El alcalde expone a los inmobiliarios la "necesidad de conservar Madrid"
Durante algo m¨¢s de media hora, a los postres de una cena a la que asistieron unas 150 personas, el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis ?lvarez, intent¨® convencer a los inmobiliarios que controlan el mercado del suelo en la ciudad que la pol¨ªtica que pretende seguir el municipio de conservar el paisaje urbano y los edificios que lo forman no va en contra de sus intereses. Pidi¨®, adem¨¢s, su colaboraci¨®n para conseguir conservar el conjunto de la ciudad, por razones econ¨®micas, sociales y culturales.
La cena hab¨ªa sido organizada por el Club Inmobiliario, entidad que agrupa a los promotores inmobiliarios que ejercen su actividad en Madrid, y en ella se esperaba que el alcalde diera explicaciones a los detentadores del capital urban¨ªstico de la ciudad en torno al Plan Especial de Protecci¨®n del Conjunto Urbano -antiguo Precat¨¢logo-, luego convertido, ante la oposici¨®n de los concejales para aprobar una normativa de tan amplio alcance, en el Plan Especial de Protecci¨®n y Conservaci¨®n de Edificios y Conjuntos de Inter¨¦s Hist¨®rico-Art¨ªstico de la villa de Madrid. Tambi¨¦n se esperaba que, en el curso de la cena, el alcalde y su pol¨ªtica fueran fuertemente atacados por los inmobiliarios. Sin embargo, esto no ocurri¨® y el coloquio que sigui¨® a las palabras del alcalde sirvi¨® ¨²nicamente para que los reunidos expresaran ideas m¨¢s o menos afines a las expuestas por el se?or ?lvarez.Las razones que expuso para demostrar que las ciudades deben ser conservadas se basaron en tres puntos de vista: econ¨®mico -?a veces es m¨¢s f¨¢cil destruir y volver a construir, pero no siempre es lo m¨¢s barato?-, social -?la nuestra es una sociedad mixta, sin ghettos?- y cultural -?los edificios fueron construidos para ser vividos. Su conservaci¨®n ayuda a la convivencia de las gentes?-.
Al hablar de un urbanismo de conservaci¨®n -?andamos bastante cerca de la soluci¨®n justa?-, reconoci¨®, sin embargo, que existen dos v¨ªas de destrucci¨®n de la ciudad, por un igual: su abandono y su destrucci¨®n sistem¨¢tica. ?Pero no se puede remediar todo con una sola norma. Habr¨ªa que entrar en la pol¨¦mica propietario-arrendatario y lograr la modificaci¨®n justa de la ley de Arrendamientos Urbanos y la formaci¨®n de comunidades de propietarios que eviten que las casas se caigan.?
El alcalde termin¨® su intervenci¨®n asegurando que ?el Plan Especial no se dedica a atacar ni a usurpar ni se olvida de que la ciudad es un ente vivo?.
A pesar de lo moderada que fue toda la intervenci¨®n del alcalde, gran parte de los asistentes a la cena esperaban una m¨¢s o menos airada reacci¨®n de los inmobiliarios en contra de cualquier pol¨ªtica de conservaci¨®n de edificios que impidiera que ¨¦stos fueran derribados para construir, sobre el solar resultante, nuevas casas que, una vez vendidas, dieran unos mayores beneficios.
Sin embargo, esta reacci¨®n en contra no lleg¨® a producirse y s¨®lo dos de las diez intervenciones que se produjeron pudieron poner en apuros, en cuanto a la respuesta, a las autoridades municipales.
Una de estas preguntas, dirigida al gerente municipal de Urbanismo, Luis Enr¨ªquez de Salamanca, se refer¨ªa a la posibilidad de que el desarrollo del Plan Especial produjera un incremento en los niveles de paro en el sector de la construcci¨®n, cosa que reconoci¨®, aunque derivada del Precat¨¢logo, el gerente. La otra pregunta ligeramente comprometida fue hecha por un economista, quien se refiri¨® a que alguien debiera pagar la diferencia entre la econom¨ªa de mercado y la aplicaci¨®n social de la misma, derivada de la conservaci¨®n. Fue contestado por el alcalde en el sentido de que cre¨ªa en la econom¨ªa de mercado, pero no en la ley de la oferta y la demanda -?no se puede hacer lo que se quiera en la econom¨ªa urbana?- y se refiri¨® a la necesidad de que los beneficios obtenidos revirtieran a la comunidad por la v¨ªa de los impuestos.
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