Los jugadores Diarte, Cabrera y Leguizam¨®n son hermanos seg¨²n documentos falsificados
Los jugadores Diarte, del Valencia; Leguizamon, del Calvo Sotelo de Puertollano, y Cabrera, del Elche, seg¨²n las actas de nacimiento de los mismos que obran en el Registro Civil Central de Madrid, son hermanos, ya que tienen el mismo padre: Aurelio Mart¨ªnez Rubalcaba. Los tres jugadores, que coinciden en el mismo primer apellido, tanto en su pa¨ªs de origen, Paraguay, como en Espa?a, son conocidos futbol¨ªsticamente por su segundo apellido, lo que realmente es significativo.De todos modos, a pesar de cuantos comentarios se puedan hacer sobre este tema, los documentos que se publican fotocopiados hablan por s¨ª mismos. Ser¨¢n los tribunales de justicia los que definitivamente decidan este asunto. Un juzgado madrile?o sigue desde hace alg¨²n tiempo las actuaciones penales correspondientes sobre estos tres jugadores.
En situaci¨®n similar a las de Diarte, Leguizamon y Cabrera se encuentran la mayor¨ªa de los jugadores paraguayos que actualmente juegan en equipos espa?oles. Se da la circunstancia de que estos jugadores tambi¨¦n son conocidos futbol¨ªsticamente por su segundo apellido, y no por el primero.
El juzgado madrile?o correspondiente que tramita las actuaciones penales sobre estos jugadores est¨¢ realizando las diligencias correspondientes que sirvan para comprobar si existe falsificaci¨®n o no de sus documentos de identidad. Este juzgado ha iniciado tales tr¨¢mites a instancias de las denuncias presentadas contra dichos jugadores y que podr¨ªan partir del propio Registro Civil Central.
M¨¦todo de falsificaci¨®n
Parece ser que existe constancia real de la manera como se llega a manipular la documentaci¨®n que presentan estos jugadores para demostrar su origen o su nacionalidad espa?ola. Se parte del acta de nacimiento de un ciudadano espa?ol, con la que un juez, en Paraguay, le convierte en padre del jugador paraguayo que vaya a fichar por un equipo espa?ol. Despu¨¦s, una vez legalizados los documentos, se presentan en el consulado correspondiente para su inscripci¨®n.
Existen detalles significativos en los ciudadanos espa?oles que se escogen con estos intereses. Cabe la posibilidad de que el interesado conozca las intenciones y acceda a las pretensiones, como parece suceder con el padre de Diarte, Leguizamon y Cabrera: Aurelio Mart¨ªnez Rubalcaba. Pero en la mayor¨ªa de los casos se suele escoger a una persona espa?ola que cuando nazca el hijo atribuido por estos documentos cuente con unos sesenta a?os. Esta persona desconoce la manipulaci¨®n que se puede realizar con su acta de nacimiento, la que puede obtener cualquier ciudadano espa?ol en los registros civiles correspondientes. Nadie ha puesto pega alguna en obtener las actas de nacimiento de Piarte, Liguizamon y Cabrera en el Registro Civil Central de Madrid.
Se escoge una persona con unos sesenta a?os de edad cuando nace el hijo que se le atribuye para que a los veinti¨²n a?os de ¨¦ste, aqu¨¦l supere los ochenta y, por tanto, tenga todas las posibilidades de haber muerto. De esta manera el padre que le haya podido falsificar no tendr¨¢ posibilidad alguna de encontrarse y, por tanto, de testificar si el jugador es realmente o no hijo suyo.
La mayor¨ªa de los jugadores paraguayos que llegan a Espa?a en esas condiciones, con rara excepci¨®n, cuentan veinti¨²n a?os, edad en la que se adquiere la mayor¨ªa de edad, por lo que el art¨ªculo 18 del C¨®digo Civil establece que durante un a?o pueden optar a la nacionalidad espa?ola del presunto padre, espa?ol, aunque ¨¦ste la hubiera perdido. Se trata de una f¨®rmula m¨¢s para evitar posibles problemas de nacionalidad. Al jugador que llega a Espa?a en esas condiciones le basta indicar su intenci¨®n de optar a la nacionalidad espa?ola para
Los jugadores Diarte, Cabrera y Leguizam¨®n son hermanos seg¨²n documentos falsificados
que se le conceda y que de esa forma no ocupe plaza de extranjero. Esto hace algunos a?os era condici¨®n que prohib¨ªa totalmente su presencia en el f¨²tbol espa?ol, al estar cerradas las fronteras.M¨¢s casos
Se da la circunstancia, por otra parte, de que al realizarse las oportunas actuaciones penales solamente se ha descubierto la existencia real del padre atribuido a estos tres jugadores y de otro jugador paraguayo, cuyo nombre desconocemos. El padre de este ¨²ltimo jugador, cuya acta de nacimiento ha sido usada para estos fines sin su conocimiento, ha prestado declaraci¨®n jurada ante el juzgado correspondiente, por la que niega rotundamente los extremos hasta los que ha sido usada su documentaci¨®n. Niega conocer al jugador que se le atribuye como hijo, y eso bajo juramento.
