Despu¨¦s de la Constituci¨®n

Si es cierto que la audiencia ya somos pueblo soberano, ha llegado el momento de exigir una televisi¨®n distinta, abierta, al servicio de todos los espa?oles. As¨ª, al menos, desde el punto de vista de los telespectadores y ciudadanos. Porque si nos ponemos en lugar de los altos cuadros directivos, que jam¨¢s se han considerado responsables ante la audiencia, no cabe ahorrar censuras.En primer lugar deber¨¢n responder ante el Gobierno, ya que no ante la audiencia, de haber utilizado err¨®neamente el m¨¢s importante medio de comunicaci¨®n, hasta el punto de haberlo convertido en un absurdo adversario de la convocatoria a las urnas. Y no se pod¨ªa esperar lo contrario de unos directivos que durante los veintid¨®s a?os de TVE ejercieron el poder televisual al servicio del antiguo r¨¦gimen.

De la irreflexi¨®n a una profunda crisis. Se dec¨ªa que la principal misi¨®n de este equipo directivo era la campa?a del refer¨¦ndum constitucional. Y ah¨ª est¨¢n los resultados. Se dice ahora que tendr¨¢n que preparar las pr¨®ximas elecciones. Y de seguir con la ayuda de esta TVE, cualquier Gobierno y partido est¨¢ abocado a la derrota, por la incompetencia de sus rectores y el desconocimiento cient¨ªfico del medio. Si los altos cargos no han cumplido con su principal cometido pol¨ªtico, s¨®lo hay dos opciones para que TVE salga de la crisis y dejemos todos de torturarnos: o la dimisi¨®n o el cese.

Si los telespectadores pudi¨¦semos penetrar m¨¢s all¨¢ del televisor, nos convencer¨ªamos que al querido electrodom¨¦stico le han colgado la macabra leyenda de los postes el¨¦ctricos: no tocar, peligro de muerte. La f¨¢brica apenas produce programas. De ah¨ª el inevitable recurso a cine y telefilmes extranjeros, y el paro de numerosos trabajadores fijos, la p¨¦sima administraci¨®n del presupuesto, que se agota pese al incremento de la publicidad facturada, y en contra de todas las previsiones y razones empresariales. La producci¨®n propia, escasa, aburrida, de ¨ªnfima calidad y que no renueva sus esquemas de ideas y de contenidos, m¨¢s unos informativos esclavizados a las estrecheces pol¨ªticas de los directivos. La convocatoria de huelga para el d¨ªa 18 demuestra que la estructura interna de TVE no es democr¨¢tica y que dif¨ªcilmente puede convertirse, as¨ª como es, en un medio democr¨¢tico de comunicaci¨®n.