"Mi escritura torrencial intenta esclarecer temas humanos"
Entrevista con el escritor gallego Rafael Dieste
Rafael Dieste, dramaturgo, ensayista y narrador gallego, volvi¨® del exilio hace algunos a?os. Ha publicado a su regreso Historias e invenciones de F¨¦lix Muriel. Es uno de los creadores del teatro popular gallego. Durante la Rep¨²blica dirigi¨® el teatro de Misiones Pedag¨®gicas. Fue tambi¨¦n uno de los fundadores de la revista Hora de Espa?a. Ha estado de paso estos d¨ªas por Madrid, y en conversaci¨®n con EL PAIS, sobre su obra, declar¨® que ?mi escritura torrencial responde al deseo de esclarecer temas humanos, mi propio sentir sobre problemas relativos al tiempo y al ser?.
EL PAIS. Su drama Fiestra valdeira (La ventana vac¨ªa), abre en Galicia el teatro popular. ?Recuerda las circunstancias de su estreno?Rafael Dieste. La idea de un arte popular se ha demostrado posible y corroborado por lo que sucedi¨® con esta obra. La madre de uno de los personajes, el ni?o Matapitos, supo que yo hab¨ªa escrito aquel libro y vino a pedirme que le vendiera uno. Naturalmente se lo regal¨¦. Aquella misma noche comenz¨® a leerlo el propio Matapitos al pie de la lareira. Entretanto se fueron reuniendo vecinos en torno, para escuchar la lectura. Y cuando se la supo de memoria medio pueblo vino una comisi¨®n de marineros a pedirme representarla.
P. Los arquivos do trasno (Los archivos del diablo) es otra de sus obras que ha tenido un gran ¨¦xito popular en Galicia. ?Realiza en ella su concepci¨®n del cuento como rel¨¢mpago que ilumina el misterio de la vida o del recuerdo?
R. El desenlace no es un simple resultado de una ordenaci¨®n de causas y efectos, el final epis¨®dico que anula todos los dem¨¢s episodios, sino una especie de centro, con posibilidades de constituir un final, pero que est¨¢ presente en la imaginaci¨®n del cuentista desde el principio, polarizando todo el proceso de su imaginaci¨®n.
P. El atormentado conflicto entre padre e hijo de tu drama existencial Viaje y fin de don Front¨¢n, que seg¨²n Bergam¨ªn es una de las obras m¨¢s importantes, despu¨¦s de Valle Incl¨¢n, del teatro espa?ol contempor¨¢neo, ?refleja una lucha generacional?
R. Es una de mis obras m¨¢s logradas y completas. Efectivamente existe, por una parte, el hecho de que el padre es el que nos juzga y, aun crey¨¦ndose caritativo, protector, con su juicio nos coh¨ªbe, circunda y cierra caminos. El hijo es todo lo contrario, est¨¢ en el momento de esparcirse y aventurarse, incluso con riesgo de su alma, en todas las experiencias posibles.
P. Sobre su teatro de la guerra civil recuerdo que cuando se estren¨® en la Espa?a republicana Nuevo retablo de maravillas y A manecer estaba presente el escritor Ylya Eliremburg, quien exclam¨®: ??Este es el teatro de un verdadero poeta! ? ?En qu¨¦ circunstancias nacieron estas dos obras combativas y revolucionarias?
R. Los escritores adictos a la Rep¨²blica, a mi modo de ver, fueron los que procedieron con m¨¢s espontaneidad y cada cual seg¨²n su talento, quisieron contribuir a esclarecer el sentido de la Rep¨²blica y contribuir un poco a definir al enemigo. Yo quise que ese teatro m,o fuese justo, que fuese por una parte viril, burlesco, esclarecedor del laberinto en que estaban los dirigentes del levantamiento militar, y de otra parte, con una comprens¨ª¨®n lo m¨¢s l¨²cida.
P. Otra de sus obras, que tuvo gran ¨¦xito, fue Historias e invenciones de F¨¦lix Muriel. ?Cu¨¢l es la g¨¦nesis ¨ªntima de esta obra, que constituye una exploraci¨®n sorprendente de la memoria en todos sus laberintos?
R. Siempre es muy dif¨ªcil explicar la g¨¦nesis de una obra. Lo que se puede decir, tal vez, es en qu¨¦ situaci¨®n de esp¨ªritu naci¨®. Estaba escribiendo desaforadamente sobre temas que suelen considerarse filos¨®ficos y que son, simplemente, temas humanos. Y esa escritura torrencial respond¨ªa al deseo de esclarecer mi propio sentir sobre problemas, principalmente los relativos al tiempo y al ser, aunque por entonces no ten¨ªa del libro de Heidegger m¨¢s que el conocimiento que me dio una antolog¨ªa francesa. En esa situaci¨®n empezaron a surgir los cuentos. Para m¨ª no exist¨ªa el problema de la producci¨®n del ser. Me parece que el ser no se puede producir. Mi preocupaci¨®n se refer¨ªa a la procedencia, de d¨®nde procedo, de d¨®nde he venido. Y la procedencia lleva a investigar, de manera retrospectiva, el propio ser y la conciencia de s¨ª como procedente de un pasado inmemorial. El ser procedente, y no producido, est¨¢ ya en la filosof¨ªa plat¨®nica de la reminiscencia.
P. Creo que usted fue el padre inspirador de la revista Hora de Espa?a. ?En qu¨¦ circunstancias surgi¨®?
R. La palabra padre me aterra y, adem¨¢s, no ser¨ªa exacta. Fui solamente configurador del estado de ¨¢nimo colectivo de algunos j¨®venes escritores que hab¨ªamos trabajado juntos en Misiones Pedag¨®gicas. Habl¨¦, para ello, con Antonio S¨¢nchez Barbudo y con Gil-Albert. La intenci¨®n era hacer participar a todos los escritores en la tarea de dar un rostro espiritual a la Rep¨²blica.
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