Brasil 79: democracia controlada / y 3
La m¨¢s dura cr¨ªtica al modelo exportador brasile?o la pronunci¨® recientemente el padre del modelo, Delf¨ªn Netto, ex ministro de Econom¨ªa, con ocasi¨®n de su presentaci¨®n como candidato del ARENA en versi¨®n socialdem¨®crata a un acta de diputado. Sus duras palabras tuvieron el siguiente resumen: fracas¨® la pol¨ªtica de sustituci¨®n de importaciones, se dej¨® desamparada a la agricultura y no hubo preocupaci¨®n por la participaci¨®n popular ni por la verdadera distribuci¨®n de los beneficios y de las riquezas obtenidos.Esta s¨ªntesis formulada por Netto define, mejor que ninguna otra, lo acaecido en la econom¨ªa de Brasil desde 1964. En esa fecha se instaura el modelo de desarrollo a ultranza sobre la base de las exportaciones, es decir, se proteg¨ªan las producciones internas mediante mecanismos sedic¨¦nternente librecambistas y poniendo el aparato productivo a disposici¨®n del crecimiento por el crecimiento. As¨ª se consigui¨® una d¨¦cada esplendorosa con tasas en el PNB de dos d¨ªgitos, pero permitiendo ensanchar las diferencias y las injusticias-estructurales. El boom econ¨®mico consolid¨® la dualidad del pa¨ªs hasta l¨ªmites insospechados: el Sur y el Centro se beneficiaron del empuj¨®n, y el Norte y el Este quedaron sumidos; en un tremendo, subdesarrollo. El aumento de los. precios de la energ¨ªa de 1974 y las desfavorables; condiciones climatol¨®gicas de los tres a?os siguientes pusieron de manifiesto lo que en, realidad era Brasil: un gigante: productor con pies de barro. La. aventura, conjunta con Paraguay, de la presa de Itaip¨², exigidora de una inversi¨®n de 8.770 millones de: d¨®lares, y la decisi¨®n nuclear con Alemania, hicieron, a¨²n m¨¢s, tarribalear la pol¨ªtica econ¨®mica seguida y poner al descubierto los desajustes estructurales.
De esta fonma se llega a la situaci¨®n actual: se importa el 90% de los crudos que se consumen y por un valor de 3.800 millones de d¨®lares; la inflaci¨®n se pone en el 40 %; el d¨¦ficit de la balanza de pagos alcanza los 5.300 ruillones de d¨®lares; las heladas, la sequ¨ªa y las inundaciones obligan a unas importaciones de alimentos por importe de 1.500 millones de d¨®lares anuales; las reservas exteriores suman 11.000 millones de d¨®lares, pero no son bastantes para cubrir la deuda exterior, que oscila entre 36.000 y 40.000 millones de d¨®lares; el salario m¨ªnimo mensual es de 82 d¨®lares, a pesar de los reajustes semestrales; el sistema de devaluaciones peri¨®dicas no impide que la moneda nacional se haya devaluado en un 22,5 % s¨®lo en 1978; la percepci¨®n de la renta contin¨²a siendo desigual (el 5 % de la poblaci¨®n se lleva el 40 % de la renta total) su cifra anual per c¨¢pita asciende a 1.440 d¨®lares; el crecimiento del PNB ha descendido al 7,5 %, es decir, cinco o seis puntos de los logrados a lo largo de una d¨¦cada; existe un analfabetismo del 30 %, y el 46,9 % de los hogares no posee agua y el 40 % carece de electricidad; el ¨¦xodo rural., consecuencia del modelo aplicado, ha hecho que el 60 % de la poblaci¨®n se api?e, en condiciones tr¨¢gicas, en los n¨²cleos urbanos.
Ese cuadro descorazonador requiere, sin embargo, unas cuantas puntualizaciones. La primera de ellas posee un car¨¢cter sociol¨®gico, cual es la presencia de un elevad,o n¨²mero de negws en la poblaci¨®n que hace de esiabilizador ante la posible aparici¨®n de un fermento revolucionar¨ªo de entra?a violenta. El malestar existe, la concienciaci¨®n ante las desigualdades tambi¨¦n, pero el clima reivindicativo se atenia gracias al factor ¨¦tnico. Las relaciones laborales se han deteriorado enormemente y a pesar de la prohibici¨®n de la presencia sind¨ªcaLla agitaci¨®n y las huelgas han hecho su aparici¨®n en los ¨¦Inturones industriales. Los enipresarios negocian con los l¨ªderes naturales de los trabajadores, al margen de la ley de 1964, de clara inspiraci¨®n fascista. Es curioso resaltar que a la pol¨ªtica econ¨®mica del r¨¦gimen se oponen tanto los empresarios como los trabajadores. Ambos estamentos est¨¢n hartos de la tutela del padre Estado. Tres acciones gubernamentales dan pie a un posible cambio de signo. La modificaci¨®n de las normas a las inversiones extranjeras, que rompe con el favoritismo anterior hacia las sociedades norteamericanas (el 30,6 % de la inversi¨®n extranjera total) y se dirige a una diversificaci¨®n (Alemania, Jap¨®n, Francia), aunque seg¨²n los obispos el nuevo ?trilateralismo? es una a?agaza del capitalismo yanqui.
