Las negociaciones Espa?a-CEE ser¨¢n tensas y dif¨ªciles
Las relaciones entre Espa?a y las Comunidades Europeas entrar¨¢n en los pr¨®ximos seis meses en un largo per¨ªodo de quietud y reflexi¨®n por ambas partes, a la espera de la apertura oficial de las negociaciones de adhesi¨®n previstas para el oto?o. Mientras tanto, las administraciones de una y otra parte dedicar¨¢n su tiempo a la simple gesti¨®n de los llamados asuntos corrientes, entre los que la Comisi¨®n Europea desea incluir la revisi¨®n industrial del acuerdo comercial preferencial de 1970.
Este es, sin duda, el objetivo esencial de la pol¨ªtica comunitaria en sus relaciones inmediatas con Espa?a. El Consejo de Ministros y la Comisi¨®n de la CEE saben que los pr¨®ximos seis meses son, en realidad, la ¨²ltima oportunidad que tienen de renegociar los aranceles industriales de dicho acuerdo, que tanto d¨¦ficit comercial han causado a Espa?a en los ¨²ltimos ocho a?os y que ahora defienden bien nuestros intereses y nos aproximan a un nivel de casi igualdad en la balanza comercial transpirenaica.Es por ello que el presidente del Consejo y ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Jean Fran?ois Poncet, puso el acento en esta cuesti¨®n en su declaraci¨®n sobre el comienzo formal de negociaciones con Espa?a. Quiso el ministro marcar as¨ª el inter¨¦s de la CEE por el tema (que es m¨¢s inter¨¦s de Francia que otra cosa) y en cierta manera utilizar esta eventual renegociaci¨®n, que no conviene a Espa?a, como chantaje previo a la negociaci¨®n de integraci¨®n: o se renegocia el sector industrial del acuerdo o nos ponemos duros en las v¨ªsperas negociadoras, vino a decir Fran?ois Poncet, que incluso dio por hecha esta revisi¨®n, como si contara con la complicidad espa?ola.
En la Comisi¨®n este tema se ve de otra manera. ?Los espa?oles no querr¨¢n renegociar el acuerdo?, nos dicen, no sin falta de realismo, siempre y cuando el Gobierno espa?ol sepa defender los intereses del Estado. La Comisi¨®n s¨ª cree que Espa?a deber¨¢, eso s¨ª, respetar al m¨¢ximo todas las reglas del acuerdo y que ello es ahora necesario porque las exportaciones de una y otra parte est¨¢n equilibradas, en favor de unas relaciones m¨¢s normales.
No piensa tampoco la Comisi¨®n que se avance demasiado en la preparaci¨®n de las negociaciones ,oto?ales: ?Habr¨¢ quiz¨¢ una reuni¨®n de suplentes para el mes de junio o julio, pero nada m¨¢s.? S¨ª -est¨¢, por el contrario, muy interesada en saber con qui¨¦n deber¨¢ negociar el pr¨®ximo oto?o en Bruselas, en compa?¨ªa del Consejo de Ministros. Quiere ello decir que con qu¨¦ ministros, con qu¨¦ partido y con qu¨¦ Gobierno. Las ¨²ltimas encuestas preelectorales hechas p¨²blicas- como la de EL PAIS de ayer- han causado impacto en los medios de la Comisi¨®n y del Consejo. El avance socialista es motivo de discusi¨®n privada de ministros y funcionarios que piensan que, de confirmarse en las urnas, tendr¨¢ efectos sobre las pr¨®ximas elecciones del Parlamento Europeo en junio.
Todo ello influye tambi¨¦n en las c¨¢balas de los negociadores, ?Seguir¨¢n Calvo Sotelo y Oreja? ?Vienen Felipe Gonz¨¢lez y Luis Y¨¢?ez? ?Seguir¨¢ habiendo un Ministerio de Relaciones con la CEE o una secretar¨ªa de Estado? ?Entrar¨¢n nuevos expertos, socialistas, en el Palacio de la Trinidad y en Exteriores? ?C¨®mo negociar¨ªa el PSOE la adhesi¨®n?, etc¨¦tera. En todo caso, despu¨¦s de la dura y solemne sesi¨®n de apertura negociadora del lunes, una cosa queda clara: las negociaciones ser¨¢n tensas y muy dif¨ªciles. Han quedado claras las enormes divergencias existentes entre Espa?a y la CEE, divergencias, eso s¨ª, que est¨¢n situadas en las posiciones de partida de la negociaci¨®n. Luego habr¨¢ que encontrar el compromiso para evitar el impasse o la ruptura.
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