"Mori, el Merma", pantomima de Mir¨® presentada en Londres
Mori, el Merma, pantomima de Joan Mir¨® , que se represent¨® recientemente en Riverside Studios, en Londres, es una representaci¨®n fascinante y poderosa de la esencia misma del surrealismo. Monstruos sorprendentes y misteriosos que parecen creados por una fuerza omnipotente y que nos llevan a trav¨¦s de la realidad intr¨ªnseca del poder tir¨¢nico como si fu¨¦ramos por un pa¨ªs del futuro en donde el color, el movimiento, el alborozo, ese ambiente fren¨¦tico, casi racional de carnaval, son usados para darle cuerpo a la naturaleza misma de la dictadura y por extensi¨®n a todo lo que represente un poder absoluto.
Este espect¨¢rglo es como si uno de los cuadros del pintor catal¨¢n tomase vida y se pusiese en movimiento, con todo el sabor y el deleite visual de su pintura, pero con la fuerza sexualmente salvaje que tiene una alucinaci¨®n.Mir¨® ha dise?ado una serie de seres gigantes y grotescos: Merma, el car¨¢cter principal de la pieza, es un tirano que a medida que se desarrolla la obra se va transformando en algo todav¨ªa m¨¢s irracional e impredecible. Est¨¢ rodeado por una corte de seres obsequiosos y repulsivos, los cuales a su vez son atendidos por lacayos serviles y aduladores. Estos gigantes aterrorizan una raza de criaturas verdes y fr¨¢giles de una pasividad inofensiva.
La acci¨®n asciende frecuentemente a un frenes¨ª incontrolable y hay momentos dram¨¢ticos llenos de significado. Como ejemplo aterrador tenemos la escena en la cual mientras una de las criaturas es desmembrada por los monstruos, la mujer del Merma salta a la cuerda sin mostrar ninguna ansiedad.
La obra contiene demostraciones f¨ªsicas y elementos figurativos que puestos conjuntamente producen una impresi¨®n alucinante. Pero lo que fascina al espectador es que en medio de este caos, aparentemente sin conexi¨® , Mir¨® pinta lo que m¨¢s aborrece con una claridad impresionante.
No cabe duda que esta mezcla de elementos extra?os tiene como resultado algo tan serio e interesante como Mori, el Merma, por la compenetraci¨®n indestructible entre el maestro y el grupo de actores La Claca, que representaban la obra en Londres. Ellos son j¨®venes, llenos de entusiasmo y colaboran en una forma ¨²nica con el dise?ador, hasta el punto que llegan a una sumisi¨®n total, un poco extra?a en el mundo del teatro moderno.
Los monstruos creados por Mir¨®, aun cuando se fusionan con el folklore catal¨¢n, son ¨²nicos, ya que son un producto extraordinario de su genio. Es como si dij¨¦ramos una nueva dimensi¨®n de su talento creador que, combinada con la devoci¨®n de La Claca, se convierte en una mezcla incre¨ªble, con nuevos planos, nuevo color, con un fermento nuevo que estimula nuevas ideas.
Mori, el Merma, adem¨¢s de simbolizar todo lo que Mir¨® detesta m¨¢s, es una muestra de su creatividad inagotable, que seguir¨¢ siendo una fiesta de color, luz y movimiento mucho despu¨¦s de que su contenido, si esto fuera posible, deje de tener significado.
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