La URSS anunci¨® sus planes de liquidaci¨®n de la industria ballenera
La Uni¨®n Sovi¨¦tica tiene la intenci¨®n de cerrar su industria ballenera en los pr¨®ximos cinco a?os, seg¨²n ha declarado el delegado sovi¨¦tico en una reuni¨®n de la Comisi¨®n Internacional sobre las ballenas.
El primer paso ser¨¢ suprimir la captura de ballenas en la zona norte del oc¨¦ano Pac¨ªfico y despu¨¦s en la Ant¨¢rtida, preciso V¨ªacheslav Zemsky, jefe de la delegaci¨¢n sovi¨¦tica en la citada reuni¨®n. Esta decisi¨®n cobra especial importancia ante la reuni¨®n que la comisi¨®n celebrar¨¢ en Tokio dentro de unos d¨ªas, con el objeto de establecer las cuotas de capturas para el pr¨®ximo a?o. La determinaci¨®n de la URSS, seg¨²n su portavoz, est¨¢ fundamentada en razones de tipo ecol¨®gico y econ¨®mico.Jap¨®n y la Uni¨®n Sovi¨¦tica son las dos principales potencias bafieneras, con capturas superiores a los dos tercios del total mundial. Desde 1970 la URSS ocupa el primer lugar en capturas y por el potencial de la flota y la industria dedicadas a esta actividad. En 1974, las capturas sovi¨¦ticas ascendieron a 15.083 unidades, sobre un total mundial de 30.993. A continuaci¨®n, Jap¨®n realiz¨® 10.095 capturas; Sur¨¢frica, 1.812; Australia, 1.080; Somalia, 451; Islandia, 365, y Espa?a, 224. El pasado a?o, el total de las capturas sovi¨¦ticas y japonesas sobrepas¨® en muy poco las 20.000 unidades.
En el mismo a?o, la URSS contaba con 76 barcos balleneros y cinco f¨¢bricas flotantes, que contrastan con los 96 balleneros y las seis f¨¢bricas flotantes que pose¨ªa el a?o anterior.
La raz¨®n del considerable descenso que desde 1971 se ha constatado en esta actividad se debe al progresivo agotamiento de las reservas de cet¨¢ceos en el mundo. Jap¨®n, hace a?os primera potencia, se ve en la necesidad de subvencionar a su flota ballenera con m¨¢s de 750 millones de pesetas anuales. En 1974 se calculaba que quedaban 11.000 ballenas grises (frente a 20.000 en 1930); 2.800 ballenas azules (300.000 en 1930); 170.000 cachalotes (290.000 en 1930); 6.000 yubartas (30.000); 92.000 ejemplares de rorcual com¨²n (423.000); 125.000 de boreal (220.000); 4.000 de cachalote azul (510.000); las poblaciones de ballena blanca de Groelandia, de la franja del Pac¨ªfico, de la franja austral y de cachalote peque?o se cifraban en unos pocos ejemplares.
La pesca de ballenas est¨¢ so metida a regulaci¨®n internacional. La primera convenci¨®n internacional fue firmada el 24 de septiembre de 1931 en Ginebra. La segunda convenci¨®n, firmada el 2 de diciembre de 1946 en Washington, estableci¨® la Comisi¨®n Internacional sobre las ballenas, que fijar¨ªa cada a?o las cuotas de capturas permitidas. Esta comisi¨®n agrupa a diecisiete pa¨ªses, entre ellos los siete primeros en el orden de capturas. En 1972, la Conferencia de las Naciones Unidas para la protecci¨®n del medio ambiente vot¨® la recomendaci¨®n de suspender la pesca de ballenas durante diez a?os, a lo que se opuso Jap¨®n.
En noviembre de 1977 Jap¨®n y la URSS presionaron a la comisi¨®n para que permitiese la reactivaci¨®n de la pesca de ballenas, sobre todo en la zona del Pac¨ªfico norte. La reuni¨®n anual de la Comisi¨®n Internacional sobre ballenas, celebrada en Londres el pasado mes de julio, finaliz¨®, en medio de los incidentes protagonizados por un grupo ecologista y la delegaci¨®n japonesa, sin adoptar ning¨²n acuerdo sobre las cuotas que regir¨¢n para el pr¨®ximo a?o.
Desde hace unos a?os, determinados grupos ecologistas han iniciado una serie de campa?as encaminadas a la protecci¨®n de las especies balleneras, amenazadas de extinci¨®n. En esta labor destacan los grupos Proyecto de Jon¨¢s y Paz Verde (Green Peace). Este ¨²ltimo grupo impidi¨® el pasado agosto que el ballenero espa?ol Carrumeiro arponeara un cet¨¢ceo a cuarenta millas del cabo Finisterre, al interponerse con un peque?o bote de goma entre el arp¨®n y la ballena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.