Alejo Carpentier
Alejo Carpentier me invita a almorzar en el Palace. Alejo Carpentier es una erre mal pronunciada, una embajada en Par¨ªs y una prodigiosa literatura:-La Espa?a que yo conoc¨ª, la Espa?a de antes de la guerra (yo estuve en la guerra, a?o 38) era una Espa?a donde el escritor no se levantaba antes de la una del mediod¨ªa, de modo que perdona el que hoy te haya telefoneado a las nueve y media de la ma?ana. S¨®lo duermo cinco horas. En Par¨ªs me levanto de madrugada y escribo mucho. Es cuando me encuentro m¨¢s l¨²cido. Hacia las nueve me transformo en embajador y empiezo con las funciones de la Embajada. Viajo a Cuba varias veces al a?o y el avi¨®n es para m¨ª un sedante absoluto, un para¨ªso en el que no hay tel¨¦fonos y se puede leer. Adem¨¢s, me enamoro siempre un poco de la aeromoza, que vosotros llam¨¢is azafata.
Visit¨¦ a Carpentier hace bastantes a?os, en Par¨ªs, en, la Embajada cubana (calle de la Faisanderie), para hacerle una entrevista:
-Yo vengo todos los veranos a Cuenca -me dice-. Antonio Saura y otros amigos me han descubierto Cuenca y, adem¨¢s, han conseguido que yo pase inadvertido en la ciudad, con lo que soy muy feliz. En Cuenca, una vez, viendo la televisi¨®n, saliste t¨² hablando contra Baroja y citabas textos m¨ªos en apoyo de tu antibarojismo, que es lo m¨ªo. Baroja dice que sobre cierto hombre, nada m¨¢s morir, cayeron inmediatamente los cuervos y los gusanos. Hombre, hay que suponer que los gusanos llegar¨ªan un poco m¨¢s tarde que los cuervos.
Todo ¨¦l est¨¢ lleno de estos descuidos insufribles, pero yo amo y asumo la literatura espa?ola en otros autores, como Quevedo, el barroco, Valle-Incl¨¢n, y tambi¨¦n la cocina espa?ola que (te dir¨¦ en secreto) es la mejor del mundo, por ejemplo estos callos a la madrile?a que nos estamos comiendo, yo estoy a r¨¦gimen, ?sabes?, pero esto lo aguanto bien, he tenido una afon¨ªa que me ha cambiado la voz, pero me asegura el m¨¦dico que volver¨¦ a tener mi voz. He dejado de fumar, claro. La cocina francesa es perfumer¨ªa. Alejo Carpentier es una erre francesa, un compromiso pol¨ªtico y una hermosa y grande literatura:
-Todav¨ªa recuerdo tu libro de Larra, Umbral. A don D¨¢maso le hemos dado el Cervantes porque se trata de premiar toda una obra, toda una vida. Le podr¨ªamos haber dado el Cervantes a Onetti, pero es m¨¢s joven, ha producido menos, aunque a m¨ª me gusta much¨ªsimo. Era un candidato muy fuerte. Don D¨¢maso tradujo El artista adolescente, como sabes, cuando aqu¨ª nadie conoc¨ªa a Joyce. La labor de don D¨¢maso es enorme, inmensa, important¨ªsima.
Me gusta este don que Carpentier le pone a D¨¢maso, ese don que s¨®lo le ponen en provincias y en Am¨¦rica, porque D¨¢maso es D¨¢maso como Gerardo es Gerardo, como Juan Ram¨®n es Juan Ram¨®n. Un don arcaizante, aportado por el protocolo virreinal m¨¢s que por el respeto o la diferencia de edad, que no es tanta entre ellos. Un don como un dije de orfebrer¨ªa americana.
-A G¨®mez de la Serna tuve que traducirle en Par¨ªs, hace muchos a?os, un texto que nos hab¨ªa enviado para una revista de vanguardia, un art¨ªculo sobre el flamenco. Nadie entend¨ªa aquel castellano, nadie sab¨ªa nada, est¨¢bamos ya desesperados, hasta que me puse a estudiar el texto en profundidad y comprend¨ª que Ram¨®n nos hab¨ªa enviado en cal¨® su art¨ªculo sobre el flamenco. Al menos en parte. Una cosa muy suya. En aquellos a?os veinte viv¨ªamos deslumbrados por el foco de Par¨ªs, pero detr¨¢s estaba Berl¨ªn, nada menos que con el expresionismo, y luego Brecht. Eso entonces no lo ve¨ªamos. Par¨ªs siempre se inventa cosas. Yo no podr¨ªa escribir en franc¨¦s. El franc¨¦s se escribe como entre corondeles. Necesito la flexibilidad de los verbos castellanos. Yo invito siempre a la gente a decir en franc¨¦s ?No por mucho madrugar amanece m¨¢s temprano?. Imposible.
-Consagraci¨®n de la primavera.
-He sacado al mismo tiempo esta novela, que tiene quinientas p¨¢ginas, y una cosa corta, una miniatura. Tambi¨¦n saqu¨¦ al mismo tiempo, t¨² te acuerdas, El recurso del m¨¦todo y Concierto barroco. Ya s¨¦ que a ti te interesa m¨¢s el Concierto, la obra menor, la miniatura. En Par¨ªs, cuando vengas, hablaremos de todo eso.
Carpentier es una erre siempre frustrada en ge, una Embajada en Par¨ªs y una gran literatura universalizada, antinativista, que deja a veces el entresabor barroco y espa?ol de estos callos a la madrile?a.
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