Segovia, que te estructuran
Me escribe un gentil amigo de los que, sin ser de Segovia ni estar all¨ª destinados, han hecho de a?os atr¨¢s morada en ella por mero amor de su vivienda y ciudadan¨ªa (lo cual hace a mis o¨ªdos m¨¢s persuasiva su voz y m¨¢s sentida para tratar de asuntos de la ciudad, como son sin medida de m¨¢s tasa y fianza las razones del enamoramiento, que las impuestas por nacimiento y ley) y me cuenta lo que se traen ahora los prohombres de la planificaci¨®n y del progreso con vistas a la estructuraci¨®n o remodelaci¨®n del valle y sotos del Clamores, ese riachuelo que viene bajando de la sierra a confluir con el Eresma, all¨¢ a la proa de la ciudad, queriendo regalar a ciudadanos ociosos y forasteros tan agradecidas sombras y veredas, tales perdederos a enamorados y ruise?ores.-Al grano, y menos idealismos y literatura, que est¨¢s en un peri¨®dico formal y del siglo casi XXI: ?No s¨¦ qu¨¦ idealismos y literatura te refieres, camarada: los enamorados y los ruise?ores me han venido a m¨ª de los recuerdos; pero la estructuraci¨®n y la remodelaci¨®n es de ellos, que con todas las letras y sin. verg¨¹enza alguna lo imprimen en sus anteproyectos y en la prensa y donde Dios mande. ?No te acuerdas de que hace poco, all¨¢ en tu Zamora, aquella otra ciudad, tan destruida por la construcci¨®n que ya casi no es ciudad ni nada, aparecieron unos negros titulares que anunciaban el proyecto de remodelaci¨®n del paseo de los Tres Arboles, como antes hab¨ªan remodelado el arroyo del bosque de Valorio, los solos parajes de asilo que les quedan a los zamoranos para huir de la estupidez edificada, de la animaci¨®n de ¨¢nimas de difuntos motorizadas de las calles, oficinas y discotecas? Y ?no te acuerdas del aura sutil de muerte que ya se sent¨ªa en Carcasona, Brujas. B¨¦rgamo, las peque?as ciudades bonitas conservadas por la cultura?
No: el caso de Segovia no es excepcional, sino el mismo de todas partes: otro caso de sumisi¨®n a la necesidad de movimiento progresivamente acelerado del capital, de sumisi¨®n por tanto a la fe en el progreso y el futuro inevitable, en cuyas aras ciudades y campos y vidas se sacrifican cada d¨ªa, en el n¨²mero que manden las estad¨ªsticas. Pero el caso de Segovia puede ser ejemplar para mejor entender la dial¨¦ctica -as¨ª dec¨ªais anta?o los marxistas-, que en esta barbarie tecnocr¨¢tica rige entre destrucci¨®n y conservaci¨®n. Y adem¨¢s -qu¨¦ diablos- sobre un sitio cualquiera, cualquiera, pero uno, habr¨¢ que sollozar y rasgarse las vestiduras. cuando uno de los grandes trucos del sistema consiste en hacer pasar lo repetido y estad¨ªsticamente preponderante como lo universal y, por tanto, inevitable (mal de muchos, consuelo de todos) y cori eso acallar cualquier protesta. ?No me gusta. mam¨¢, la papa de gasolina.? ?S¨ª. pero todos los ni?os se la toman. As¨ª que come y calla.? Pues no: lo que el amor manda es, cada vez que un plan de bloques demuele un barrio de casas, cada vez que un plan de centro regional de ense?anza suprime veinte escuelas de pueblecitos medio despoblados, hacer como si fuera la primera vez en el mundo, rehacerse el coraz¨®n de un ni?o a quien la necesidad le mata por primera vez las cr¨ªas de la gata.
Es el caso que Segovia, por algunas bienhadadas coincidencias y la firme reacci¨®n (que ahora es casi revoluci¨®n) de un pr¨®cer de viejo estilo, se hab¨ªa ido salvando de la destrucci¨®n (de la construcci¨®n -l¨¦ase-, relegada a unos arrabales de moderada desventura) y se pod¨ªa seguir viviendo en ella (ya s¨¦, ya s¨¦, camarada: unos pocos privilegiados) como en una ciudad de veras, con sus plazas, su mercado, sus calles para andar (no los coches digo: ?andar la gente!: imag¨ªnate el lujo), y para tomar la fresca o guardarse de las calores, y en fin -ya sabes (no tienes m¨¢s que evocar en tu memoria los tiempos de la dorada burgues¨ªa)-, para vivir. Bueno, pues hete aqu¨ª que ese privilegio le ha valido a Segovia que en el Consejo de Europa (t¨¢pate, gach¨®, que cae de alto) la nombren una cosa que se llama ciudad-piloto. ?Segovia ciudad piloto en el Consejo de Europa!: a los representantes de Segovia y la cultura que as¨ª la o¨ªan citar en Estrasburgo no les cab¨ªa un pi?¨®n por donde sabes: ellos mismos lo han contado. ?Consecuencias? A tal se?or, tal honor. Segovia tiene que responder haciendo algo, alguna cosa propia de una ciudad piloto como Dios manda, y en plazo de cuatro a?os presentarse ante Europa con una realizaci¨®n (?o ya no se dice ? realizaciones ?, como cuando los pantanos de la dictadura?) con una que la haga quedar bien y equipada como ciudad de primera entre las ciudades-piloto de este mundo. As¨ª es c¨®mo -ya ves- las pocas que no puede demoler directamente la barbarie se encarga la cultura de conservarlas y rermodelarias.
