Pol¨¦micas sin golpes bajos

?La pol¨¦mica es una vieja rama del arte period¨ªstico. Hubo y hay grandes polemistas: escritores con finura dial¨¦ctica, con capacidad de razonamiento, con agudeza de respuesta. (...)Ahora, la pol¨¦mica est¨¢ perdiendo su arte entre escritores y periodistas; todos se van a los golpes bajos. Todos los juegos, por duros que sean; todos los deportes, hasta los marciales, tienen unas reglas, cuya filosof¨ªa b¨¢sica es sencillaniente ¨¦sta: el respeto al adversario. Se est¨¢ perdiendo este respeto en Espa?a. ( ... )

Las pol¨¦micas entre peri¨®dicos y periodistas son saludables. Porque suponen un intercambio de ideas, una defensa de puntos de vista que esclarecen al lector. No es otra cosa la democracia: que las ideas surjan, que se enfrenten limpiamente unas a otras, que se corrijan mutuamente para poder encontrar entre ellas una posibilidad de verdad com¨²n.

Pero en cuanto se empleen argumentos ?ad hominem?, golpes bajos; en cuanto se acuda a la injuria o la calumnia, dejan de ser ¨²tiles para convertirse en un espect¨¢culo atroz y contribuyen a desquiciar al pa¨ªs y a desorientar al lector. Que es justamente lo contrario de lo que puede y debe proponerse un periodista. ( ... )

Con todo ello no se hace un servicio. Por el contrario, se crea un clima. Se pasa del peri¨®dico al libelo, en la peor acepci¨®n del t¨¦rmino. Es hora de que volvamos al despliegue de la pol¨¦mica dentro de las reglas del arte de escribir, del arte de hacer peri¨®dicos.( ... )?

, 27 noviembre