Un estilo giscardiano en la campa?a electoral del presidente
El presidente del Gobierno y presidente de UCD, Adolfo Su¨¢rez, concluy¨® ayer, en Santiago de Compostela, su campa?a electoral en Galicia. Visiblemente cansado, af¨®nico y empe?ado en evitar todo choque dial¨¦ctico con los partidos que, a izquierda y derecha, lindan con UCD, el presidente parece confirmar con su actitud la monoton¨ªa que impera en la campa?a electoral y de la que son m¨¢ximos exponentes los programas poco diferenciados de los partidos y las declaraciones pol¨ªticas de sus principales protagonistas. Un estilo giscardiano envuelve la campa?a del presidente.
Con Su¨¢rez arreciaron las lluvias. No ha parado de caer agua en Galicia, de manera casi torrencial, desde que el presidente del Gobierno lleg¨® a Vigo, procedente de Le¨®n y Madrid, en la noche del s¨¢bado pasado. La comitiva tuvo que utilizar el autom¨®vil en sus desplazamientos del fin de semana, que han concluido en la noche del lunes. ?Ha sido una paliza?, afirmaba Su¨¢rez a sus seguidores, c¨®mplices convencidos de la aseveraci¨®n del presidente y, de manera muy especial, su esposa, do?a Amparo, incorporada a las tareas electorales de su marido. Su presencia en Galicia constituy¨® una innovaci¨®n en la contienda electoral que UCD quiere realizar al estilo de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.Ello quiere decir que el partido del Gobierno, al menos en la gira del presidente, rehuir¨¢ de manera generalizada los m¨ªtines o las grandes concentraciones de masas, y ello entra en buena l¨®gica, porque sabido es que la capacidad de convocatoria de UCD es inferior en la calle que en el voto. S¨ª est¨¢n programados toda una serie de contactos estrat¨¦gicos: almuerzos y cenas con militantes, candidatos y simpatizantes, al estilo de los comit¨¦s de apoyo de EEUU. En Galicia, la t¨¢ctica fue la siguiente: el presidente llega a una ciudad, se re¨²ne con los comit¨¦s locales, celebra una conferencia de prensa, visita el centro tur¨ªstico-comercial del lugar -lo que provoca aplausos, saludos, muestras de simpat¨ªa y, en alg¨²n caso, de protesta- y, finalmente, participa en un almuerzo o cena donde cierra el acto con un breve discurso. La estrategia pol¨ªtica tuvo relaci¨®n con la discreci¨®n organizada de su presencia en las calles de Galicia. Adolfo Su¨¢rez habl¨® despacio, sonriente, conciliador y, sobre todo, nada agresivo. ?Es mi estilo?, dice mientras insiste en que UCD quiere gobernar ?desde la reflexi¨®n, la serenidad y la experiencia?, que son las tres mar¨ªas que Su¨¢r¨¦z utiliza como cantilena para responder a la alternativa de ?firmeza? que Felipe Gonz¨¢lez pasea en su campa?a electoral. Un enemigo mayor al que Su¨¢rez se niega a atacar de frente, mientras precisa (sin citar a Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza) que ?nada est¨¢ pactado entre UCD y PSOE?. Tan s¨®lo alguna alusi¨®n indirecta y comedida a su competencia: ?En UCD -dijo- tenemos obreros, empresarios y funcionarios, al igual que ocurre con el PSOE, aunque ¨¦stos a los ¨²ltimos los llaman compa?eros.? El presidente guarda bien las distancias con su oposici¨®n. Demasiado bien cuando se le pregunta, sobre todo, el porqu¨¦ no acepta un cara a cara en la televisi¨®n con Felipe Gonz¨¢lez en busca de una clarificaci¨®n frontal de una y otra alternativa de gobi erno. Su¨¢rez elude el choque, dice que, por el momento, no le conviene.
Galicia, un paseo
El paso de la comitiva pres¨ªdencial por tierras gallegas -una caravana de unos quince coches que abre la polic¨ªa local y en la que se integran tres personas de su Gabinete y secretar¨ªa, candidatos de la provincia, servicio de seguridad e informadores- fue un paseo pol¨ªtico sin mayores problemas para Su¨¢rez, Un terreno f¨¢cil para el partido del centro, que Felipe Gonz¨¢lez calific¨® de manipulado por los caciques de la zona -?no creo que los gallegos se dejen manipular por nadie?, respond¨ªa Su¨¢rez en La Coru?a- y que ha sido terreno de importantes problemas interpartidarios de UCD en el momento de la confecci¨®n de las listas. Ahora la situaci¨®n parece calmada.
