Canarias: contactos entre las literaturas en castellano
Entre los numerosos problemas que aquejan a los escritores, editores y, en general, al mundo de la cultura cabe distiguir entre problemas espec¨ªficamente bibliogr¨¢ficos (contratos, control de tiradas, traducciones, etc¨¦tera) y los que afectan a la cultura nacional, en el caso de Espa?a, a las culturas de Ios diferentes pueblos que la conforman. Sobre ello informa
El I Congreso Internacional de Escritores de Lengua Espa?ola se celebrar¨¢ en Las Palmas de Gran Canaria, entre el 1 y el 8 de junio de 1979 y se clausurar¨¢ en Madrid el d¨ªa 9 del mismo mes. Organizado por ?un extenso grupo de escritores espa?oles y latinoamericanos independientes?, seg¨²n ha dicho a EL PAIS, uno de ellos, el escritor canario J. J. Armas Marcelo, ha sido patrocinado econ¨®micamente por el Ministerio de Cultura, el Cabildo Insular de Gran Canaria y, en menor medida, el Centro Iberoamericano de Cooperaci¨®n que han aportado los seis o siete millones de pesetas necesarias para su organizaci¨®n. ?Hemos hecho -dice J. J. de Armas- una carta que ha sido enviada a buen n¨²mero de escritores, acompa?ada de una lista de nombres de autores, a los que tambi¨¦n fue remitida, pero que no es sino indicadora. Las invitaciones las discutir¨¢ el comit¨¦ organizador, que se ir¨¢ ampliando a medida que se vayan acercando las fechas del congreso y a medida que los escritores vayan participando m¨¢s en su preparaci¨®n. En cualquier caso, la inscripci¨®n es libre, aunque la geograf¨ªa, que manda, hace que los viajes sean m¨¢s dif¨ªciles y m¨¢s caros.? ?En este sentido -dijo el se?or Armas Marcelo- intentamos conseguir de Iberia tarifas de congreso internacional, que lo abaratar¨ªan sensiblemente.?El comit¨¦ coordinador est¨¢ formado por los siguientes escritores: Carlos Barral, Mario Vargas Llosa, Guillermo Mor¨®n, Luis Rosales, Juan Marichal, Jorge Edwards, luan Carlos Onetti, J. M. Caballero Bonald, Ernesto S¨¢bato, Juan Garc¨ªa Hortelano, Carlos Fuentes, Jos¨¦ Esteban y Alicia Cid. El tema elegido para ser debatido es el de la ?Situaci¨®n actual de las literaturas en lengua espa?ola?, y se refiere, seg¨²n J. J. de Armas, a ?la incomunicaci¨®n entre las distintas literaturas nacionales, y los factores que han producido esa incomunicaci¨®n. Dichos factores van desde la estricta pol¨ªtica a la econom¨ªa, particularmente en lo que se refiere a las culturas de subdesarrollo y pasa, ?c¨®mo no?, por la situaci¨®n de los intelectuales en lo profesional?. Ante la cr¨ªtica de ?crucero para escritores? que se ha o¨ªdo por Madrid, dijo J. J. de Armas Marcelo: ?Suena a crucero porque se habla de Canarias y parte del mal entendimiento de las islas est¨¢ en considerarlas como algo tur¨ªstico. No queremos que este sea un congreso en que el escritor aparezca como divino, por eso habr¨¢ actos. p¨²blicos de asistencia libre en Canarias. Por eso y porque queremos, adem¨¢s, que el pueblo canario se aproveche un poco de la presencia all¨ª de este grupo de intelectuales, y que ellos vayan cambiando tambi¨¦n sus conceptos err¨®neos de las islas, porque los hechos culturales no pueden estar desvinculados de la tierra.? Respecto al congreso de Almer¨ªa, dijo: ?Creo que no se oponen, sino que se complementan, y que cuantas m¨¢s ocasiones de discutir y contrastar opiniones existan es mejor. Yo, y muchos como Yo, iremos a ese congreso a t¨ªtulo individual, y, desde luego, se tendr¨¢n en cuenta sus conclusiones en el nuestro.?
Por su parte, Jaime Salinas, conocido editor y animador cultural, ha hecho las siguientes declaraciones a EL PAIS: ?Me ha irritado que el Congreso se llame de lengua espa?ola, precisamente desp9¨¦s de refrendada una .Constituci¨®n que reconoce la existencia, dentro del mismo Estado espa?ol, de una serie de culturas y nacionalidades de lengua no castellana. Creo que un breve examen de los componentes del comit¨¦ organizador y un r¨¢pido vistazo a la lista de posibles participantes basta para dejar fuera de toda duda que se trata de participantes de lengua castellana. El olvido, por ejemplo, de los escritores catalanes, si es mera imprevisi¨®n, me parece grav¨ªsimo, si es una omisi¨®n deliberada, me parece todav¨ªa peor. ?
?He recibido -dice Jaime Salinas- la carta del comit¨¦ organizador, en el que tengo muchos amigos. Y he recibido tambi¨¦n esa lista, en la que me ha chocado no encontrar nombres tan importantes como Julio Cort¨¢zar, Bioy Casares, Nicol¨¢s Guill¨¦n, Juan Gil Albert, Ram¨®n J. Sender, Rafael Dieste, para hablar s¨®lo de los gordos; de otros m¨¢s cercanos, generacionalmente hablando, como Luis, Juan y Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n, Isaac Montero, etc¨¦tera; de, dentre los j¨®venes, Guillermo Carnero, Javier Mar¨ªas, Alvaro Pombo, Marcos Ricardo Barnat¨¢n, Vicente Molina Foix, Esther Tusquets, Lurdes Ortiz. Y me desconcierta que aparezcan nombres tan respetables como el m¨ªo propio, pese a que ni me considero escritor ni nadie me ha tenido por tal, hasta la fecha, o el de personas tan distinguidas en la vida acad¨¦mica como Juan Marichal o Claudio Guill¨¦n, inclusiones todas que implican una desconcertante amplitud del concepto de escritor por parte de los organizadores. Si el concepto es tan generoso, ?por qu¨¦ faltan tantos ilustres profesores e hispanistas? ?Por qu¨¦ no se han incluido otros editores que hagan compa?¨ªa a mi nombre??
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