El disputado voto de Miguel Delibes
Llama el cartero con el ¨²ltimo libro de Miguel Delibes, El disputado voto del se?or Cayo, y ya con el sue?o machacado marco el n¨²mero de Miguel en Valladolid, ?cu¨¢l es ¨¦l prefijo de Valladolid?, nueve, ocho, tres, eso es, nueve, ocho, tres, y ah¨ª, detr¨¢s de su prefijo, en mi Valladolid de entonces, en un Valladolid de sol y fr¨ªo -?Hoy no hemos tenido niebla?est¨¢ la voz cordial y fraternal de Miguel, que me he ca¨ªdo de una silla, Paco, que iba a coger un libro y al caerme he roto con la mano el cristal de un cuadro y el cristal me ha cortado, he sangrado mucho, y me ha dado en la cabeza un retrato que me hizo Alvaro Delgado, esto es un accidente puramente intelectual, porque encima he metido un pie en la papelera.Dice que estaba solo en casa, se puso un pa?uelo en la sangre y se fue al m¨¦dico de al lado:
-Cre¨ªan que me hab¨ªa cortado el tend¨®n, pero no, ahora ya puedo mover mejor el dedo, es el ¨ªndice de la mano derecha, pero esto me impide firmar los ejemplares del libro, El se?or Cayo, que los tengo aqu¨ª, t¨² conociste un poco los pueblos en que ocurre esta novela, la he escrito en un a?o, en Sedano, son pueblos de Castilla, Le¨®n, Palencia, Burgos, lo que quieras, pueblos con dos vecinos, que encima no se hablan entre s¨ª, o resulta que una es muda, se odian y se ahorcan los gatos mutuamente y se envenenan los perros, que aqu¨ª en Espa?a llevamos siglos hablando de la envidia nacional, y no es envidia, Paco, es odio, la gente te odia en cuando triunfas un poco, luego se presentan los de un partidos pol¨ªtico que se supone progresista y quieren sacarle el voto al se?or Cayo, y uno de los pol¨ªticos, el m¨¢s joven,- que no ha visto nunca un paleto tan aut¨¦ntico y tan de cerca, se queda perplejo, y cuando le dicen al se?or Cayo que d¨®nde podr¨ªan reunir al vecindario, el se?or Cayoles dice ?tendr¨ªan,que llegarse ustedes hasta Bilbao?, porque la verdad de estos pueblos. Paco. es que todo el mundo est¨¢ trabajando en Bilbao, aunque el Pa¨ªs Vasco tambi¨¦n est¨¢ lleno de odio y esto parece que no tiene arreglo, la consecuencia que sacas de la novela, me parece a m¨ª, es que la pol¨ªtica ha llegado tarde a Castilla, en Castilla hab¨ªa una cultura arcaica que no ha sido sustituida por nada y alguien dice en el libro ?nos han matado ustedes el burro, pero nos han dejado a pie?.
-?Qu¨¦ te duele hoy, Miguel, aparte de la mano?
-Parece que nada, hombre, hoy estoy bien y me voy a pasar el d¨ªa leyendo las novelas de un concurso. Hab¨ªa pensado dedicar el d¨ªa a hacer el vago, pero ahora veo que tengo que leerme todo esto y a la noche tengo una cena literaria y luego tambi¨¦n me est¨¢n. liando para unas cosas culturales en Madrid, de modo que
-a ver si voy con m¨¢s frecuencia, para navidades vienen los chicos, vienen todos, s¨ª, y lo pasaremos aqu¨ª, en casa, que por cierto me voy a cambiar para tener dos pisos juntos e independientes, yo arriba y mi hija Elisa abajo, con el marido, luego en la novela hay una cosa de lenguaje que me parece a m¨ª que te interesar¨¢, es el enfrentamiento, de dos lenguajes, el del paleto y el del pol¨ªtico joven, progre, que dice carroza y jo, macho, y todo eso,,que hay gente que te est¨¢ copiando Paco, y hasta gente muy importante, lo he pasado bien escribiendo el libro ?sabes?, he disfrutado, s¨ª, me divierte otra vez escribir, crear unos personajes, puede ser una vuelta a la literatura, no s¨¦.
-Que a ver si vienes y nos vemos, Miguel.
-Ahora no puedo guiar, con lo de la mano, y de trenes hay malas combinaciones para ir, que lo han desviado todo por Burgos, la pol¨ªtica la veo fatal, se dedican a meterse unos con otros, no arreglan nada, y aqu¨ª la abstenci¨®n ha sido bastante alta, en el refer¨¦ndum, me parece que nos aproximamos otra vez a las dos Espa?as, lo de siempre, Paco, ?respuesta?, yo no tengo respuesta para esto, quiz¨¢ este libro refleje un poco mi sentir, una especie de acracia, porque los escritores nos avenimos mal con las ideas fij as de los partidos, claro que los ¨¢cratas de las comunas que vienen ahora a estos pueblos dicen que van a cultivar la tierra, y luego s¨®lo hacen collares, le he preguntado a uno si vive de los collares, y dice que su padre le manda dinero de Madrid, eso ya es otra cosa, le.dije; digo, un abrazo Paco, que tenemos rhucho que hablar, que hace ya tiempo que faltas de aqu¨ª, Paco.
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