Por otra parte, el plan de inversi¨®n industrial encaminado a acelerar el crecimiento, mejorar las infraestructuras, potenciar los recursos energ¨¦ticos propios y adecuar la sustituci¨®n de importaciones a las necesidades reales del consumo.
Finalmente,¨¦l paquete antiinflacionista presentado, en nov¨ªembre de 1978, por el actual ministro de Econom¨ªa, Simonsen, y que se ve presidido por una pol¨ªtica restrictiva en el cr¨¦dito y por una atemperaci¨®n de la penetraci¨®n del capital extranjero. Parece evidente que los militares brasile?os quieren intentar arreglar los desequilibrios cr¨®nicos mediante las medidas cl¨¢sicas que ense?an los ?chicago boys?. Ahora bien, ?ser¨¢n capaces d¨¦ reducir dr¨¢sticamente lainflaci¨®n al mismo tiempo y al mismo ritmo que imponen la libe. ralizaci¨®n pol¨ªtica? La democracia, gradual y la lucha antiinflaci¨®n es dif¨ªcil de congeniar cuando el malestar social es tan acusado como el del Brasil de hoy. Cara a la opini¨®n es muy arriesgado y tiene mala imagen exigir m¨¢s sacrificios a los que vienen hist¨®ricamente ?decret¨¢ndoselos? por la v¨ªa de la, represi¨®n. ?No al liberalismo excesivo? ?No existe la democracia total? ?Hay que democratizar al pa¨ªs para poner fin al dualismo Brasil oficial y Brasil real?.... son frases que, en distintos momentos de la campa?a pronunci¨® el general Figueirido, elegido nuevo mandatario el 15 de octubre de 1978 por el colegio electoral. Su triunfo fue de 355 votos contra 266 votos obtenidos por el contrincante, general Euler Bentes. canfidato del MDB. En la elecci¨®n se produjeron ocho abstenciones. El general Figueirdo tomar¨¢ posesi¨®n de su cargo el 15 de marzo de 1979. con lo que se materializar¨¢ la sucesi¨®n del actual presidente, general Geisel. Castelo Branco. Costa e Silva. Garrestazu Medici, Geisel y Figueirido. cinco generales al frente de la Rep¨²blica del Brasil, desde que se produjo el golpe militar en 1964.
Las palabras que encabezan este apartado reflejan el sesgo de la pol¨ªtica brasile?a de los ¨²ltimos tiempos. Los militares brasile?os se han ido dando cuenta que su modelo hab¨ªa dejado de ser tolerable, hab¨ªa fracasado. El presidente electo quiere ser la llamada nece saria a la honestidad y ha manifestado que aspira a verse rodeado por ministros honestos y firmes. Por que la corrupci¨®n, tambi¨¦n, ha he cho presencia en los c¨ªrculos de poder de la dictadura brasile?a, las salpicad¨²ras han alcanzado a altos colaboradores Netto, Saraiva, Mayor Barreiros-, y el r¨¦gimen ha sido acusado de violar la corres pondencia, as¨ª como de instalar es cuchas telef¨®nicas.
Figueirido, de brillante ejecutoria militar y de prestigiosos servi cios al r¨¦gimen, es partidario de la democratizaci¨®n gradual, de la libre empresa, de promocionar la agricultura, de disminuir los desni veles econ¨®micos interregionales, por considerar que se trata de la mejor f¨®rmula para crear una so ciedad m¨¢s democr¨¢tica. Como se?al¨® en unas declaraciones apa recidas en Clar¨ªn, el 17 de octubre de 1978, Figueirido se considera socialdem¨®crata de centro, reformista, renovador y necesariamente progresista.
Pero junto al malestar social, la oposici¨®n de la Iglesia, los desequilibrios econ¨®micos y la inflaci¨®n, el general Figueirido se topar¨¢ con dos problemas importantes. La petici¨®n, formulada porel I Congreso pro Amnist¨ªa, de poner fin al.estado de excepci¨®n y la nueva ley de Soberan¨ªa Nacional sustitutiva de la de 1969, que ha sido enviada al Congreso, y en cuyo proyecto permanecen las ambiguas figuras del crimen ideol¨®gico y la guerra psicol¨®gica adversa.
Brasil se dirige hacia espacios m¨¢s abiertos y justos, cuenta con recursos de abundancia y va a ser mandado por un presidente que se autodefine como socialdem¨®crata, al tiempo que afirma prefiere el olor de los caballos al del pueblo. La apertura brasile?a -su camino hacia la democracia- ofrece peculiaridades que abarcan hacia lo olfativo. El carnaval pol¨ªtico brasile?o, aparte de la samba, ofrece este tipo de iron¨ªas.
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