximo al
70 % del que le corresponder¨ªa compar¨¢ndolo con la media de los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea. Las funciones de gasto m¨¢s desatendidas en nuestro pa¨ªs continuar¨ªan siendo las de ense?anza y cultura, sanidad y relaciones con el exterior, observ¨¢ndose asimismo una r¨¢pida p¨¦rdida de posicibnes en las actividades econ¨®micas del Estado.
El nivel te¨®rico
Para el profesor Albi, de la Universidad Complutense de Madrid, los intentos realizados por diverso autores para fijar un techo t¨¦cnico al presupuesto p¨²blico no han tenido ¨¦xito. En su opini¨®n, quien m¨¢s se acerc¨® fue Colin Clark, que en 1945 fijaba el techo tributario de una econom¨ªa industrializada en el 25 % de la renta nacional, lo que equivale al 23 % del producto interior bruto.A pesar de esta teor¨ªa, en los a?os 70 el gasto p¨²blico en los pa¨ªses de la OCDE (excluyendo la industria p¨²blica) ha llegado ya a superar como promedio el 40% del PIB de cada pa¨ªs. En algunas naciones, como Holanda y Suecia, alcanza ya la cota del 50%, y en Alemania Federal y en Gran Breta?a est¨¢ alrededor del 44 %. Espa?a tiene alrededor del 25 % de su PIB en gastos p¨²blicos, la mitad que algunos pa¨ªses de los mencionados.
La tendencia observada en los pa¨ªses industrializados es de un r¨¢pido crecimiento del gasto p¨²blico. En el per¨ªodo comprendido entre los a?os 1960 y 1975 la elasticidad del gasto p¨²blico ha sido de 1,25, de forma que por cada punto. de crecimiento del producto interior bruto; el gasto aument¨® en 1,25. La recaudaci¨®n ha aumentado tambi¨¦n, aunque a ritmo menor, lo que ha provocado crecientes d¨¦ficit p¨²blicos, solne todo a ra¨ªz del desencadena miento de la crisis petrol¨ªfera en 1974. En el caso espa?ol, la elasticidad del gasto es similar a la de los restantes pa¨ªses de la OCDE (es decir, de 1,25), mientras que la flexibilidad impositiva del pa¨ªs ronda en torno a la unidad, en el mejor de los casos.
Los l¨ªmites
?El sector p¨²blico -se?ala el profesor Albi- no puede gastar sin l¨ªmite. Por otro lado, las presiones en favor del gasto son casi insoportables. ? Ante esta situaci¨®n, el profesor,Albi propone algunas ideas:- En primer t¨¦rmino, ampliar la informaci¨®n y conocimientos f¨ªscales de pol¨ªticos, funcionarios y de la opini¨®n p¨²blica en general, de forma que cuando tengan que tomar decisiones contemplen las dos caras del problema, los ingresos y los gastos.
- En segundo lugar, el sector p¨²blico deber¨ªa medir mejor sus resultados y mejorar su productividad. ?Si justamente el sector p¨²blico debe jugar un papel importante en una econom¨ªa industrializada, no puede permitir el descr¨¦dito de que se le considere un agente despilfarrador. Ha de demostrar, al menos, tanta eficacia como el sector privado de la econom¨ªa.?
- En tercer lugar, el gasto p¨²blico debe ser controlado adecuadamente.
- Por ¨²ltimo, se ha de volver a alcanzar un alto crecimiento de las rentas reales como condici¨®n indispensable para el crecimiento del gasto p¨²blico.
?El Estado ha de mostrar un presupuesto no s¨®lo transparente y completo, sino tambi¨¦n eficaz y econ¨®mico?, se?ala el profesor Albi al referirse a la actual situaci¨®n espa?ola, con una reforma fiscal en marcha. ?El intento de una nueva relaci¨®n contribuyente-Hacienda y las mayores obligaciones tributarias exigen una contrapartida clara y satisfactoria en la vertiente del gasto.?
En su opini¨®n, es necesario ahora ?evaluar e incrementar la eficacia econ¨®mica del gasto p¨²blico y de su gesti¨®n?. ?La mayor parte de las decisiones presupuestarias se toman, dentro del proceso pol¨ªtico habitual, guiadas por criterios incrementales. Sin embargo, se hace cada d¨ªa m¨¢s evidente que este proceso de adopci¨®n de decisiones es muy imperfecto, sobre todo si la importancia y efectos de la decisi¨®n a tomar son considerables. La utilizaci¨®n de estos procedimientos m¨¢s anal¨ªticos es pues, necesaria si se quiere alcanzar un grado m¨ªnimo de racionalidad. ?
El control del gasto p¨²blico, en opini¨®n del profesor Albi, no se consigue solamente por medio de instrumentos administrativos, sino que debe ser complementado con el control pol¨ªtico. ?Es fundamental dejar bien sentado desde el principio que corresponde al Parlamento, asistido por las comisiones apropiadas, la aprobaci¨®n y seguimiento del gasto p¨²blico. El Parlamento, en un contexto democr¨¢tico, ha de aprobar el presupuesto y enjuiciarlo responsablemente, controlando el ejecutivo e inyectando eficacia social al gasto p¨²blico.?
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