El deporte popular carece de protecci¨®n m¨¦dica
Los servicios m¨¦dicos de que dispone el deporte espa?ol -Medicina Deportiva y Mutualidad General- no est¨¢n en condiciones de absorber las necesidades de medicina preventiva impuesta por el enorme desarrollo alcanzado por las carreras populares el ¨²ltimo a?o, y tampoco se ha preocupado el Consejo de Deportes de poner los medios precisos para ello. En Vitoria, un joven de veinticuatro a?os, Federico Arto, ha pasado varios d¨ªas en estado de coma tras correr la media marat¨®n popular de aquella ciudad. Felizmente, se ha recuperado. Es de esperar que el aviso sirva para que los organismos oficiales -Consejo de Deportes y Ministerio de Sanidad- encaren el problema, sin esperar a desgracias mayores.
Durante el a?o las carreras populares han proliferado por toda Espa?a. Los participantes en este tipo de pruebas son casi todos independientes, por lo que corren sin ning¨²n tipo de seguro. Las organizaciones han previsto esto en algunos casos, y extendieron una ficha eventual de la Mutualidad General Deportiva que cubr¨ªa los posibles riesgos que pudieran derivarse de la carrera. Pero de lo que se trata es de prevenir, y de esto no se hace responsable ni el departamento de medicina deportiva del Consejo Superior de Deportes, ni la Mutualidad General Deportiva, ni la Seguridad Social, ni la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo.Un previo examen m¨¦dico es elemental para todo aquel que, al menos por vez primera, desee correr una prueba popular. Seg¨²n la distancia y la edad del participante, se hace indispensable. Puede decirse que todo aquel que supere los 35 a?os debe someterse a un examen cardiol¨®gico con electrocardiograma, rayox X y prueba din¨¢mica.
Los organizadores de pruebas populares no exigen un certificado m¨¦dico que se?ale el buen estado f¨ªsico del participante. El posible riesgo se afronta bajo la propia responsabilidad de cada uno. Por la alta intensidad de trabajo que requiere correr largas distancias hay razones cient¨ªficas que desaconsejan el participar sin un examen m¨¦dico, y volvemos a repetir, al menos en una primera experiencia.
Al no hacerse cargo ninguno de los organismos oficiales de la medicina preventiva para los corredores de pruebas populares, podr¨ªan servir de inestimable ayuda los profesores de educaci¨®n f¨ªsica, que tienen a su alcance los medios para dictaminar si una persona est¨¢ al menos apta para el deporte.
Al no prevenir las estructuras actuales el reconocimiento m¨¦dico de una persona no federada en el deporte, el ¨²nico medio de lograr una seguridad es a trav¨¦s de las federaciones. Lo l¨®gico, ya que se trata de correr, es federarse en atletismo. Para conceder la ficha es obligatorio hacerse un reconocimiento m¨¦dico, que no corre a cargo del interesado; si se est¨¢ apto para el deporte se pagan veinte pesetas al a?o por la licencia, que cubre todas las posibles lesiones que pudieran derivarse de la pr¨¢ctica del atletismo. Federarse puede hacerlo cualquiera, aun sin pertenecer a ning¨²n club. No se requieren marcas determinadas, ni existe discriminaci¨®n de ning¨²n tipo.
A lo que se ha de llegar, dada la expansi¨®n del deporte popular, es a una ficha individual, extendida ya bien por el Consejo Superior de Deportes o por la Mutualidad General Deportiva, v¨¢lida para todo el a?o y que admita el reconocimiento m¨¦dico previo y la asistencia en caso de lesiones. Hora es de que alguien se ocupe de esa masa de deportistas, si bien Benito Castej¨®n Ya advirti¨® a la Mutualidad que, debido a la proliferaci¨®n de pruebas populares, conven¨ªa ir estudiando el problema, ya que no es soluci¨®n que la Mutualidad se haga cargo de manera transitoria de los posibles problemas f¨ªsicos que pudieran acontecer en estas carreras, dado que ni les puede hacer un reconocimiento previo, ni les cubre en todas las pruebas. De momento, la ¨²nica seguridad que est¨¢ al alcance de todos los que hagan deporte popular est¨¢ en federarse.
Sin embargo, esta soluci¨®n ideal no es susceptible de ser aplicada en todos los casos precisos. Si todas las personas que durante el a?o 78 han participado en carreras populares hubieran pretendido federarse y pasar los correspondientes reconocimientos m¨¦dicos, los servicios de Medicina Deportiva se hubieran visto ampliamente desbordados. Marcos Becerro, que dirige el departamento de promoci¨®n del CSD, as¨ª lo reconoce, y considera ideal la soluci¨®n de que sea la propia Seguridad Social la que realice reconocimientos de aptitud deportiva a todos los ciudadanos que lo deseen. El CSD y el Ministerio de Sanidad deben ponerse de acuerdo para llegar a una soluci¨®n. Si no, el deporte popular vendr¨¢ acompa?ado de desgracias irreparables.
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