Los seguros, poco seguros
La estructura administrativa de la asistencia sanitaria, concretada en el aparato burocr¨¢tico del INP, del que depende, permite una sofisticada variedad de corruptelas de las que, entre otras personas, entidades y hasta estamentos, se beneficiar¨ªa el seguro privado del autom¨®vil.Un elevado porcentaje de la asistencia sanitaria que prestan las instituciones cerradas de la Segundad Social, es decir, los grandes hospitales como La Paz, el Piramid¨®n o el Primero de Octubre, en Madrid, responde a los politraumatismos causados por accidentes de trabajo o automovil¨ªsticos. Cuando la causa de la siniestrabilidad atendida por la Seguridad Social es el accidente de trabajo, el pago de la prestaci¨®n ofrecida por el sistema corresponde a la mutua patronal a que pertenezca el trabajador accidentado. Esta colaboraci¨®n entre Seguridad Social y mutuas patronales suele ser m¨¢s beneficiosa en lo econ¨®mico para las ¨²ltimas, aun cuando no necesariamente lesivas para la primera.
Prueba de ello es el gran n¨²mero de mutuas que cuentan con sus propios centros sanitarios, a los que diligentemente trasladan a sus beneficiarios desde los centros de la Seguridad Social donde, generalmente, son atendidos en primera instancia cuando ocurre el accidente. Como dato revelador de los sustanciosos beneficios de las mutuas patronales, fuentes m¨¦dicas apuntan al complejo sanitario montado por Mapfre, mutua que cuenta, incluso, con un laboratorio de investigaci¨®n cl¨ªnica cuyo verdadero objetivo, de acuerdo con las referidas fuentes, perseguirla la desgravaci¨®n fiscal de sus saneados beneficios.
Cuando la causa de la siniestrabilidad atendida por la Seguridad Social es el accidente automovil¨ªstico -y no considerado ¨¦ste dentro de la gama de accidentes de trabajo-, es el propio accidentado, y su compa?¨ªa aseguradora como responsable subsidiaria, quien ha de satisfacer a la Seguridad Social el importe de la asistencia recibida.
Y aqu¨ª comienza un largo calvario que abarca desde las molestias burocr¨¢ticas que ha de soportar el accidentado, hasta la morosidad en el pago a la Seguridad Social, por parte de las compa?¨ªas aseguradoras del autom¨®vil, de los gastos sanitarios ocasionados por la atenci¨®n prestada. Seg¨²n fuentes m¨¦dicas, el retraso en las diligencias burocr¨¢ticas del INP por parte de algunos funcionarios de esta entidad estar¨ªa justificada por las atenciones que recibir¨ªan de algu nas compa?¨ªas aseguradoras. De hecho, los m¨¦dicos del Primero de Octubre consultados por EL PAIS a¨²n no han percibido sus honorarios correspondientes a la asistencia prestada en este centro durante los ¨²ltimos cinco a?os por este concepto, cuyo importe se eleva a varios millones de pesetas.
De la importancia num¨¦rica de este tipo de asistencia sanitaria prestada por la Seguridad Social da idea el siguiente dato estad¨ªstico: durante 1977 fueron atendidos en la unidad de cuidados intensivos del Primero de Octubre un total de 1.293 enfermos, de los cuales 290 lo fueron por politraumatismo (accidentes laborales y automovil¨ªsticos).
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