Escasa inversi¨®n y distribuci¨®n discutible
La inversi¨®n en investigaci¨®n aplicada y de desarrollo ha venido creciendo lentamente en Espa?a. En siete a?os se ha llegado a duplicar el gasto real, pasando de un 0,25% del PNB, en 1967, a un 0,35%, en 1974. Seg¨²n el Hudson Institute Europe: ?Para una econom¨ªa desarrollada, las actividades de investigaci¨®n y desarrollo deben suponer, como m¨ªnimo, en torno a un 1% del PNB?, cita que recoge el profesor Antonio, Pulido San Rom¨¢n en su libro de inminente aparici¨®n El reto de la investigaci¨®n para la empresa.El problema de la financiaci¨®n de la investigaci¨®n aplicada en Espa?a no es solamente de inversi¨®n. Si ¨¦sta es de por s¨ª escasa, su distribuci¨®n es, cuando menos, discutible. ?No se trata s¨®lo de un problema cuantitativo de recursos puestos en juego, sino adicionalmente -y, a nuestro entender, a¨²n m¨¢s grave- de una falta de estrategia investigadora adecuada a las caracter¨ªsticas y exigencias de una econom¨ªa moderna?, sigue diciendo Pulido San Rom¨¢n.
Desarrollo espa?ol
El desarrollo industrial espa?ol ha sido posible por la compra de patentes y de contratos de asistencia t¨¦cnica. El se?or Rafael Benjumea, en Investigaci¨®n universidad-empresa, hablando de este punto, comenta que ?la viabilidad de este mecanismo es transitoria, ya que, cuando se alcanzan ciertos niveles de desarrollo econ¨®mico, se produce un crecimiento de necesidades tecnol¨®gicas tan r¨¢pido que hace necesaria la creaci¨®n de una tecnolog¨ªa que complemente y supla poco a poco la adquirida en el exterior?.
Miedo al riesgo
Es bien sabido que el avance tecnol¨®gico no es posible sin unas inversiones fuertes en investigaci¨®n. Tambi¨¦n es conocido suficientemente que la competitividad de la producci¨®n nacional, tanto en el extranjero como en el interior, est¨¢ determinada en gran medida por la posici¨®n que ocupe la tecnolog¨ªa, propia o importada, de esta industria nacional. La Administraci¨®n y las empresas saben que la tecnolog¨ªa importada es cara -30.000 millones de pesetas en un a?o- y que no soluciona ning¨²n problema, pues queda obsoleta con gran rapidez y, de no haber un sustituci¨®n por medio de tecnolog¨ªa propia, no es posible salir del c¨ªrculo vicioso d¨¦. la dependencia y del pago de royalties.Sin embargo, sigue sin haber un clima propicio a la investigaci¨®n. No hay una mentalizaci¨®n en muchos sectores de la empresa y tampoco un buen ambiente oficial Pulido San Rom¨¢n, refiri¨¦ndose a las posibles causas, dice: ?Las respuestas son m¨²ltiples, pero podr¨ªan reducirse a una muy simple: la investigaci¨®n no resulta rentable a corto plazo para la empresa privada. Adicionalmente puede citarse otras respuestas, tales como falta de tradici¨®n investigadora, dificultad de encontrar aut¨¦nticos directores de investigaci¨®n, falta de apoyo fiscal, temor exagerado al riesgo de la investigaci¨®n, falta de confianza en la investigaci¨®n espa?ola actual...?
La posici¨®n de Espa?a, con un 51,9% de la inversi¨®n total en investigaci¨®n y desarrollo a cargo de la Administraci¨®n, es m¨¢s similar a la francesa o a la inglesa que a la de otros pa¨ªses desarrollados, como la Rep¨²blica Federal Alemana u Holanda, en los que la participaci¨®n del sector privado llega a ser superior al 57%.
Las estad¨ªsticas apuntan hacia una mayor inversi¨®n de las empresas, espa?olas o radicadas en Espa?a, en los ¨²ltimos a?os. De las quinientas mayores empresas industriales s¨®lo un 47% realizaban investigaci¨®n propia, dedic¨¢ndole, por t¨¦rmino medio, un 0,46% del volumen de ventas. Se valoran mejor estos datos, de 1974, compar¨¢ndolos con los correspondientes a Francia para el a?o 1967, seg¨²n los cuales la industria francesa destinaba el 1,9% de sus ventas a investigaci¨®n.
Hay que tener en cuenta tambi¨¦n que es opini¨®n compartida por muchos profesionales de la investigaci¨®n que ?las cifras del volumen de gastos en investigaci¨®n de muchas empresas no pueden considerarse, en rigor, de investigaci¨®n y desarrollo. En muchos casos engloban en ella los costos del control de calidad, de los estudios para mejora de la producci¨®n...?.
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