-En qu¨¦ va a consistir la realiz¨®n. Con lo que dice un peri¨®dico local te haces una idea: ?El compromiso segoviano radica esencialmente? (?notas la jerga. y c¨®mo la estulticia del lenguaje revela lo negro de las intenciones?), ?en tener terminado. en estos cuatro pr¨®ximos a?os, el proyecto sobre el valle del Clamores. a base de rescatarle en beneficio de la ecolog¨ªa, limpiando y ordenando una serie de espacios, creando un peque?o zoo de animales de la comarca, con soluciones para cultura f¨ªsica (paseo, footing y otros deportes.), cultura intelectual (espacios libres, conferencias, etc¨¦tera), cultura espiritual (exposiciones, conciertos ... ) y cultura multitudinaria con capacidad para unas 2.000 personas?. ?Qu¨¦?: ?lo est¨¢s ya viendo tu valle del Clamores, con sus cuadros de c¨¦sped prefabricado y sus pistas de arena sint¨¦tica para el footing, el sporting, el cycling y el soplapollating, con sus espacios para cultura f¨ªsica, intelectual, espiritual y multitudinaria?,(?oh espacio, oh sue?o del vac¨ªo, esencia de los proyectos culturales!: ?Donde hacen solar, lo llaman paz?): pues, ?qu¨¦ m¨¢s tengo que decirte para que veas en el caso del Clamores amenazando la misma parca de a cultura que en todas partes va matando y sepultando lo que no han arrasado del todo el cemento y el alquitr¨¢n?
-Ya, ya. Ti, sigue entreteni¨¦ndote en la supraestructura, sigue parlando de la cultura y la metaf¨ªsica del proyecto: yo lo que veo son los intereses que andan, como siempre, por detr¨¢s de todo eso: los contratistas afilando ya las u?as sobre el valle del Clamores, los empleados estatales o municipales o culturales prest¨¢ndole un buen servicio al capital en marcha, que siempre sabe corresponder con la Administraci¨®n como un se?or. ?Por qu¨¦ no denuncias eso?
Por hoy, s¨®lo un par de ellas. Una: la de progreso, movimiento, actividad. ??Ya hay hombres activos!?, que comentaba en una copla de don Antonio Machado la ci¨¦naga dormida. Hay que hacer cosas. Mentira. ?Hubo un tiempo en que hab¨ªa que hacer cosas y trabajar? Puede. Hoy el dinamismo es de derechas. La los adelantos t¨¦cnicos gente, si sirvieran de algo, vivir¨ªa sin trabajar (vamos, con trabajar, los que pudieran, dos o tres horas los d¨ªas que tuvieran ganas), pero hay que hacer m¨¢s cosas que nunca, porque el capital no vive si no es produciendo productos para consumir consumo, y el Estado s¨®lo din¨¢micamente se sustenta. Claro que todos somos un poco capital y Estado. Pero no importa: mentira la idea, y sepan los segovianos que el proyecto del Clamores no viene de necesidad ni deseo ni nada que a ellos pueda servirles, sino de la necesidad de que haya organismos y poderes (culturales entre los otros) y de que hagan cosas que justifique su presencia.Y la otra idea: la de organizaci¨®n (desde arriba), la de plan y proyecto (desde el futuro). Creen ellos que a la gente la conducen, la benefician, la ubican, la culturalizan y la mentalizan (por usar, no sin sonrojo. sus verbos m¨¢s horr¨ªsonos). Ellos, desde arriba, desde el futuro; porque la gente no sabe a d¨®nde va ni lo que quiere; pero ellos s¨ª que saben y que pueden. Pues mentira. Si por ac¨¢ no sabemos, ellos menos que nadie, porque se lo creen. Sepan los segovianos que los recovecos de sus calles y los desniveles de sus plazas, como las cosas que sirven de veras para algo, y de su utilidad les viene de a?adidura su hermosura, han nacido de abajo, de los deseos y ocurrencias de la gente, sin excluir alg¨²n marqu¨¦s o burgu¨¦s de anta?o (otro d¨ªa hablamos del acueducto y el Alc¨¢zar), y que en cambio de los planes impuestos desde arriba y desde el futuro no puede venir sino desolaci¨®n, y la cultura (f¨ªsica, espiritual ni multitudinaria) no se crea por proyecto. Para que sus planes se impongan tiene la gente que reducirse a masa numerable, ser todos, como ellos quieren; pero acaso la gente no son todos, sino sencillamente muchos, y se escurren de sus estad¨ªsticas y planes.
-Bueno, para el carro. ?Qu¨¦ es entonces lo que les propones a los segovianos, tocante a lo del valle del Clamores? ??A los ciudadanos? ?Qu¨¦ voy a proponerles yo? Bueno, esto: que no crean en los espacios culturales. Pero en cambio, ?podr¨ªa acaso recomendarles algo a los organismos interesados?? ?A ver, ?qu¨¦??
- Pues mira: como parece ser que el proyecto del Clamores requiere unos cuarenta millones de pesetas, que supongo que se los pedir¨¢n a instituciones como el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento, se les puede hacer al Ministerio y al Ayuntamiento o a quien corresponda la siguiente propuesta razonable: A) Ahorrarse la mitad (pueden emplearla en hacer urinarios p¨²blicos para vagabundos que no gusten de pedir favores en los bares) y conceder veinte millones; B) de esos veinte millones, que se destinen: B.1) un, mill¨®n a pagar un par de hombres para que limpien de basura lo de la margen del Clamores que queda por bajo la ciudad; B.2) los otros diecinueve, a montar un casino para los hombres activos y los prohombres de la localidad, donde puedan entretenerse jugando al futbol¨ªn y a la canasta o tambi¨¦n haciendo construcciones con retazos de fieltro verde y taruguitos de polietileno.
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