El "Concierto", de Prieto, y "Elocuencias", de Garc¨ªa Rom¨¢n

La ¨²ltima edici¨®n del Concurso de Composici¨®n de las Cajas de Ahorro ha servido para que Claudio Prieto nos d¨¦ una magn¨ªfica obra: la que consigui¨® el primer premio, Arpa de Oro Se trata de Concierto I, t¨¦rmino que Prieto ha entendido en alguna de sus sustantividades hist¨®ricas. No en lo formal, sino en considerar a los instrumentos, en grupos, solos y tutti como ra¨ªz y exigencia de una determinada manera de hacer. Es sabido que los instrumentos, en estas formas concertadas, vienen a rebelarse frente al autor, imponen su personalidad y dictan condiciones. Todo lo tuvo en cuenta Claudio Prieto para de tales supuestos derivar una m¨²sica muy distinta a otras partituras suyas por cuanto el pensiero se balancea entre lo camer¨ªstico y lo sinf¨®nico. Interdependencia entre una y otra expresi¨®n que resulta beneficiosa en ambos casos: el trabajo ?de masas?, cuando lo hay, se hace transparente, detallista, virtuosista sin impertinencia; las combinaciones de grupo cobran por efecto de contraste y por continuidad del discurso, solidez y fuerza. Yo dir¨ªa que lo dicho sirve si lo consideramos, sobre todo, en la estructura interna, pues la m¨²sica que aflora al exterior e superdetallista, plena de matices hasta preciosista. El Concierto, en suma, es la obra de un maestro, lo que no es descubrir nada, ya que Claudio Prieto es maestro en toda la extensi¨®n y en toda la hondura del concepto.Correspondi¨® el segundo premio -Arpa de Plata- al granadino Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n, autor de una Eleg¨ªa que, en 1973, obtuvo el Premio Manuel de Falla. Me parece que Garc¨ªa Rom¨¢n va , dar que hablar mucho m¨¢s de lo que ha dado hasta la fecha, con ser mucho y bueno. Se trata de un compositor imaginativo, inconformista y exigente hasta la larga autocr¨ªtica. Sus pentagramas est¨¢n muy pensados, lo que quiere decir muy depurados, y su voluntad de coherencia se impone por encima de todas las aventuras que la obra Elocuencias presenta. Aventuras de ?descubrimiento? antes que de ?planificaci¨®n? previa muy estricta, pues no debe confundirse ?pensar la m¨²sica? con planificarla, que es otra cosa. No conozco lo suficiente al compositor y nada al hombre Garc¨ªa Rom¨¢n, pero tengo la impresi¨®n de que, al modo de Falla, sabe ?estrujarse?, ?extraer la sustancia con un trabajo enorme, con sufrimiento... y luego ocultar el esfuerzo, como si fuese una improvisaci¨®n muy equilibrada, con los medios m¨¢s simples y seguros?.

Los dos terceros premios recayeron en Joan Guinjo¨¢n, por una obra que yo denominar¨ªa, sin sentido peyorativo, ?¨²til? por lo f¨¢cil de su comunicatividad, la claridad de prop¨®sito y la correspondencia de la realizaci¨®n, y en Jos¨¦ Luis Turina, ?nuevo en estos premios?. Tambi¨¦n pueden augurarse las mejores cosas de este joven compositor, capaz en su Crucifixus de lograr una potente expresividad desde matices muy pianos y de una escritura contrapunt¨ªstica tan bella como excelente de factura. El oficio de Turina es ya el de un autor maduro; su pensamiento, de sutil musicalidad. Desde tan seguras plataformas esperamos el vuelo arriesgado de sus pr¨®ximas obras. Jos¨¦ Mar¨ªa Franco-Gil dirigi¨® todas las partituras con la seguridad y conocimiento -esto es, experiencia- en ¨¦l habituales.