Ciencia ficci¨®n sovietica
El cine de ciencia-ficci¨®n suele fiar sus ¨¦xitos a dos bazas principales: una, la espectacularidad: otra, el an¨¢lisis de las condiciones de vida en tiempos venideros. Una y otra han sido desde?adas en esta ocasi¨®n por A. Tarkovski para ofrecernos un filme m¨¢s bien metaf¨ªsico.No conocemos el nivel intelectual medio del espectador sovi¨¦tico, pero es dif¨ªcil creer que historias como ¨¦stas puedan ser comprendidas o asimiladas, m¨¢s all¨¢ de los festivales habituales, por un p¨²blico no habituado a temas de tal ¨ªndole. Muy distinta suerte parece haber corrido la novela en la que este filme se basa, libro que exalta una vez m¨¢s la fe en el progreso y en el hombre como parte del mundo y la conciencia universal.
Solaris
Seg¨²n la novela de Stanislaw Lem. Gui¨®n y direcci¨®n de Andrei Tarkovski. Color. Ciencia ficci¨®n. 1972. Local de estreno: Duplex 1.
Si el libro cosech¨® tal ¨¦xito en los pa¨ªses del Este, habr¨¢ que hacer recaer las culpas, en lo que al filme se refiere, sobre las espaldas del realizador, que, por falta de convicci¨®n o entusiasmo, forzado tal vez por las circunstancias, no alcanza, ni de lejos, en esta ocasi¨®n el ¨¦xito, ni la riqueza pl¨¢stica, ni la profundidad de su anterior Andrei Rublev, donde, por cierto, nos mostraba un mundo lejano tambi¨¦n en el tiempo,
Discutida o no, comprometida o no, reconocida con premios especiales, esta pel¨ªcula, un tanto pedante a ratos, con sus citas de Fausto y Don Quijote, tiene poco de aut¨¦ntico cine, incluso cuando nos asomamos al espacio exterior donde bulle ese cerebro universal, especie de ectoplasma no demasiado convincente. Los escenarios resultan tan mon¨®tonos como ese informe del piloto reci¨¦n llegado del espacio exterior que abre el filme cont¨¢ndonos lo que deber¨ªamos ver, o esas conversaciones interminables o los di¨¢logos matrimoniales tan torpemente traducidos en la versi¨®n espa?ola que llegan a resultar ininteligibles.
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