Es cierto que UCD est¨¢ fuerte en Galicia, aunque los caciques pierden terreno y mientras los nacionalistas de dentro y fuera de este partido afilan argumentos convencidos de que el Gobierno que salga de estas elecciones no podr¨¢ implantar el despegue final del desarrollo econ¨®mico y social de estas tierras. Y no hablemos sobre el futuro auton¨®mico de la regi¨®n, para el que no faltan promesas y hoy d¨ªa bien controlado por los se?ores Ros¨®n y Franqueira desde una Xunta a punto de renovarse y que, por casualidad, recibi¨® ayer nuevas competencias administrativas.
Tambi¨¦n el clero est¨¢ por el voto ¨²til centrista en esta zona. Su¨¢rez ha considerado correctas las declaraciones de los obispos sobre las elecciones, que tanto le benefician en esta zona conservadora y ultracristiana, en un territorio de peregrinos donde la influencia de la Iglesia es importante para las candidaturas centristas-conservadores, si es que no se repite la seria abstenci¨®n del pasado refer¨¦ndum, pedida en muchos casos desde los p¨²lpitos para luchar contra ?una Constituci¨®n atea?.
En su paso por Vigo, Pontevedra, Orense, Lugo, El Ferrol, La Coru?a y Santiago hubo de todo menos m¨ªtines y muchedumbre. La lluvia no facilit¨® las aglomeraciones, y la seguridad del presidente tampoco el recorrido para que Su¨¢rez fuese esperado con tiempo suficiente. En Orense, pazo electoral de P¨ªo Cabanillas, la organizaci¨®n funcion¨® a tope. Su¨¢rez estren¨® un sistema giscardiano de campa?a electoral: una comida con 1.500 personas, en la que el presidente se prest¨® a un di¨¢logo abierto con los comensales, que luego result¨® de menor inter¨¦s al saberse que los que interrogaban eran en su gran mayor¨ªa candidatos de UCD. Su¨¢rez gast¨® bromas para todos: ?Me dirijo a los que me saludan y tambi¨¦n a los que me hacen cortes de manga?, dijo el presidente, quien aprovech¨® este coloquio para puntualizar su pol¨ªtica sindical: ?Pronto crearemos un sindicato de cuadros.?
En Lugo, la tierra del chaquetazo de Fraga en los anteriores com¨ªcios, las Juventudes de CD y PSOE se unieron para estar al paso del presidente: ?No cumpli¨®, no cumpli¨®.? Ello ocurri¨® a la puerta de la catedral lucense, donde tambi¨¦n estaban convocados los ultras de don Blas. All¨ª, el presidente se qued¨® con el personal joven: se acerc¨® a los que gritaban y les pregunt¨®: ??Qu¨¦ no he cumplido?? Los j¨®venes, chicos y chicas de unos quince anos, respondieron: ?No dejaste entrar en la Comisi¨®n Constitucional a Fraga?, y Su¨¢rez replic¨®: ?Nunca promet¨ª eso a Fraga.?
En El Ferrol, el coro disidente fue distinto. A su paso por una calle central le corearon: ?Su¨¢rez, escoita, la banca est¨¢ en la loita.? De nuevo el presidente avanza hacia los manifestantes, empieza a estrechar manos, se entabla el di¨¢logo y alguno murmura: ?Le estamos haciendo la campa?a electoral.? Las c¨¢maras de cine de Mart¨ªn Maqueda ya estaban en las ventanas lim¨ªtrofes, prestas a filmar con luz y sonido el encontro nazo. Tambi¨¦n las fans dieron su n¨²mero: ?Es m¨¢s guapo que en la tele?, dec¨ªan una y otra vez a su paso y en su cara, hubo alg¨²n beso que otro y alg¨²n grito quincea?ero de ?Esp¨¦ramo, Adolfo?, mientras la comitiva avanzaba y do?a Amparo sonre¨ªa con el gesto cansado por el agotador viaje.
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