En Qom, la "rep¨²blica isl¨¢mica" es ya un hecho
Qom, la segunda ciudad santa de Ir¨¢n, es ya un embri¨®n de rep¨²blica isl¨¢mica. Aqu¨ª, a 153 kil¨®metros de la capital, la influencia de los religiosos es total. Haciendo caso omiso del poder central, canalizan los asuntos diarios y ponen en pie una nueva organizaci¨®n social que aplica al pie de la letra lo estipulado por la ley cor¨¢nica.Privado de sus funciones, el alcalde que fue nombrado durante el r¨¦gimen del sha no aparece ya en p¨²blico. El Ej¨¦rcito ha abandonado el lugar. Nadie respeta ya la ley marcial. Los funcionarios ya no obedecen a sus jefes, sino a los mullahs. La polic¨ªa oficial no se ve por ning¨²n sitio. J¨®venes, llevando brazaletes como distintivos, imponen el orden, regulan el tr¨¢fico.
Las tiendas permanecen cerradas, pero el aprovisionamiento normal est¨¢ asegurado. Los campesinos de las zonas rurales circundantes traen sus productos y los venden en plena calle. Sin embargo, la carne congelada no se despacha ya en Qom, debido a que los animales no fueron matados seg¨²n los ritos del Cor¨¢n.
La ¨²nica sala cinematogr¨¢fica que proyectaba filmes occidentales ya no abre sus puertas: la incendiaron durante los violentos enfrentamientos de los d¨ªas pasados. Buscar una gota de alcohol es una empresa vana. Hasta la Pepsi-Cola ha quedado terminantemente prohibida, ya que la f¨¢brica donde se produce la bebida cuenta con participaci¨®n israel¨ª.
En las calles de la ciudad no se ve ni una sola mujer vestida al modo occidental. Una periodista francesa que aguardaba ayer ma?ana, en la calle, a ser recibida por el dignatario religioso de la ciudad, ayatollah Chariat Madari, fue severamente amonestada por una vieja iran¨ª: el chador (velo negro) que llevaba no cubr¨ªa suficientemente su rostro.
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