Hacer el amor, un medio de mantenerse en forma
Las personas que no practican ning¨²n deporte y que no tienen el tiempo o la voluntad suficiente para hacer gimnasia pueden encontrar en la vida cotidiana numerosas ocasiones de realizar el ejercicio necesario para mantenerse en forma: al conducir un coche, al llevar a cabo las tareas dom¨¦sticas, incluso al hacer el amor. Jos¨¦ Manuel Ballesteros, profesor del Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica (INEF), ha estudiado seriamente por primera vez esta forma de ejercicio f¨ªsico a trav¨¦s de la actividad sexual. recoge algunas de sus hip¨®tesis y conclusiones sobre el tema.
?La actividad sexual puede ser un medio de mantener una buena forma f¨ªsica? Jos¨¦ Manuel Ballesteros lleg¨® a plantearse esta cuesti¨®n a partir de su experiencia como entrenador de atletismo femenino y su labor docente en el INEF (Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica). Su inter¨¦s por el tema le llev¨® a profundizar en cuestiones como la relaci¨®n existente entre la actividad sexual y la rentabilidad t¨¦cnica de deportista o la influencia del deporte en la actividad hormonal.En resumen, la conclusi¨®n a la que ha llegado es que una actividad sexual mantenida, frecuente y regular, incluso en la tercera edad, tiene una influencia positiva en el estado f¨ªsico del individuo, retrasa los l¨ªmites de la vida sexual y ejerce, adem¨¢s, efectos favorables en el aspecto propiamente er¨®tico.
?El acto sexual es beneficioso en s¨ª mismo porque supone un incremento del ritmo respiratorio y del riego sangu¨ªneo y, por tanto, activa el sistema cardio-respiratorio y el neuro-muscular?, afirma el se?or Ballesteros. Pero para que produzca un efecto apreciable es fundamental que tenga la duraci¨®n suficiente. Treinta minutos con una frecuencia semanal es el m¨ªnimo aconsejable.?
Sin embargo, parece ser que la tendencia general es reducir la duraci¨®n del acto sexual y as¨ª, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas realizadas en Italia, no se le dedica, por t¨¦rmino medio, m¨¢s tiempo del que cuesta fumarse un cigarrillo; unos tres minutos, aproximadamente.
?En contraste -se?ala J. M. Ballesteros-, los nativos de una tribu amaz¨®nica donde se acostumbra a realizar el coito sobre una hamaca que el hombre mantiene fija con los brazos y los pies, mientras la mujer se sit¨²a encima de ¨¦l, suelen prolongar la relaci¨®n sexual en esta inc¨®moda posici¨®n hasta m¨¢s de una hora. Estos ind¨ªgenas disfrutan, naturalmente, de unas excelentes condiciones f¨ªsicas que logran mantener gracias a- la pr¨¢ctica frecuente de esa especie de gimnasia sexual.?
Principios de una gimnasia sexual para parejas
Las m¨²ltiples posturas er¨®ticas conocidas ponen en juego diferentes m¨²sculos del cuerpo y reactivan con mayor o menor intensidad las funciones vitales del organismo. En este sentido, se pueden estudiar como s¨ª fueran los movimientos de una gimnasia por parejas en la que se a¨²na lo ¨²til con lo placentero. Uno de los proyectos de J. M. Ballesteros es elaborar una especie de tratado sobre posturas er¨®ticas donde se detallan sus caracter¨ªsticas y conveniencia como ejercicio f¨ªsico.
Se puede pensar que convertir la relaci¨®n sexual en una gimnasia a dos le restar¨ªa el poco encanto,y misterio que le queda. Pero seg¨²n Jos¨¦ Manuel Ballesteros, no tiene por qu¨¦ ocurrir as¨ª. ?Por el contrario -agrega-, el desarrollo de una nueva dimensi¨®n del acto amoroso como ejercicio f¨ªsico ofrece un aliciente a la pareja que mantiene relaciones regulares y una vez asumida se convierte en un h¨¢bito que no dificulta la expresi¨®n del afecto.?
?Desde el punto de vista de la mujer, la gimnasia sexual tiene un efecto doblemente favorable, pues le permite, adem¨¢s de hacer un ejercicio f¨ªsico, adoptar un papel m¨¢s activo en el juego er¨®tico. ? ?Por otra parte, puede tener una influencia ben¨¦fica sobre ciertos problemas sexuales, como la eyaculaci¨®n precoz o la impotencia debida a motivos fisiol¨®gicos. Para evitar la eyaculaci¨®n precoz, por ejemplo, se recurre a fijar la mente en una idea o en el acto fisico en s¨ª. Por tanto, ser¨ªa mucho m¨¢s pr¨¢ctico ocupar la mente en la ejecuci¨®n de ciertos movimientos musculares que redujeran la tensi¨®n emotiva, que es muchas veces causante de la eyaculaci¨®n precoz. ?
?En cuanto a la impotencia fisiol¨®gica, cualquier actividad f¨ªsica es aconsejable, ya que al incrementar el riego sangu¨ªneo hace m¨¢s f¨¢cil la erecci¨®n que, al fin y al cabo, no es m¨¢s que un fen¨®meno de vaso-dilataci¨®n arterial.?
El secreto de la eterna juventud
El problema de esta gimnasia es que quienes la pueden practica son precisamente los que est¨¢n menos necesitados de ella. Una satisfactoria actividad sexual exige unas m¨ªnimas condiciones de salud y vigor f¨ªsico. Pero, de la misma manera, se puede asegurar que en el mantenimiento de estas condiciones el ejercicio de una gimnasia sexual desempe?a un papel importante.
?El grado de mantenimiento fisico est¨¢ en relaci¨®n directa con el grado de actividad sexual. Esta relaci¨®n se hace m¨¢s visible en la tercera edad y por ello los casos de paternidad avanzada se suelen dar en personas que conservan en excelente estado sus facultades f¨ªsicas y ps¨ªquicas. De ah¨ª que mantener con regularidad una actividad sexual hasta edad, avanzada es conveniente en un doble plano: fisicamente, porque ayuda a mantenerse en forma, y ps¨ªquicamente, por la funci¨®n creativa y comunicativa que entra?a el acto sexual.?
Una alternativa: el deporte popular
La actividad sexual es s¨®lo uno de los aspectos de la vida cotidiana que se pueden convertir en un medio de mantenerse en buena forma fisica.
Las tareas dom¨¦sticas, por ejemplo, representan un importante consumo de energ¨ªas, superior al de un trabajo burocr¨¢tico o de oficina, y similar al que desarrolla un cartero rural. El problema es que al no estar sistematizadas, el esfuerzo que se invierte en ellas no resulta rentable desde el punto de vista del mantenimiento. Pero si se siguen unas normas b¨¢sicas -mantener en cualquier movimiento la columna vertebral erguida, flexionar las rodillas en vez de forzar los ri?ones, etc¨¦tera- realizar las ingratas labores dom¨¦sticas ser¨ªa casi tan eficaz de cara a conservar la l¨ªnea como asistir a un gimnasio.
Prescindir de los ascensores y subir a pie las escaleras, cubrir a pie los trayectos en vez de tomar un taxi o el Metro, hasta algo tan sedentario corno conducir un coche por la ciudad, pueden ser otras tantas formas de gimnasia cotidiana.
Sin embargo, estas variantes de lo que llamamos gimnasia cotidiana no es la soluci¨®n ideal a un problema colectivo: conservarla salud fisica y mental en un medio hostil como es la gran ciudad. Una alternativa m¨¢s v¨¢lida es la que ofrece el deporte popular.
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