La obsesi¨®n de la guerra civil en Vilallonga
Hijo de una aristocr¨¢tica familia Jos¨¦ Luis de Vilallonga nace en Madrid, en 1920. El comienzo de la guerra civil le sorprende estudiando Derecho en Barcelona. Por intercesi¨®n de su padre, se incorpora al bando de los insurrectos y a los diecis¨¦is a?os pasa a integrar un pelot¨®n de fusilamiento. Una vez finalizada la lucha, y a la vista de sus funestas consecuencias, emigra a Argentina, en 1945, donde pasa cinco a?os dedicado a la cr¨ªa caballar. En 1951 se establece, definitivamente, en Par¨ªs, donde comienza a escribir en franc¨¦s. Entra en contacto con la nouvelle vague cinematogr¨¢fica en el momento de su aparici¨®n. Esto le lleva a tener una destacada participaci¨®n como actor secundario en pel¨ªcula tan caracter¨ªsticas como Le amants (Louis Malle, 1958), o Cleo de 5 a 7 (Agnes Varda, 1961) Llega a crear un personaje arquet¨ªpico, mezcla de correcto gal¨¢n maduro y destacado intelectual, cuya m¨¢s t¨ªpica intervenci¨®n la hace de mano de Federico Fellini al dar vida a un caballero espa?ol que prepara con perfecci¨®n una sangr¨ªa en Giulietta degli spiriti (1966).Su trabajo primero como periodista, colaborador en las m¨¢s difundidas revistas francesas, y despu¨¦s, c¨®mo escritor, con sus m¨¢s de diez novelas, sus tres obras de teatro, sus libros de memorias, no tarda en situar a Jos¨¦ Luis de Vilallonga entre los escritores franceses m¨¢s conocidos de su generaci¨®n. Por la constante presencia de la guerra civil en sus obras y por los ataques m¨¢s o menos directos contra la familia del general Franco, en sus art¨ªculos y reportajes, su obra permanece prohibida en Espa?a durante la larga vida del dictador y s¨®lo se comienza a editar en 1977. A la traducci¨®n castellana de Allegro barbaro (1967), la mejor de sus novelas, han seguido las de Solo (1976) y, muy recientemente, las de Furia (1974) y El hombre de la arena (1959).
Furia
El hombre de la arena.Jos¨¦ Luis de Vilallonga. Plaza & Janes Editores. Barcelona, 1978
Furia
A trav¨¦s del piloto, Everett Thompson, digno personaje de la peor pel¨ªcula norteamericana de aventuras, se cuenta con gran ramploner¨ªa en los primeros cap¨ªtulos, la llegada, en 1953, a Roma de un avi¨®n norteamericano con los supervivientes de un levantamiento en un imaginario pa¨ªs africano. Sigue otra anodina y tambi¨¦n inexplicable historia, la de una de las supervivientes, sor Luz del Amor Hermoso, embarazada por uno de los jefezuelos de la revuelta.
Tras esta doble cortina de humo, que muy bien puede acabar Con la paciencia del lector debido a que tiene una falsedad s¨®lo comparable a la de sus temas, se esconde la narraci¨®n que la monja hace, a su superiora, de su infancia en Granada. Esta historia, que ocupa las dos terceras partes de la novela, no tarda en adquirir autonom¨ªa propia y convertirse en la del padre de la monja, el capit¨¢n Fonseca, que manda el pelot¨®n de fusilamiento de Federico Garc¨ªa Lorca. Esto da lugar a la acertada descripci¨®n de las circunstancias que rodearon la muerte del poeta y la forma en que ¨¦sta influy¨® sobre su m¨¢s directo responsable.
M¨¢s que en ninguna otra de las novelas de Jos¨¦ Luis de Vilallonga, se puede apreciar en ¨¦sta que s¨®lo tiene inter¨¦s cuando se acerca al ¨²nico tema que realmente le atrae y que, por tanto, sabe dotar de la necesaria vitalidad, la guerra civil espa?ola. No se comprende el porqu¨¦ de las dos largas y aburridas introducciones al tema central, a lo que de verdad le interesa, a la reconstrucci¨®n de los ¨²ltimos momentos de la vida de Lorca narrados por el jefe de su pelot¨®n de ejecuci¨®n, bas¨¢ndose en documentos y relatos de testigos presenciales, por que s¨®lo cuando llega a ella la novela adquiere inter¨¦s.
El hombre de la sangre
Sin llegar a la altura de Allegro barbaro, donde cuenta con habilidad la decadencia de Espa?a entre 1920 y 1936, a trav¨¦s de la vida de una gran familia catalana, llena de realeza, dinero, poder, aburrimiento y seres monstruosos, y sin caer en el anodino terreno de Solo, que narra una intrascendente an¨¦cdota entre un hombre maduro y una adolescente en un terreno cercano al de la novela polic¨ªaca, Vilallonga consigue en esta novela un relato f¨¢cil de leer y no exento de cierta vida.
Cuenta el regreso a pie, desde Mosc¨² a Espa?a, a finales de los a?os cincuenta, de un general republicano, que tiene el simb¨®lico nombre de Francisco Pizarro. Se centra en los recuerdos que despierta su encuentro en Par¨ªs con viejos camaradas, en torno a sus tr¨¢gicos amores con la hija de los due?os d¨¦ la finca cercana a Puerto de Santa Mar¨ªa en la cual ¨¦l trabajaba.
Tras el wno tr¨¢gico y nost¨¢lgico, conseguido gracias a la habilidad narrativa de Vilallonga, se esconde un exceso de ese falso romanticismo t¨ªpicamente franc¨¦s, con que se ha te?ido la tem¨¢tica relacionada con la guerra civil espa?ola, y que hace que, de alguna manera, se enfr¨ªe su resultado.
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