Los defectos que dieron origen a Matesano no han sido corregidos
?No quiero que mi libro reproduzca de nuevo todo el esc¨¢ndalo Matesa. Tampoco pretendo dirigir acusaciones contra nadie. De lo que se trata es de descubrir los fallos que dieron origen a todo aquel lamentable asunto y tratar de que no vuelvan a producirse. ? Mariano Navarro Rubio, 65 a?os, romp¨ªa ayer un largo silencio de diez a?os para hablar por primera vez, a trav¨¦s de un libro, del pol¨¦mico caso Matesa, uno de los asuntos que conmovieron desde sus mismas ra¨ªces el sistema pol¨ªtico franquista en el verano del a?o 1968 y que puso sobre el tapete un feroz enfrentamiento entre azules y tecn¨®cratas, los dos sectores en los que se apoy¨® el anterior jefe del Estado durante la mayor parte de la existencia de su r¨¦gimen pol¨ªtico.
Navarro Rubio fue uno de los altos cargos de la Administraci¨®n procesados a ra¨ªz del estallido de todo el asunto Matesa, en el verano del a?o 1968. En aquellos momentos ocupaba el cargo de gobernador del Banco de Espa?a y previamente hab¨ªa sido ministro de Hacienda.Pregunta. ?Por qu¨¦ ha esperado diez a?os para escribir su historia de aquel asunto? ?Le han imipedido hablar hasta ahora?
Respuesta. No, en absoluto. El ¨²nico motivo de esta espera ha sido la convicci¨®n de que con el alejamiento temporal respecto a los acontecimientos de que hablo en mi libro, las cuestiones pasionales desatadas en tomo al tema Matesa han sido ya superadas. He pretendido hacer un libro para la historia y doy una versi¨®n que difiere bastante de la que el pa¨ªs ha conocido en estos a?os. No he pretendido tampoco hacer una historia de la empresa ni del empresario, sino del juego p¨²blico de las m¨¢s altas instituciones del Estado espa?ol, el Gobierno, las Cortes y los Tribunales de Justicia. Creo que el asunto Matesa se politiz¨® en exceso y esto desvirtu¨® por completo su contenido.
P. Pero pod¨ªa haber escrito el libro en vida de Franco.
R. Nada me lo imped¨ªa, pero creo que era necesario dejar pasar m¨¢s tiempo.
P. Usted fue indultado de los supuestos, delitos que se le imputaban por el anterior Jefe del Estado.
R. En efecto. Pero fue un indulto en contra de mi voluntad. El indulto me ha perrjudicado notablemente, ya que yo esperaba mi absoluci¨®n y quer¨ªa la oportunidad de defenderme y defender al sistema crediticio que yo representaba. Mi auto de procesamiento era por supuesta negligencia en el cumplimiento de mis funciones. El decreto de indulto del d¨ªa 1 de octubre del a?o 1971 frustr¨® toda posibilidad de defensa, y como ten¨ªa car¨¢cter vinculante no he podido renunciar a este aparente beneficio, que para m¨ª ha sido completamente negativo.
P. De todas formas, el proceso Matesa se puede dar por conclu¨ªdo.
R. Yo no lo considero as¨ª mientras no se hayan esclarecido completamente los hechos. Y la verdad es que esto no se ha producido todav¨ªa.
P. En el esc¨¢ndalo Matesa casi todo el mundo ha visto un enfrentamiento entre los hombres de la ¨®rbita falangista y el equipo tecnocr¨¢tico representado por los, hombres del Opus De?, grupo del que usted formaba y forma parte. ?Por qu¨¦ unos fueron procesados y otros quedaron al margen de toda responsabilidad, entre los miembros del Opus?
