Seat no quiere seguir pagando la f¨®rmula 1430
El primer fabricante del pa¨ªs y, asimismo, el que m¨¢s ha apoyado al deporte del autom¨®vil en Espa?a, no quiere seguir costeando la f¨®rmula 1430. Los casi cinco millones que Seat daba, como primer patrocinador, a esta f¨®rmula de promoci¨®n, pueden desaparecer s¨²bitamente, lo que har¨ªa peligrar el desarrollo de esta actividad durante la presente temporada a¨²n sin comenzar.La f¨®rmula 1430 fue un invento de Seat para, al tiempo que promocionaba uno de sus modelos, patrocinar el desarrollo de un deporte al que ha estado ligada durante mucho tiempo. A?os despu¨¦s, sacado todo el jugo publicitario a esta competici¨®n, decidi¨® crear un escal¨®n superior, abandonando por completo la ayuda a la primera f¨®rmula de monoplazas del pa¨ªs.
Pero el desarrollo de la f¨®rmula 1800, que era el escal¨®n superior que hab¨ªa inventado Seat, fue catastr¨®fico tanto desde el punto de vista deportivo como desde el comercial, resultando m¨¢s negativo para la imagen de Seat que positivo. Ante ello, el primer fabricante del pa¨ªs decidi¨® tambi¨¦n suspender, bruscamente, su apoyo.
Afortunadamente para el deporte nacional, un grupo de entusiastas, de forma desinteresada, se hab¨ªa hecho cargo de la organizaci¨®n de la f¨®rmula 1430, hab¨ªa buscado peque?os patrocinadores con los que poder hacer frente a la organizaci¨®n de las carreras y a los premios a los pilotos y hab¨ªa demostrado c¨®mo puede y debe hacerse una competici¨®n
Su ¨¦xito fue tal que, cuando Seat dej¨® de subvencionar el escal¨®n superior, la F¨®rmula 1800 -que autom¨¢ticamente desapareci¨®-, volvi¨® sus ojos a la peque?a f¨®rmula 1430, convirti¨¦ndose en su principal soporte econ¨®mico -hasta entonces se hab¨ªa beneficiado de la imagen del nombre sin aportar nada de ayuda-. El primer paso en la actividad de monoplazas se convirti¨®, as¨ª, en el ¨²nico.
As¨ª funcionaron las cosas durante un par de temporadas. Pero, ahora, Seat pretende dejar, una vez m¨¢s, de apoyar econ¨®micamente a esta actividad deportiva. Para ello, argumenta que los monoplazas distan mucho de estar a la altura t¨¦cnica y de mantenimiento adecuada, y que no salen nuevos valores, porque la media de edad de los participantes es muy alta. Lo que Seat parece no darse cuenta es de que este tipo de medidas no pueden tomarse as¨ª, de la noche a la ma?ana, si no se quiere causar un grave quebranto a los participantes. Al menos, hay que anunciarlo con una temporada de antelaci¨®n, para que la organizaci¨®n y los pilotos puedan hacer sus planes.
Por otra parte, parece que Seat no se da cuenta de que la mayor esperanza del automovilismo deportivo nacional, el joven Ferm¨ªn V¨¦lez, ha surgido precisamente de esta especialidad, en la que en un solo a?o, y con tan s¨®lo dieciocho de edad, demostr¨® el talento suficiente como para que se le haya incluido en el equipo nacional de f¨®rmula 3.
Efectivamente, hay muchos ,coches que est¨¢n lejos de una ¨®ptima puesta a punto. Tambi¨¦n puede decirse que algunos flaquean desde el punto de vista de la seguridad. Incluso muchos de ellos no llevan correctamente la publicidad de Seat. Pero esto ocurre desde hace tiempo, y Seat parece haberse dado cuenta, precisamente ahora cuando la publicidad del 1430 ya no resulta tan rentable.
Tampoco es soluci¨®n el que, para que Seat reconsidere su postura, los coches deban de pasar por una inspecci¨®n del Ministerio de Industria, algo a lo que se opone la Federaci¨®n. Si esta inspecci¨®n se llevase a cabo, por ejemplo, en los coches oficiales de la marca que compiten en rallyes, probablemente tampoco podr¨ªan salir a la calle, porque los criterios de industria difieren mucho de los estrictamente deportivos.
El caso es que la Federaci¨®n ha solicitado de Seat que reconsidere su postura o, al menos, la retrase un a?o. Con ello dar¨ªa tiempo a esa reorganizaci¨®n y a la posible entrada de una f¨®rmula abierta a motores de cualquier marca -ahora s¨®lo pueden ser Seat- siempre y cuando no se rebasase una cilindrada.
Finalmente, lo malo de todo esto es que, adem¨¢s, este dinero que Seat daba para esta actividad deportiva no revertir¨¢ en su totalidad en otras. Parte de ¨¦l ser¨¢ destinado a la potenciaci¨®n de un campeonato particular de rallye. Otra parte lo ser¨¢ para crear una especie de equipo de mec¨¢nicos para ayudas t¨¦cnicas en esa especialidad. Pero los turismos, en los que hay dos docenas de pilotos que han comprado sus coches a Seat -por un precio superior a medio mill¨®n de pesetas por unidad-, que aumentan notablemente la imagen de la marca y que, de forma directa, ingresan en las arcas de la primera f¨¢brica nacional m¨¢s de diez millones de pesetas, s¨®lo reciben algunas migajas.
El que Seat concentre su millonario presupuesto para actividades deportivas s¨®lo en su propio equipo, que cuesta decenas de millones, puede ser, a la larga, un arma que se vuelva en su contra, y la imagen de ayuda al deporte que pretende dar -que ha dado en muchas ocasiones y deber¨ªa seguir dando- puede resultarle totalmente negativa y contraproducente. Para ayudar al deporte no basta con alinear un coche muy superior a los dem¨¢s y hacerlo conducir por los mejores hombres con contratos millonarios, con el solo fin de apabullar. Eso, m¨¢s que ayudar al deporte, es ayudarse con el deporte. Que puede ser l¨ªcito, siempre y cuando no se quiera dar la imagen de lo contrario.
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