De la deshumanizaci¨®n de la asistencia sanitaria, a su reprivatizaci¨®n
El creciente deterioro de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social, absolutamente deshumanizada y pr¨¢cticamente inexistente en su nivel primario (ambulatorios), no parece evitado por el Gobierno de UCD, cuyo inter¨¦s, seg¨²n denuncia la Oposici¨®n, podr¨ªa estribar en una reprivatizaci¨®n del sistema, a trav¨¦s de los conciertos con las cl¨ªnicas privadas. Julio Fern¨¢ndez informa hoy sobre este aspecto y algunas de las variadas formas de fraude a que da lugar la crisis estructural del sistema.
La prestaci¨®n sanitaria de la Seguridad Social constituye un claro exponente de la pol¨ªtica triunfalista del anterior r¨¦gimen. M¨¢s preocupados por el inter¨¦s pol¨ªtico de rentabilizar la imagen de progreso que pudieran constituir las grandes ciudades sanitarias creadas por el sistema, sus responsables desatendieron totalmente la asistencia primaria, hasta sumir en el lamentable estado que hoy presenta a la asistencia ambulatoria. Tal situaci¨®n justificar¨ªa desde posiciones partidistas la repatriaci¨®n del sistema, en la que parece interesado el Gobierno.Intimamente ligada a la falta de un modelo sanitario, del que tradicionalmente ha adolecido ¨¦ste pa¨ªs, la asistencia prestada por la Seguridad Social acusa la ausencia de una medicina preventiva e, incluso, de reinserci¨®n en la sociedad del enfermo recuperado. Se cura la enfermedad sin atender al fomento de la salud.
De esta manera, la asistencia ambulatoria presenta como principal deficiencia el que no haya servido para la materializaci¨®n de una pol¨ªtica de fomento de la salud. En este pa¨ªs, los poderes p¨²blicos, incluidos, naturalmente, los responsables de la Seguridad Social, se han preocupado exclusivamente de la asistencia a los enfermos. Y ello, a trav¨¦s de una mara?a legislativa que implicaba en el ¨¢mbito de la sanidad a multitud de organismos con responsabilidades muchas veces competitivas entre ellos.
El deterioro de la medicina ambulatoria y domiciliaria, producto de una organizaci¨®n y unos sistemas de dedicaci¨®n incomprensibles, ha minado en su base el funcionamiento correcto del sistema, sin duda por una pol¨ªtica incoherente con los principios de socializaci¨®n que inspiran, en realidad, el modelo.
El sistema de cupos, horarios y la deficiente distribuci¨®n territorial, han llevado a un proceso de masificaci¨®n de la medicina asistencial primaria, convirtiendo a los ambulatorios en simples centros burocr¨¢ticos de expedici¨®n de recetas y partes de baja, con una media mensual de consultas que en 1977 alcanzaba la cifra de 13.921.224, mientras que en 1970 la media mensual era de 7.166.601.
El hundimiento de la medicina asistencial primaria ha agravado con un creciente estrangulamiento, derivado de la excesiva transferencia de procesos que pod¨ªan haber sido atendidos y curados a primer nivel, las limitaciones de la propia estructura hospitalaria de la Seguridad Social.
La estructura hospitalaria, buena a nivel cl¨ªnico, resulta sin embargo claramente insuficiente, lo que origina la masificaci¨®n, que tiene su m¨¢s inmediata traducci¨®n en la saturaci¨®n de los grandes hospitales, en los que cualquier, beneficiario puede observar la presencia de enfermos en los pasillos por falta de espacio material para su atenci¨®n.
El actual estado de los grandes hospitales de la Seguridad Social arranca de la deficiente planificaci¨®n -en muchos casos esta planificaci¨®n ni siquiera ha existido- que motiv¨® su construcci¨®n sobre bases ya en desuso. As¨ª, cuando en Espa?a se crearon las ciudades sanitarias de la Seguridad Social, en el mundo desarrollado ya no se admit¨ªa este tipo de centro, sino que se propugnaba la creaci¨®n de un m¨®dulo funcional de alrededor de quinientas camas, que ser¨ªa repetido cuantas veces fuera necesario en orden a su m¨¢s correcta distribuci¨®n geogr¨¢fica.