R. En primer lugar, yo tengo que, insistir en que aqu¨ª el Opus De? no jugaba ning¨²n papel como tal organizaci¨®n religiosa. Las vinculaciones de Matesa con la Obra son, por otra parte, una patra?a, ya que puedo demostrar que la o- rganizaci¨®n jam¨¢s ha recibido un duro de Vila Reyes. All¨ª lo que hab¨ªa era un intento de desprestigio de la instituci¨®n y de una serie de personas que actuaban en la vida pol¨ªtica. Por otra parte, yo no formaba parte de ning¨²n grupo pol¨ªtico dentro del Gobierno, ni ten¨ªa m¨¢s amistad con algunos miembros de la Obra que formaban parte de ¨¦l que la que me un¨ªa a los dem¨¢s ministros y altos cargos. Yo he sido un independiente en la vida pol¨ªtica.
P. Pero el hecho de formar parte de esa instituci¨®n y sentirse de repente en la calle y procesadono ha debido ser plato de buen gusto para usted.
R. No conservo ning¨²n rencor hacia nadie. Personalmente he podido organizar mi vida con una independencia que jam¨¢s so?¨¦ y por nada del mundo renunciar¨ªa a vivir de nuevo esta experiencia que para m¨ª ha sido maravillosa. Mi inocencia total en el caso Matesa me ha permitido gozar de una tranquilidad de conciencia total.
P. Pero en todo el asunto Matesa abr¨¢ alguna responsabilidad...
R. El problema que origin¨® el estallido de Matesa est¨¢, no en el funcionamiento del sistema crediticio y, concretamente, del cr¨¦dito oficial, como se ha dicho. Los bancos oficiales daban sus cr¨¦ditos por ¨®rdenes recibidas del Gobierno y contando en todo momento con las p¨®lizas correspondientes del sistema asegurador. En la ¨¦poca en la que estall¨® Matesa hab¨ªa una fuerte campaf¨ªa de exportaci¨®n, de est¨ªmulo a las exportaciones, propulsada por los planes de desarrollo, el Banco Mundial, el Gobierno... Yo creo que el fallo de Matesa estuvo en permitir a las filiales extranjeras de esta empresa adquirir maquinaria de la empresa matriz que no pudo ser completamente vendida, lo que origin¨® problemas de liquidez y la consiguiente crisis de la empresa. Este fallo hay que carg¨¢rselo al sistema asegurador, ya que los bancos oficiales daban cr¨¦dito en funci¨®n de los seguros que cubr¨ªan las operaciones de exportaci¨®n.
P. ?Se puede repetir el esc¨¢ndalo Matesa?
R. Yo creo que los defectos que dieron origen a este asunto siguen sin resolverse. El trauma Matesa a¨²n no se ha curado en los bancos oficiales espa?oles, ya que fueron procesadas una serie de personas que hab¨ªan realizado operaciones bancarias completamente normales y que si se hubieran realizado en la banca privada no habr¨ªan dado origen a los procesamientos. Por tanto, s¨ª creo que se puede repetir un caso an¨¢logo al de Matesa. No fue un fen¨®meno t¨ªpico del r¨¦gimen pol¨ªtico franquista. Lo que fall¨® fue una inadecuada instrumentaci¨®n del fomento a las exportaciones y la exacerbaci¨®n, pol¨ªtica provocada por unas rivalidades internas del Gobierno, ajenas por completo a la ¨ªndole del asunto Matesa.
P. ?Ha perdido usted muchos amigos?
R. Tengo la satisfacci¨®n de poder decir que ninguna de las personas que intervinieron en aquel asunto, ni de una ni de la otra parte, ha dejado de ser amigo m¨ªo. Creo que las altas instancias del Gobierno-Estado actuaron con un enfoque err¨®neo del problema, buscando responsables ¨²nicamente en el sistema crediticio, en donde precisamente no hab¨ªa ninguno. Se ha dicho tambi¨¦n que si los bancos privados hubieran financiado las exportaciones de Matesa esto no hubiera sucedido. Yo lo que puedo decir es que los bancos privados no quisieron entrar en este tipo de operaciones, por lo que todo lo que se diga es pura especulaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.