Por otro lado, como el tema ya ha sido comentado suficientemente, ha habido casos en que los jugadores no se han presentado como futbolistas para recuperar u optar a la nacionalidad espa?ola, sino como electricistas, camareros o como otros profesionales. Esta manera de obrar no tiene otra finalidad que evitar problemas. Precisamente el hecho de plantear la posibilidad de estos problemas cuando han intentado inscribirse en el Registro Civil en esas condiciones les ha convencido para desistir del empe?o y regresar de inmediato a su pa¨ªs, a Paraguay, o firmar el contrato con el club que le fiche, pero como extranjero. Despu¨¦s de dos a?os de estancia en Espa?a, seg¨²n el convenio de doble nacionalidad firmado con la mayor¨ªa de los pa¨ªses suramericanos, pueden obtener la ciudadan¨ªa espa?ola.
De todos modos los casos m¨¢s sonados pueden ser precisamente los de Diarte, Cabrera y Leguizamon, posiblemente por las circunstancias de que est¨¢n rodeados y sobre todo por contar los tres con un mismo padre. Cabe la posibilidad de que este detalle suponga de hecho la falsificaci¨®n de los documentos de estos jugadores, con las consecuencias que tal irregularidad lleva consigo. El que tres jugadores tengan el mismo padre es motivo para sospechar, como as¨ª lo han hecho el Registro Civil Central y las autoridades penales correspondientes.
Una vez conocidos los documentos que se publican no es extra?o que surjan las m¨¢s diversas deducciones de los datos que se aportan. Cabe la posibilidad, por ejemplo, que el Sevilla impugne el resultado del partido que el s¨¢bado jugar¨¢ en Mestalla, contra el Valencia, si en este equipo act¨²a Diarte. La impugnaci¨®n estar¨ªa basada en una posible falsificaci¨®n de los documentos de Diarte, y lo mismo podr¨ªan hacer el C¨¢diz o el L¨¦rida, que juegan con el Elche y el Calvo Sotelo, respectivamente, si act¨²an sus jugadores Cabrera y Leguizamon, Diarte, Cabrera y Leguizamon han jugado ya alg¨²n partido durante esta temporada.
Posible doble falsificaci¨®n
Diarte, Cabrera y Liguizamon, aunque tienen el mismo padre, cuentan cada uno de ellos con una madre distinta. Ciertamente este detalle tiene una explicaci¨®n. La nacionalidad espa?ola de los jugadores, como hijos, les llega a trav¨¦s del padre y no de la madre. Este padre, falso o no, proporciona el primer apellido. Si es falso no coincidir¨¢ con el del hijo, precisamente como se le conoce futbol¨ªsticamente. Si a un jugador paraguayo se le conoce como Guti¨¦rrez, por ejemplo, bajo cuya denominaci¨®n adquiere su fama y categor¨ªa, dif¨ªcilmente podr¨ªa llegar a Espa?a como P¨¦rez. Esto supone la necesidad de falsificar tambi¨¦n el segundo apellido, o, lo que es lo mismo, que la madre no corresponde a la aut¨¦ntica. Es decir, cabe la posibilidad de que los jugadores en esta situaci¨®n falsifiquen el padre y la madre.
En el acta de matrimonio del padre de Diarte, Cabrera y Leguizamon, seg¨²n se puede comprobar, consta como su esposa Antolina Rumelia Alsina Lezcano, que no corresponde con las madres de los jugadores: Julia Diarte, Esther Leguizamon y Juana Cabrera. En las actas del nacimiento de Leguizamon y Cabrera se asegura que el matrimonio existe. En el caso de este ¨²ltimo, es el propio jugador quien presta declaraci¨®n. Por lo que respecta a Diarte, es el propio padre, Aurelio Mart¨ªnez Rubalca
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