La ¨²ltima realizaci¨®n en este sentido es el centro madrile?o Ram¨®n y Cajal (Piramid¨®n), que constituye el m¨¢s claro exponente de la falta de planificaci¨®n aludida. Este centro, cuyo coste hasta el momento de su inauguraci¨®n oficial, en octubre del a?o pasado, hab¨ªa superado los 10.000 millones de pesetas, de los que 6.000 fueron destinados a la compra del solar, obras y dotaciones mec¨¢nicas, y el resto a la dotaci¨®n de material cl¨ªnico, resulta ya insuficiente, pues a ¨¦l no acuden ¨²nicamente pacientes de Madrid y su zona de influencia, sino que por la escasez de este tipo de instalaciones, se ve saturado por enfermos de todo el Estado. En la actualidad cuenta con 1.922 camas.
El deterioro de la asistencia primaria, limitado a una despersonalizada relaci¨®n m¨¦dico-enfermo muy reducida en cuanto a su duraci¨®n y pr¨¢cticamente concretada en la dispensaci¨®n farmac¨¦utica de productos que, muchas veces, son sugeridos por el propio paciente, justifica la incidencia negativa que sobre la prestaci¨®n sanitaria de la Seguridad Social representan los gastos farmac¨¦uticos (unos 90,000 millones de pesetas en el presente a?o).
Curar con pastillas
De esta manera, el gasto en farmacia se ha disparado a unos niveles insostenibles por el sistema, mientras que la Seguridad Social renuncia al control de su propia demanda y, consecuentemente, a la racionalizaci¨®n del mercado.En esta misma p¨¢gina se explica la notable presencia de las multinacionales en la colonizaci¨®n que soporta la dispensaci¨®n farmac¨¦utica de la Seguridad Social. Consecuencia inmediata del descontrol aludido es el elevado n¨²mero de fraudes que estos d¨ªas son conocidos por la opini¨®n p¨²blica y alcanzan desde el robo de recetas oficiales de la Seguridad Social hasta el control de m¨¦dicos que prescriben un excesivo n¨²mero de medicamentos.
En este sentido, seg¨²n datos obtenidos del INP, el 80% de la prescripci¨®n la hace el 47% de los prescriptores, y la mitad del consumo la ordenan 4.843 m¨¦dicos, que prescriben mensualmente m¨¢s de 2.000 recetas, por un valor medio superior al medio mill¨®n de pesetas; de ellos, 824 recetan por m¨¢s de un mill¨®n de pesetas-mes.
Ello justifica que sobre 12.000 m¨¦dicos se concentre la acci¨®n de otros 12.000 visitadores y la inversi¨®n de 9.768 millones de pesetas en promoci¨®n de los laboratorios. Esto no es de extra?ar, ya que son 12.000 los m¨¦dicos que imponen el 80% del consumo de treinta millones de espa?oles.
Hacia la reprivatizaci¨®n
La reforma emprendida por el Gobierno de UCD crea el Instituto Nacional de la Salud, para la administraci¨®n y gesti¨®n de los servicios sanitarios de la Seguridad Social, como entidad gestora de ¨¦sta. Poco m¨¢s supone la reforma en este sentido. No obstante, existen sobrados indicios que hacen temer, como apunta la Oposici¨®n, que bajo esta primera etapa de la reforma subyace la intenci¨®n partidista de, al amparo del creciente deterioro de la prestaci¨®n sanitaria, ir hacia una reprivatizaci¨®n de ¨¦sta, que vendr¨ªa a trav¨¦s del r¨¦gimen de conciertos que mantiene el sistema con cl¨ªnicas privadas.Un dato econ¨®mico avala esta sospecha: para las inversiones reales en el ¨¢mbito sanitario, el presupuesto del presente a?o establec¨ªa unas previsiones de gasto de 49.505 millones de pesetas; de esta cantidad, se estima que se gastar¨¢n 44.717 millones de pesetas, lo que supone que tan s¨®lo se ha invertido un 90% de lo presupuestado.
Este deterioro de la inversi¨®n en el ¨¢mbito sanitario se acent¨²a a¨²n m¨¢s en los Presupuestos para 1979, ya que en los mismos se prev¨¦ para inversiones reales 32.115 millones de pesetas, es decir, un 35% menos de lo presupuestado para este a?o.
La creencia generalizada es que la cobertura de la prestaci¨®n sanitaria que deja al descubierto esta congelaci¨®n en el gasto se dejar¨¢ en manos de la iniciativa privada.
ULTIMO CAPITULO
Alternativas pol¨ªticas a la reforma de la Seguridad Social y su futuro econ¨®mico-financiero.
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